Los intentos fallidos del pasado: Las reformas a través de los años

Introducción

En nuestro país muchos han sido los intentos, fallidos en su mayoría, que se han hecho para reformar la educación, esta falta de éxito es debido en parte a la falta de continuidad y seguimiento, la ausencia de investigación a fondo sobre las bases pedagógicas de la educación y las necesidades educativas de la población, se pretende integrar programas extranjeros que no se adaptan a la realidad mexicana, coincido con Ricardo Vázquez Chagoyán quien en su ensayo La escuela a examen: Las reformas educativas, más de cuatro décadas de fracasos comenta: “El sistema educativo sigue esperando una evaluación profunda y seria, basada en una investigación que busque las causas de sus continuos fracasos pedagógicos” . Es imposible pensar en una verdadera reforma cuando las que se han llevado a cabo se han dejado inconclusas o simplemente solo se iniciaron sin darle el seguimiento requerido.

Es cierto que se ha hecho un gran esfuerzo por lograr una mejora considerable en la educación de nuestro país, pero también es cierto que si queremos que los cambios en la educación sean verdaderos, debemos iniciar con reformas en la formación docente e impulsar una continua actualización del profesorado, tomando en cuenta, que uno de los actores principales, el docente, se encuentra desfasado ante estos cambios y reformas, es por esta situación de desfase que los cambios en los procesos educativos generan incertidumbre en el colectivo docente, dificultándose la adaptación a las trasformaciones que vive el proyecto educativo mexicano.

Con la finalidad de lograr un cambio que contribuya a disminuir estos índices de reprobación y deserción a nivel secundaria surgió la propuesta, que inicialmente fue nombrada Reforma Integral a la Educación Secundaria, la cual expresa en su Documento Base como propósito primordial “transformar la práctica educativa a fin de mejorar las oportunidades de aprendizaje de todos los estudiantes. Para ello, reconoce que es indispensable fortalecer la continuidad entre los niveles que conforman la escolaridad básica, ofertar un currículo que posibilite la formación de los adolescentes como ciudadanos democráticos, desarrollar al máximo las competencias profesionales de los maestros e impulsar procesos para que las escuelas funcionen colegiadamente y se constituyan, efectivamente, en comunidades de aprendizaje” .

No se niega la importancia de una reforma a la educación en su conjunto, sin embargo es imposible realizar una transformación de esta magnitud sin tener las herramientas adecuadas para llevarlo a cabo, no solo son los cambios a las estructuras, planes y programas, principalmente se requiere modificar la formación de los “formadores”, es decir llevar a cabo una reestructuración educativa de manera gradual, es imposible que en un curso de dos semanas pueda prepararse a una institución escolar para llevar a cabo un cambio tan radical como se pretende.

Los intentos fallidos del pasado: Las reformas a través de los años

Desde inicios de los años sesenta hasta la actualidad se han realizado en México cuatro reformas educativas generales (en los sexenios de Adolfo López Mateos, Luis Echeverría Alvarez, Miguel De la Madrid y Carlos Salinas de Gortari), añadiendo a esto diversas reformas a los planes y programas de educación y en todos los niveles educativos. Estas modificaciones han resultado ser intentos fallidos por mejorar la educación en México, seguimos viendo la falta de adecuación de los programas a los cambios sociales, falta de infraestructura y decadente actualización magisterial.

Antecediendo a estas reformas sexenales encontramos los inicios de la educación secundaria, datos históricos basados en el documento de Margarita Zorrilla (2004), estos inicios se presentan en 1865 donde su organización fue al estilo Liceo de Francia podemos observar que desde sus primeros momentos ha pasado por una falta de adaptación a la realidad mexicana, entre los intentos por consolidarla se realizó en 1916 la separación al nivel preparatoria conformándose finalmente como una extensión de la primaria y no antecesora de la preparatoria sin adquirir aún su grado de independencia, en 1918 se replantean los objetivos y se modifican las materias ; en 1932 se realiza una reformulación a los planes y programas con el objetivo de propiciar en los estudiantes la realización de sus estudios posteriores a la secundaria, en 1934 con el ingreso al poder del presidente Lázaro Cárdenas la educación media adquiere un carácter socialista y nuevamente para 1936 se modifica el plan de estudios, procurando fortalecer las áreas de historia y civismo.

Los docentes y su formación para el RIES

La formación docente es el eje principal de la educación, es aquí donde el profesorado recibe las bases de su quehacer profesional. Es por ello que la actualización docente debe considerarse como el primer paso para iniciar con una verdadera reforma a nivel secundaria.

Como hemos observado, muchos han sido los cambios que se han hecho a planes y programas de estudio, se ha acondicionado tecnología en las aulas con la creencia que esto permitirá al estudiante mejorar su desempeño, olvidándose de uno de los actores principales del proceso de enseñanza-aprendizaje: el docente, se han olvidado que para que exista un verdadero avance y un cambio palpable debemos iniciar con reformas en la formación docente e impulsar una continua actualización del profesorado, entendiendo por actualización el espacio donde el personal docente adquiere habilidades y destrezas que permiten llevar a cabo de manera más eficiente su labor.

Un grave problema que se presenta en este plano es la falta de interés del profesorado por adquirir nuevos conocimientos o reforzar los ya obtenidos, es desalentador saber que únicamente se actualiza ante un estímulo económico, sin tomar en cuenta que la transformación de la ciencia y la tecnología avanza a pasos acelerados, provocando que los intentos de innovación se vean frenados por la falta de iniciativa de los docentes por mejorar, cayendo irremisiblemente en la obsolescencia y por lo tanto la calidad en la educación se encuentra muy por debajo de los requerimientos.

En resumen, la escuela secundaria se encuentra con docentes y programas obsoletos, falta de tiempo para abordar los programas en su totalidad, terminando el profesorado por dar clases de todo y explicaciones de nada, sin mencionar la falta de adecuación a los libros de texto la tarea docente se hace cada vez mas difícil. En estas condiciones es difícil pensar que se solucionarán todas estas fallas que el sistema ha arrastrado por años con una reforma.

Investigaciones recientes nos muestran que el

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