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Síndrome de Hiperactividad y Déficit de Atención


Enviado por   •  22 de Abril de 2014  •  2.418 Palabras (10 Páginas)  •  536 Visitas

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SÍNTESIS

Actualmente se están medicando chicos por Síndrome de Hiperactividad y Déficit de Atención. Cada vez son más los chicos que nacen con estas condiciones, que no son un problema, sino simplemente una cualidad diferente a la de los demás niños de hace unos 10 o 15 años.

Lo único que tienen es comportarse de manera diferente, y por eso son medicados, simplemente porque no saben qué hacer con ellos, los llaman “chicos problema”, simplemente porque son diferentes a los demás, empezaron a verse pocos casos, pero sorprendentes, al principio, ahora puede decirse que son los más; la característica de ellos es que no pueden mantenerse sentados, que son mucho más sensibles, pueden hacer muchas cosas a la vez, defienden su idea, solo se concentran en lo que en verdad les interesa y puede decirse que en algunos casos se pueden conectar con otros seres y tienen relación con el cosmos.

El tema que preocupa a las escuelas es que no saben qué hacer con ellos, porque no son el “tipo” de niño “normal” que estaban acostumbrados a que ingresaran a las escuelas. Les diagnostican el Síndrome para mantenerlos dopados y sentados.

Lo que pasa es que nadie se ha puesto a pensar que el problema no son los chicos del tercer milenio, sino que lo son las escuelas que no tienen estrategias para poder mantenerlos en ellas, ha habido casos en los que otras instituciones reemplazan a las escuelas, por el simple hecho de que éstas no son un ambiente donde los chicos del tercer milenio se sientan a gusto, simplemente porque no van a su ritmo, no tienen acceso a los innumerables cambios que sufre la sociedad, a pesar que es la sociedad misma la que conforma las escuelas.

Quizá una de los mayores “problemas” de los niños sea que el ser humano es multidimensional que puede hacer muchas cosas a la vez, en las escuelas solo pueden hacer una, por lo tanto están muy lejos de los intereses de estos chicos.

La educación se ha ido tecnologizando, y sofisticando demasiado hasta el punto de convertirse en un negocio de producción y enriquecimiento material, se desvirtúa el hecho de que sea un derecho.

Todo esto lleva a que se creen o se piense en crear instituciones diferentes, una escuela que ya no sea escuela.

Lo importante de la escuela es que se debe dar un proceso de aprendizaje-aprendizaje, es decir donde todos aprendamos a la vez, alumnos de docentes y docentes de alumnos; esto no es posible en un negocio, si se puede en la educación como derecho, donde lo importante es que todos puedan aprender y tengan las mismas posibilidades de acceder a ella.

Tanto profesores, padres y especialistas comentan y tienen su opinión sobre los niños, niñas y jóvenes del tercer milenio. A los profesores les preocupa que no saben qué hacer con ellos, son traviesos, ya no hacen más caso, su comportamiento y modo de aprender son muy diferentes, no saben cómo manejarlos, no permanecen sentados. Los padres, por su lado apoyan a los profesores respecto que en su casa se comportan igual, que parecen más maduros, con más energía, comen poco, duermen poco. A los padres se les acaba la paciencia. Los especialistas dicen que ya desde el nacimiento son distintos, miran juzgando a los doctores, incluso antes de nacer ya tienen conexiones con su madre.

Se dice que está emergiendo un nuevo ser por el hecho de que los cambios en los niños se pueden observar en todo el planeta, el número de niños y niñas va en aumento, existe una gran rapidez en los cambios cualitativos intrínsecos, se dan unas extraordinarias proyecciones a futuro.

Los chicos del tercer milenio cuentan con muchos talentos que son poco aprovechados. Estamos frente a una generación de naturaleza precoz, madura, extremadamente sensible y empática, autorealizada y autodidáctica, a la vez espiritual y pragmática.

Quizá lo que se debe pensar es modificar es el sistema de educación, de salud y psicología, para que los chicos se vean insertos en la sociedad y las condicione estén dadas para que ellos se desarrollen adecuadamente y no estén diagnosticados con Síndrome de Hiperactividad y Déficit de Atención, sino que simplemente actúen como son, chicos del Tercer Milenio, y por ello chicos con características diferentes a los demás.

Características como:

- Las cualidades/virtudes de los líderes: de autodesarrollo, autorrealización y aprendizaje autodidáctico. (alto grado de independencia)

- Cualidades relativas a una alta sensibilidad, tanto emocional, como social, ética y espiritual.

- Dones innatos debido a una Inteligencia Emocional supra-desarrollada.

- Cualidades relacionadas con el hemisferio cerebral derecho, además de la facultad de armonizar naturalmente, ambos hemisferios cerebrales.

- Talentos psíquicos, también llamados parapsíquicos o intuitivos, y elevada empatía.

- Pautas de aprendizaje diversificadas, incluyendo las nueve inteligencias múltiples, creatividad y originalidad.

- Destrezas propias de la inteligencia intuitiva o energética, la inteligencia práctica y la inteligencia co-creadora.

Nuevas pautas de comportamiento y de ser.

Sin duda, estos niños y niñas cambiarán el mundo; es responsabilidad de todos atenderlos, entenderlos y apoyarlos ahora. Los niños y jóvenes de la nueva generación son seres maravillosos. Tenemos que entenderlos y facilitarles su desarrollo, descubrir nuevas formas de convivir, co-enseñar, co-crecer y aprender de los artífices de una humanidad más sabia, luminosa y armónica.

Patricio Pérez.

Los cambios generacionales son rápidos, se dice que hay 5 generaciones:

El primer cambio generacional (G1) se evidenció a partir de finales de los años 80, cuando se constata un incremento del número de niños y niñas con tendencia a ser más extrovertidos, retadores y carismáticos. Por su rebeldía y gran personalidad han llamado la atención de los medios de comunicación, especialmente el famoso Índigo. La podríamos llamar la generación de la Voluntad o de los Pioneros. Esta generación puso en tela de juicio la educación tradicional. Si bien es cierto que esta generación tenía tendencia a tener un metabolismo de un alto nivel energético, estos niños y niñas normalmente no presentan síntomas patológicos de Hiperactividad ni de Déficit de Atención (salvo cuando hay casos de entorno violento o demasiado caótico, con gran carencia afectiva).

La segunda generación (G2) de niños y niñas, se hace notar a finales de los años 90 (aunque algunos de estos niños nacieron antes). Tienen tendencia a ser más tranquilos, pero poseen una gran fuerza interior. Esta generación se divide en varias tipologías de niños y niñas, la más conocida de ellas, el niño llamado Cristal. La podríamos llamar la generación Amor-Sabiduría.

La tercera generación (G3) de niños y niñas es la de los nuevos líderes. Son a la vez extrovertidos e introvertidos de manera equilibrada e introducen una nueva forma de liderazgo, horizontal y espiritual, con el poder de producir síntesis en el plano físico. Su lógica y campo de acción es multi-nivel y multi-lateral. La podríamos llamar la generación de la Inteligencia Activa.

La cuarta generación (G4) de niños y niñas es la generación de la conciencia expandida. Son puentes hacia esferas superiores y tienen la habilidad de abrir el corazón a los que les rodean. La podríamos llamar la generación de la Armonía. A veces, son llamados en la literatura niños estelares por su propia expansión de conciencia.

La quinta generación (G5) tiene un alto nivel de maestría espiritual. Ayudan a la evolución de cada uno hacia una conciencia mayor en la tierra. Aportan luz, gracia, paz, sosiego, tranquilidad y amor. Esta generación está llegando recientemente aunque hay casos aislados de jóvenes que nacieron antes.

La sexta y séptima generación (G6 y G7) estarían por venir. Serían niños que sostienen la nueva energía de la futura humanidad.

Generación de Transición o GT. Está compuesta por los adultos y abuelos actuales, así como los niños, niñas y jóvenes cuyo sistema nervioso central (SNC) está en proceso de ajuste, lo que se traduce patológicamente en niños y niñas con Déficit de Atención e Hiperactividad, así como en niños teflón, autistas y bipolares. Dichos cambios se hicieron sentir a partir más o menos de la década de 1950.

Niños y niñas teflón: nada les importa, han bloqueado en parte o totalmente sus emociones.

Niños autistas: son niños muy activos en cuanto a su vida interior, pero no tienen la posibilidad de compartirla con los demás. Se encuentran sumergidos en un medio psíquico que está aún mal asimilado por sus células y que suscita una actividad psíquica muy intensa.

Niños bipolares: se refiere al Trastorno Afectivo Bipolar (TAB) que es una definición relativamente nueva para una patología reconocida en el DSM4 (Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales) como un trastorno afectivo, cambiando el viejo cliché de maníaco-depresivo caracterizado por dos estados de ánimo o dos polos muy definidos: manía y depresión.

Cada uno de estos niños y niñas viene con un don específico que los educadores deberían reconocer y ayudar a desarrollar. A este ritmo, en pocos años, estos niños serán la mayoría y entrarán en la educación primaria y secundaria y, en 20 años, entrarán masivamente en la vida profesional con sus nuevos parámetros de ser y vivir.

Para que estos niños y niñas no pierdan o bloqueen sus talentos y puedan construir la nueva humanidad, es necesario:

1. Proveer urgentemente información precisa dirigida a la comunidad educativa y a la sociedad en general, así como apoyar y capacitar a los adultos que les acompañan, básicamente los docentes, los padres de familia, los futuros padres, los futuros profesores (estudiantes de Ciencias de la Educación y de Magisterio).

2. Desarrollar e implementar herramientas apropiadas para el desarrollo integral de los chicos; es decir, que apoyen simultánea y armoniosamente su desarrollo físico, cognitivo, emocional, artístico, ético, social, multicultural, ecológico, psíquico y espiritual.

3. En general, contribuir al bienestar de los niños, niñas, jóvenes y de sus educadores con amor incondicional y respeto.

La meta no es clasificar, encasillar, etiquetar o jerarquizar a los niños y niñas, sino familiarizarnos con sus pautas de ser y de aprendizaje, a fin de esclarecer y actualizar los procesos de desarrollo humano integral que necesitan, y así poder brindarles una educación adecuada y una buena salud física, emocional, psíquica y espiritual. Cada niño es único, bello y especial por sí mismo.

¿Déficit de Atención o Supra-Atención?

En la mayoría de los niños, niñas y jóvenes de hoy, el Desorden de Déficit de Atención es en realidad una cualidad de Sobre-Atención Selectiva Creadora (SASC), asociada a una rapidez inusual para aprender las cosas.

La Sobre-Atención o la Supra-Atención es una cualidad que demuestra una atención más profunda que el promedio normal e incluye:

- Una atención múltiple. El niño o la niña tiene la facultad de poner su atención en varias cosas a la vez.

- Una aguda atención física. Puede ver, escuchar u oler cosas que el adulto no percibe.

- Una atención aguda emocional y psíquica. El niño o la niña puede percibir y atender asuntos emocionales y/o psíquicos que el adulto no percibe. Esta clase de atención de carácter muy especial suele ocurrir tanto en estado de vigilia como de sueño. Son niños y niñas muy sensitivos.

- Una fina atención espiritual. El niño o la niña puede poseer una facultad innata de percibir campos energéticos de índole espiritual.

El niño de hoy tiene DAHEIx

El niño de hoy presenta un caso, no atípico sino generalizado, de DAHEIx, juego de palabras que significa D por Derecho, A por Autónomo, H por Hipersensibilidad, E por Emocional e Ix por Inteligencia múltiples (x por múltiples).

D: El niño de hoy utiliza ampliamente el potencial de su hemisferio Derecho.

A: Es Autónomo, auto-desarrollado y autodidacta.

H: Posee un alto grado de Hipersensibilidad e intuición.

E: Posee una Inteligencia Emocional supra-desarrollada.

Ix: Utiliza naturalmente varias de las Inteligencias múltiples.

El efecto triple EEE: Explosivo, Esponja y Espejo.

Hoy los niños y niñas son capaces innatamente de detectar las distorsiones entre el aspecto exterior e interior de los adultos, así como las contradicciones de nuestra sociedad. En este sentido, los psicólogos observan un triple efecto llamado efecto EEE, que se da en general en los niños, niñas y jóvenes de hoy:

- El efecto Explosivo (o Detonador)

- El efecto Esponja

- El efecto Espejo

El efecto Explosivo

El efecto Explosivo, también llamado efecto detonador, significa que el niño, en especial los de la primera y tercera generación, amplifica o hace aflorar un patrón a cambiar en los adultos que les acompañan. “Son niños que remueven a las personas que están a su alrededor”.

El efecto Esponja

Significa que el niño y la niña lo absorbe todo, tanto lo bello como lo feo. Por eso varias madres de familia afirman: “Cuando estoy bien, él está bien. Si estoy triste o enojada, enseguida se altera mi niño”. Este efecto Esponja precisa, por lo tanto, de un ambiente emocional estable por parte de los adultos que se encuentran en el entorno inmediato del niño o niña. Es mejor evitar cualquier tipo de pensamientos negativos, rabias, rencores, asuntos sin perdonar, obsesiones, entre otros, porque eso también de alguna manera lo perciben los niños y niñas, y les afecta. Hasta pueden enfermar por este motivo. Este efecto ocurre también en bebés en gestación y en recién nacidos, aún con más fuerza, porque el bebé no puede marchar físicamente del lugar pesado.

El efecto Espejo

Los psicólogos explican el efecto Espejo como el proceso de reflejar en la persona que está en frente la imagen de lo que es en este momento. Es decir, que con su simple presencia, una persona que está en calma, automáticamente, aún si no dice nada, presenta a las personas de su entorno un espejo donde cada uno se da cuenta de varias cosas sobre sí mismo y por sí solo. Así que, si hay una situación recurrente con un niño, una niña o un joven, hay que analizar si ésta viene de uno mismo; es decir, simplemente preguntarse si el niño, niña o joven no actuaría (a menudo inconscientemente) como espejo.

Los niños de hoy necesitan límites de tipo contención, no de tipo autoritario.

Es siempre importante que el niño, niña o el joven conozcan sus sentimientos, pero no hasta el punto de descargar todo sobre sus hombros de manera desequilibrada. Los padres y el profesor también son seres humanos, con sus altibajos, sus heridas y sus dificultades. Hay cosas que no nos gustan, nos duelen, otras nos agradan, hay días que tenemos dolor de cabeza y nos irritan algunas cosas; el niño tiene que saberlo y aprender el respeto y la tolerancia hacia nosotros también. Pero para eso hay que hablarles, sin gritar; hacerles saber cómo se siente uno. Eso es inteligencia emocional pura: saber reconocer sus emociones y saber expresarlas sin herir. Sin herirse a uno mismo y sin herir a los demás.

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