Embarazo En La Adolescencia

Resulta indispensable impulsar políticas con perspectiva de género en relación al embarazo precoz, así como recomponer el tejido social de las comunidades, particularmente en las indígenas, para establecer una red de protección para adolescentes, aseguró Carmen Juárez Toledo, directora de Desarrollo Humano Sustentable del Instituto Nacional de las Mujeres.

Durante la presentación del informe “Maternidad en la niñez. Enfrentar el reto del embarazo en adolescentes”, la funcionaria federal lamentó que en pleno siglo XXI no se cuente con información, servicios de salud y apoyos para que las y los adolescentes tomen decisiones y ejerzan sus derechos.

El cuidado de la salud, dijo, no es sólo propiciar insumos, sino prevenir la atención, para lo cual es necesario enseñar a las niñas y adolescentes a cuidarse a sí mismas; ofrecer mecanismos de atención profesional de alta calidad con visión de género; corresponsabilizar a los hombres en el ejercicio de su sexualidad.

"Tenemos que ser conscientes de cuántos embarazos en etapa adolescente o infantil están relacionados con las prácticas violentas, como violencia sexual, prácticas incestuosas, donde es urgente establecer una política de prevención del abuso sexual y maltrato infantil”, subrayó la directora de Desarrollo Humano Sustentable del INMUJERES.

Además, Juárez Toledo se pronunció por activar servicios sociales que sean acompañantes de las niñas que tienen embarazos, así como cerrarle el paso a la impunidad en que todavía quedan muchos delitos sexuales contra la niñez y la adolescencia.

Aseveró que es obligación del Estado mexicano brindar métodos anticonceptivos de emergencia y unir esfuerzos entre los tres niveles de gobierno y la iniciativa privada.

Para disminuir la problemática del embarazo adolescente, manifestó, es necesario apostarle a la igualdad de género, a la educación sexual y reproductiva desde un punto de vista de los derechos humanos.

La maternidad temprana, dijo, se ubica en un contexto social donde destacan la desigualdad de género y la falta de oportunidades.

Por ello, explicó, los desafíos son superar la pobreza, borrar las brechas de género, terminar con la discriminación, abrir acceso de jóvenes a servicios de salud para que les brinden información y formación sobre su salud sexual y reproductiva.

Toda niña, concluyó, debe acceder libremente a información sobre métodos para prevenir embarazos: “si ellas carecen de elementos para concientizarse sobre efectos de embarazo precoz se les niegan sus derechos a la salud, a planeación y a su autonomía”.

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