La Equidad De género

La equidad de género surgió para alcanzar la igualdad de la mujer frente al hombre, con el propósito de que ella tenga las mismas oportunidades en cualquier aspecto, y no solo derecho a votar. Sobre este tema y desde una perspectiva ética haré una reflexión.

Durante siglos las mujeres estuvieron en segundo término, la cultura patriarcal constituyó a un dios masculino y a las mujeres se les negó la condición humana hasta el siglo XII, cuando se reconoce que tienen alma, en los albores de la Santa Inquisición. Durante ese periodo murieron un número incuantificable de mujeres (todas las edades) en la hoguera y en procesos de tortura, acusadas de practicar la brujería.

En el siglo XVIII el espacio público se determinó como propio para los hombres, y el privado para las mujeres. En realidad esta división es la prohibición y limitación de prácticas en ambos géneros, pero con desventaja para las mujeres, porque limita su participación en actividades de prestigio, construcción de ciudadanía, y la toma de decisiones.

La equidad de género es un tema ético porque se trata de normas y costumbres que regulan las relaciones humanas en búsqueda de la dignidad de la que todos los seres humanos somos merecedores. Lo más importante es que cada persona, a partir de su propia intimidad y cotidianeidad ponga en práctica la equidad, valorando a cada persona sin tener en cuenta su condición social o sexual, su cultura, su apariencia o su religión, ya que todos somos seres humanos y como tales debemos ser tratados, respetando siempre la dignidad de cada persona.

La problemática de la desigualdad de género se adquiere en la infancia ya que nuestros padres o con las personas con las que nos desarrollamos nos hacen crear estereotipos para entrar a un grupo social.

Los estereotipos hacen que los niñas o niños adquieran creencias y atribuciones sobre cómo debe ser y como debe comportarse cada género. Muchas veces son simplificaciones que reflejan prejuicios, clichés e ideas preconcebidas. El estereotipo de género logra convertirse en un hecho social muy fuerte y llega a considerarse que es algo “Natural”.

El estereotipo de una mujer es ser dependientes, débiles, sentimentales, y el estereotipo de un hombre es ser independientes, fuertes y racionales.

Algunas famosas cuentan su infancia, del cómo desde hace años la sociedad ha minimizado a las mujeres por el simple hecho de ser mujer, así, tenemos el caso de Juana Inés de Asbaje y Ramírez quién aprendió a leer y escribir a los tres años, y a los ocho escribió su primera loa, ingresó al convento en su adolescencia: «Vivir sola... no tener ocupación alguna obligatoria que embarazase la libertad de mi estudio, ni rumor de comunidad que impidiese el sosegado silencio de mis libros», escribió.

Su narrativa evidencia que prefirió el convento al matrimonio para poder acceder a las letras, que en el siglo XVI, no era opción para las mujeres. Esto era la realidad de las mujeres, eran educadas sólo para ser esposas y madres “Ser para el otro” (Graciela Hierro) y no poder hacer lo que decidieran. Lo mismo le decía su padre a Simone de Beauvoir, “Posees una inteligencia insuperable, lástima que naciste mujer”, cuando era niña ya había escuchado decirle: “la mujer es lo que su marido hace de ella, es él quien debe formarla”.

Beauvoir, S. (1958). Memorias de una joven formal. España: Sudamericana.La identidad de género, saberse niña o niño se da previo a la identidad sexual, entre los dos y tres años de edad.

Los niños y niñas relacionan lo masculino y femenino no con el cuerpo, sino con la apariencia, los vestidos, los colores, los juegos…” Esto les genera miedo al no ser lo que esperan los demás del niño o niña, podríamos decir que los niños pasan por un proceso del acto moral, es decir, los niños temen que si juegan “cosas de niñas” pueden dejar de ser niños, y las niñas de convertirse en niños si se comportan como ellos.

MODELOS:

“la diferencia sexual tiene su sustento en esencias, en naturalezas femeninas o masculinas, se ha señalado que los varones son naturalmente superiores a las mujeres en virtud de que son más racionales y más fuertes, por lo que se refiere a las mujeres como naturalmente más débiles e inferiores en intelecto [Gómez, 2001: 218]. La afirmación de esta diferencia sexual entre varones y mujeres ha justificado la exclusión de las mujeres de los asuntos públicos. Esto resulta un paradigma patriarcal y por sus cuestiones biológicas de esta misma naturaleza, resulta imposible transformar”. Hierro, G. (1985). Ética y feminismo.

Graciela Hierro sostiene que existen tres modelos: Patriarcal, feminista, alternativo. Hierro, G. (1985). Ética y feminismo.

•El modelo patriarcal, es el “ser para otros” en donde la mujer está a disposición del hombre, en donde existe la inferiorización de la mujer, la controlan y la usan.

•El modelo feminista es el “ser para sí”, donde es todo lo contrario, cuando se menosprecia al hombre diciendo que lo valioso es todo acerca de la mujer y lo demás no vale nada.

•El modelo alternativo, “ser con el otro” es donde no existe el explotado ni explotadores, donde se busca el aumento de la riqueza material, acceso igualitario de la sociedad, la realización integral de las personas en su vocación, identidad y la democratización plena en decisiones políticas y económicas, este es el modelo que tendría que impulsarse para generar una sociedad con equidad de género.

Como puede verse la desigualdad de género está atrapada en la ideología patriarcal y enfoca idílicamente un problema que se asume en prejuicio y estereotipos. La mujer queda invisibilizada por la costumbre de un sistema patriarcal que solapa construcciones culturales sustentadas en las diferencias de orden biológico: nadie niega el racismo, la homofobia o la esclavitud, pero nombrar la misoginia cuesta más trabajo porque están implicados los roles

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