Ovide Decroly, María Montessori Y Eduardo Claparède

La pretensión de este ensayo es exteriorizar las propuestas pedagógicas de Ovide Decroly, María Montessori y Eduardo Claparède, quienes crearon métodos pedagógicos enfocados en el desarrollo del individuo. Las propuestas pedagógicas de cada autor serán exhibidas en el orden anterior y se analizara su permanencia y oportunidad en nuestra realidad educativa. Antes de comenzar es esencial reconocer la introducción en la educación de los autores en este ensayo, ya que Decroly y Montessori comenzaron su indagación en la enseñanza debido a su motivación en búsqueda de la instrucción a niños anormales, mientras que Claparède comenzó indagando gracias a la psicología experimental.

En primera instancia, exhibiré las propuestas pedagógicas de Ovide Decroly, quien establece la “Escuela para la vida” debido a su búsqueda para auxiliar el desarrollo de facultades y habilidades de los alumnos dentro de la escuela, además de instruir conocimientos intelectuales a los alumnos. De tal manera, Decroly exhibió la necesidad de contemplar el crecimiento cultural, social y completo del niño dentro de las aulas y los programas educativos, tal como se describe

“con respecto a las escuelas de niños más jóvenes el programa debe tender a procurar una cultura general y a favorecer el desarrollo integral […] es importante que el programa se inspire además en otras varias reglas basadas sobre la psicología del niño y las necesidades sociales” (Decroly, 1968: 11)

Por lo que se refiere al maestro y su función, Decroly exhibe su importancia en el proceso educativo, ya que el maestro es quien inculca la solidaridad en los alumnos, observa y reconoce las habilidades y actitudes de sus alumnos dentro del aula, además de ser un discípulo fiel a la enseñanza quien dona su vida a la educación de los demás y se instruye día a día sobre ese proceso educativo, tal como lo describe Decroly a continuación “devoto, concienzudo e instruido, a métodos y horarios convenientes a un programa racional” (Decroly, 1968: 10). Simultáneamente el maestro es el guía de los alumnos, dado que muestra el camino al conocimiento a los alumnos gracias a su conocimiento y actualización de este.

En relación a sus propuestas pedagógicas en el programa educativo, se exteriorizan cuatro puntos esenciales. En primer lugar, el programa debía de funcionar todo el conocimiento del alumno y poder englobarlo en un solo conocimiento, es decir “El programa debe tender a la unidad en el sentido de que todas sus partes han de relacionarse entre sí, formando un todo indivisible” (Decroly, 1968: 12). En segundo lugar, la instrucción educativa debiera reconocer la individualidad del alumno y eliminar el rezago educativo con respecto a los alumnos menos sobresalientes, los cuales son limitados en muchas ocasiones con el objetivo de encaminar a todos los alumnos al conocimiento, es decir, “Todo niño debe estar colocado en condiciones de obtener un provecho máximo de la enseñanza dada; es necesario que, como ocurre actualmente, no solo los inteligentes se beneficien” (Decroly, 1968: 12).

En tercer lugar, la educación formativa debiera conceder a los alumnos un mínimo de conocimiento que le permitan desarrollarse en la vida y ser capaz de vivir en la sociedad, dado que no es esencial que los alumnos memoricen todo, sino que aprendan lo esencial y sean capaces de desenvolverse dentro de su propio entorno, tal como se describe “ Todo ser humano debe poseer un mínimum de conocimientos que le permitan comprender las exigencias de la vida en sociedad, las obligaciones que impone y las ventajas que ello resultan” (Decroly, 1968: 13). Es necesario recalcar que la “Escuela para la vida” busca desplegar a los alumnos en la vida individual y social gracias a su comprensión.

En cuarto lugar, la practica educativa debiera desarrollar al alumnos en varios aspectos esenciales para su vida real, ya que la educación debe impulsar el desarrollo interno del alumno, el social, el cultural, sin dejar ningún aspecto del alumnos a un lado, sino desarrollar todos en conjunto para un crecimiento integral del alumnos, tal como se menciona “la escuela utilice y favorezca el desarrollo sobre todas las fases de la individualidad infantil […] las mas indispensables, las que desempeña el primer papel en la vida activa” (Decroly, 1968: 13-14). Lo dicho hasta aquí está basado en el eje de la educación exteriorizado en ocho puntos, los cuales exhiben la importancia de introducir al alumno en la vida misma gracias a la comprensión del hombre y del mundo. Asimismo, la instrucción educativa es estipulada por Decroly desde los primeros años de vida, la cual va extendiéndose durante la educación del niño gradualmente; igualmente, el saber es entrelazado por el maestro para una buena comprensión del alumno. Es esencial reconocer que Decroly reconoce al hombre como ser individual y social, quien debe atesorarse a sí mismo y a la humanidad.

Por último, la realización de las actividades debían de realizarse en tres grupos de procesos psíquicos fundamentales, “a) la impresión y la percepción; b) la asociación y la generalización; la reflexión y el juicio; c) la expresión y el acto (la voluntad)” (Decroly, 1968: 20), dado que es importante que el alumno relacione, asimile y comprenda su conocimiento para poder utilizarlo. Con respecto al alumno, Decroly exhibe un alumno particular e individual, quien elimina el rol pasivo de la escuela tradicionalista y tiene un rol activo, quien comprende e interioriza su conocimiento.

Con respecto a lo anterior, las propuestas de Decroly son factibles en nuestro contexto actual dentro de la educación básica, ya que el propósito es que los alumnos sean competentes para la vida en la sociedad, asimismo, se busca que el alumno tenga un mínimo de conocimiento al egresar la educación básica, ese conocimiento le permitirá ingresar al campo laboral o continuar sus estudios, además de ser capaz para vivir en la sociedad, tal como lo demanda Decroly en su escuela para la vida.

Prosiguiendo con nuestro análisis, la siguiente autora es María Montessori quien desarrolla su método influencia por la ideología de Rousseau, Pestalozzi, Herbart y Fröebel. Montessori reconoce la importancia del desarrollo del infante y su continuidad progresiva, sin buscar su interrupción o brinco a la siguiente etapa, desarrolla una educación sensorial enfocada principalmente en la etapa del párvulo, tal como se describe “su método respetuoso con el crecimiento natural de la infancia, desarrolla sobre todo, la educación sensorial en el parvulario” (Branden, 2003:23).

Indiscutiblemente, la educación para Montessori es el medio para asistir el proceso del niño al motivarlo en su autonomía,

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