El Arte De Educar, Una Caja De Pandora Envuelta En La Competitividad Y La Economía Institucional

El arte de educar, una caja de pandora envuelta en la competitividad y la economía institucional

Caras largas, aburridas, distraídas o quizá concentradas pero no en lo que el profesor enseña, es el panorama que se vive a diario en las instituciones educativas. Los profesores al asumir que sus alumnos conocen nada o muy poco del mundo que les rodea, pretenden instruirlos para que así al finalizar el período se encuentren en la capacidad de responder ciertas pruebas que los califiquen y clasifiquen según sus conocimientos.

El caos inmenso en un mundo pequeño

Eran ya casi las ocho de la mañana, cuando el bus en el que estaba Armando se estación en frente a la escuelita donde iba a hacer sus primeras horas de alfabetización, requisito que le pedía el colegio para poder graduarse. Tres amigos más lo acompañaban, esperaron unos minutos y se bajaron, entraron a la escuelita y empezaron a analizar el panorama, las instalaciones, los baños, las paredes, todo en perfecto estado, sin embargo Armado tenía un extraño presentimiento. Al entrar al salón asignado por la profesora el panorama se transformó, los niños sus pequeños pupilos no se calmaban por más que Armando y sus Amigos se lo rogaran, había empezado el caos. Unos pequeños peleaban, otras se agredían empujándose entre ellas, otros se paraban en las mesas de trabajo y se arrojaban al piso, y Armando y sus amigos no paraban de separarlos a todos, eran muchos para tan solo cuatro grandulones. Armando no pudo más y salió corriendo en busca de la profesora de los pequeños, algo raro sucedió al salir del salón de clase, se dejó de escuchar el caos que se estaba viviendo, al parecer los muros eran aislantes de sonido, pues por las ventanas se podía divisar el caos que se estaba viviendo en el interior del salón, pero no se escuchaba nada. Cuando llegó Armando al salón donde los profesores tomaban café ¡ohh sorpresa¡ no había nadie, fue a buscar al rector y tampoco estaba, como si se los hubiesen escapado del calvario. Cuando Armando volvió al salón de clases, la situación era cada vez peor, la cabeza de uno de los pequeños no dejaba de votar sangre, no paraban de llorar, y gritar, espantados por el infierno del que fueron partícipes, pues desafortunadamente nadie hizo algo para remediar la situación tan deprimente que se estaba viviendo en el momento.

Al ver esto, Armando empezó a cuestionarse ¿qué pasaba con los estudiantes y su comportamiento?, ¿definitivamente la educación era solo para unos cuantos que estuviesen a disposición de recibir una clase de forma adecuada?, ¿qué ocurría con los entes de control de las mismas instituciones como profesores y rectores ante situaciones como éstas?, y en sí, ¿qué sucedía con el sistema educativo y sus

Realmente una de las razones por las que un estudiante se distrae en clase se debe a que ésta no es lo bastante interesante como para llamar su atención, y a diferencia de lo que sucedía en el pasado, no se le puede agredir ni física ni verbalmente para remediar su conducta, dejando quizá sin opciones a las autoridades de dichas instituciones para tomar medidas al respecto.

Esto no implica que la única opción para corregir conductas como las descritas anteriormente sea la violencia; simplemente se está indicando que la educación se quedó corta en su labor pues no le enseña al estudiante sino al alumno, no estudia sus habilidades y por ende no le ayuda a desarrollarlas, por el contrario se limita a darle una serie de conocimientos dejando inconcluso su proceso de aprendizaje. Dicho proceso es indispensable para poder corregir, educar y orientar al niño de forma adecuada, con el fin de guiarlo para que en un futuro sea capaz de elegir las opciones más adecuadas, haciendo de él un buen ciudadano, trabajador y porque no un profesional ejemplar, alejado de la corrupción y toda acción que incorpore conductas delictivas que afecten de forma negativa la estabilidad de de la sociedad.

Desafortunadamente conductas de este tipo son de extrañar en sociedades como colombiana, en donde las instituciones educativas se usan como guarderías que funcionan simplemente para cuidar a niños y jóvenes mientras los padres terminan su jornada laboral y los recogen, sin tener en cuenta el tipo de educación que están recibiendo en éstas. Además de cobertura en educación se necesita calidad, pues ¿de qué sirve llevar a todos los niños del país a las aulas, si situaciones como las anteriores pueden volver a suceder y en un grado con mayor magnitud? Una noticia relacionada con este tema fue desarrollada en los diarios del país en el 2012, la cual hacía referencia a que la educación media sería gratuita, aparte de la básica y de la preescolar, pues ya gozaban de este privilegio desde inicios de la última década. Si lo que dijo la ministra de educación Ocampo cuando informó ésta importante noticia fuera del todo cierto "La educación debe ser una prioridad en nuestro país, porque lo es todo, por eso el próximo año la escolaridad será totalmente gratuita para nuestro niños" el sistema educativo no se regiría por el sector administrativo. Por el contrario, estaría centrado en implementar políticas dirigidas a mejorar la calidad de vida de todos y cada uno de los ciudadanos desde los más pequeños quienes en un futuro conformarán la base productiva de la sociedad y a sus familiares, quienes inculcan en él la base de la escala de valores de la sociedad.

El análisis de estos hechos concuerdan con los postulados de la corriente institucionalista y la educación, los cuales como lo describió Martínez en su escrito “El papel de la educación en el pensamiento económico" la educación no afecta de forma positiva o negativa el nivel de productividad , el mercado de trabajo, la pobreza y el desempleo. Por otra parte, esto si sucede desde la perspectiva de los “Enfoques y modelos de la segmentación del mercado dual de trabajo” en donde se divide el mercado laboral en primario, que es caracterizado por tener salarios altos, estabilidad y oportunidades de promoción, y el secundario el cual es representado por tener salarios bajos y labores menos atractivas por las condiciones precarias en las que se realizan, en donde la educación no se vuelve requisito para obtenerlo. Es decir “…Las características del capital humano asociadas con productividad (escolaridad y adiestramiento) tienen escasa influencia sobre los sueldos y puestos de trabajo de la mayoría de los trabajadores del sector secundario.”

Así,

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