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Entre Pantallas, Controles Y El Bombardeo De Información: Los Niños Del Siglo XXI


Enviado por   •  24 de Octubre de 2013  •  3.685 Palabras (15 Páginas)  •  455 Visitas

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Los niños ya no son como los de antes, en mis tiempos los niños eran… ¿será? ¿en qué son diferentes estos niños? ¿Dónde está ese antes y después? Habría que traer un niño del pasado para hacer válida esa comparación. Sin embargo es evidente que los esquemas bajo los cuales se solía criar a los niños, parecen estar cada vez más obsoletos.

El concepto de niño como sujeto que piensa, siente y tiene un lugar en este mundo es relativamente reciente, antes del Siglo XIX no era tan importante una diferenciación, los niños eran simplemente adultos en potencia, y no había que invertir en ellos ni tener cuidados especiales, de hecho eran tratados más bien como una pertenencia.

No obstante, hoy se nos antojan prehistóricos aquellos años no tan lejanos, en los que los niños jugaban más con menos objetos: carritos, muñecas, trastecitos, canicas, pelotas y casitas. Estos no tenían que comprarse en una juguetería ni pertenecer a una marca específica, de hecho hasta podían haber sido elaborados en casa por un familiar o por ellos mismos. Los pequeños se ponían la ropa que les compraban sus padres, aunque no les gustara, y si se portaban mal o tenían malas calificaciones, se atribuía a que eran flojos o malcriados, no a algún nuevo síndrome. La mayoría de ellos pasaba las tardes jugando en las calles de su barrio, bajo el cuidado de su mamá, y si había que acudir a la más alta autoridad, esa la ejercía el papá. En pocas palabras la infancia se podía definir por individuos en sus primeros años de vida, de los cuales se esperaba obediencia, dependencia, heteronomía, inocencia y docilidad, mientras llegaban a ser adultos.

Hoy ciertamente los niños no encajan tanto en esa descripción. Pues nos encontramos con que la sólida línea que separaba al niño del adulto, se ha ido haciendo cada vez más finita, tanto, que de pronto hasta se nos pierde.

Los niños actuales adoptan comportamientos y habilidades que antes sólo pertenecían al mundo de los adultos, debido a que están en contacto con informaciones y conocimientos desde edades muy tempranas. Pareciera que este “niño-grande” de hoy, no necesitara del adulto, ni tampoco esperar a crecer él mismo.

Aunque no se puede generalizar, y todavía se conservan en cierta medida aquellas características que definían la infancia, sí podemos afirmar que los niños de hoy son totalmente capaces de imponerse ante los adultos que han perdido su autoridad. Y esta pérdida se debe en gran medida a los cambios que ha generado una sociedad marcada por la tecnología, la información y el consumo. Estos niños crecen adueñándose de experiencias y saberes que a los adultos les costó décadas procesar.

Estamos pasando por una redefinición del concepto de infancia. Nardowsky le llama infancia hiperrealizada, en la cual los niños se manejan a perfección el internet, las computadoras, los setenta –o más- canales de cable y los vedeojuegos. Estos ya no demandan la protección o guía de los mayores, tanto como la satisfacción inmediata de sus deseos adquiridos por la cultura mediática y digital. Los modelos ya no se encuentran en el pasado sino en el aquí y ahora; y en lugar de depender del adulto, los niños de hoy son capaces de guiarlo en un mundo en caos.

Todo esto es un proceso que se ha venido desarrollando desde mediados del Siglo XX, Y hoy en el Sigo XXI, es lo que se está manifestando, lo que vemos es un reflejo de estos cambios. Esto tiene que ver con la globalización, con el acortamiento de fronteras y la imitación de otras culturas, el acortamieno de fronteras, la reducción de espacios físicos, la sobrepoblación de la ciudades, etc., y por supuesto, con la tecnología. Las brechas generacionales se están haciendo cada vez más difíciles de compensar por los cambios tan rápidos.

No es que los niños del Siglo XXI sean más o menos inteligentes, sino que se comunican de otra manera. El concepto de espacio y de tiempo se ha acortado, es más fácil estar contacto, pero afectivamente la comunicación cada vez es más lejana.

Pero analicemos cómo se han generado estos cambios:

Contexto familiar:

La dra. Carmen Guzmán, quien es terapeuta familiar, especializada en niños y adolescentes nos explicó en entrevista que la problemática por la que pasa la generación infatil actual reside en diversos factores, pero el centro del desarrollo del niño sigue siendo la familia. Sólo que en el contexto del Siglo XXI estructura tradicional de familia se ha modificado, ya no es aquel prototipo en el cual era una generalidad que la autoridad recaía en el padre y la crianza sobre la madre.

Por familia entendemos dos o más personas que conviven juntas y que tienen un espacio común afectivo, y comparten una relación mutua de ayuda y beneficio, y los roles que se ejercen dentro de ella pueden variar. Hoy vemos que muchos padres aún no encuentran cómo colocarse en la familia. Con la ampliación en el rol de la mujer, la figura del “hombre de la casa” como organizador y autoridad se ha debilitado. Mientras que la mujer trata de conjugar trabajo y carrera y la manutención del hogar, con el tradicional rol de ama de casa y madre. Esto ha generado una crisis en las parejas, el matrimonio como institución ha perdido solidez.

Actualmente hay un alto índice de familias monoparentales, sobre todo de mujeres que trabajan y son el sustento de la familia. Son mujeres u hombres solos que después de trabajar el día entero, llegan cansados a hacer labores del hogar, y está en ellos la responsabilidad completa de la crianza, y no tienen tiempo para hacerlo.

En muchos casos la crianza se está pasando a las escuelas aunque ese no sea su propósito. Por todo esto los niños se sienten abandonados y poco atendidos porque no se les da tiempo de calidad. Pasan horas frente a una pantalla, su “nana virtual”. Si los padres trabajan y no pueden estar en todo el día, al llegar a casa lo último que quieren es entrar en conflicto con sus hijos, y poner límites implica coerción. Para muchos padres la culpa por su ausencia es un obstáculo para el ejercicio de su autoridad. Pero la imposición de límites es indispensable para el desarrollo de un niño porque le otorga una estructura dentro de la cuál él crece seguro.

La nana virtual:

Los seres humanos del siglo XXI pasamos largas horas frente a una pantalla, ya sea por necesidad o por vicio, esto no es terreno exclusivo de los niños. La diferencia es que ellos nacieron cuando ya había entrado en su apogeo la era digital, por eso se les llama “nativos digitales” . Carmen Guzmán

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