NARCOTRÁFICO: Un Problema En La IDENTIDAD NACIONAL Como En Sinaloa

NARCOTRÁFICO: un problema en la IDENTIDAD NACIONAL como en Sinaloa

La identidad es lo propio, es decir lo que nos define, aquello que nos caracteriza y nos identifica a cada quien como personas, y si hablamos de identidad nacional el significado no cambia mucho, ya que este también es el sentimiento o el sentido de pertenecía hacia un país en particular, en mi caso lo es México. Una de las cosas más indispensables en cuanto la identidad es con respecto a la cultura ya que con ella podemos definir muchas cosas sobre nosotros mismos y también desengañarnos de lo que las sociedades piensan. Un ejemplo son los estereotipos así como los que nos plantea Octavio Paz (1996, pp. 61-72):

“El ideal de la hombría consiste en no rajarse nunca. Los que se abren son cobardes. El mexicano puede doblarse, humillarse, agacharse pero no rajarse, esto es permitirse que el mundo exterior penetre en su intimidad. El rajado es de poco fiar, un traidor o un hombre de dudosa fidelidad que cuenta los secretos y es incapaz de afrontar los peligros como se debe”.1

Como se dijo anteriormente estos solo son estereotipos, es decir solo son pensamientos que distintas sociedades han implantado sobre los rasgos culturales del hombre mexicano, gracias principalmente al cine que fue distribuyendo esta ideología errónea de las cosas.

Una identidad nacional es lo que nos representa como país, lo que en verdad sentimos y nos hace sentir definidos y caracterizados dentro de él. Por ejemplo un argentino no se puede definir ni caracterizar por una bandera tricolor con un águila en medio, ya que esta no es su bandera, pero este puede definirse por ser un mariachi si este toca y le gusta este tipo de música, ya que eso es lo que lo identifica y a su vez lo hace único de los demás.

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1) Paz, Octavio. El laberinto de la soledad. En OC, V. III. Círculos de lectores/fondo de Cultura Económica, México, 1996, pp. 61-72

En México con el paso de los años la cultura ha cambiado constantemente, dejando atrás ciertos rasgos culturales que se tenían y todo esto es posible gracias a los medios masivos de comunicación así como nos lo dice Ramírez Sánchez, Xóchitl y Eduardo Nivón Bolán (1995): “los medios masivos de comunicación y en general sobre los fenómenos educativos, políticos, religiosos y de cultura y entretenimiento que constituyen el armazón de la cultura de masas en México”.2 Esto se debe a que los medios tienen influencias en todas las personas y de este modo de tanto escuchar, ver e interactuar todas las ideas se nos van grabando hasta que adaptamos esos rasgos que se nos imponen.

Y es aquí donde empieza el gran problema ya que los mexicanos ya no nos identificamos por ser grades compatriotas con la música de mariachis sonando a todo lo que da, sino al contrario ya que casi está al borde de la extinción siendo remplazada por los narco corridos, en otras palabras para resaltar el problema yo diría que atreves del tiempo y otros factores (medios masivos de comunicación, pobreza e ingenuidad) hemos cambiado una música que resaltaba lo bello y casi siempre hablaban del amor, por otra, que solo habla de armas, muertes y drogas, solo levantando el ego de las personas de las que se mencionan en dichas canciones tales como: el doble xx, soldado imperial, la Cheyenne sin placas etc.

De esta manera hemos adoptado al narcotráfico como parte de nuestra cultura, y como lo mencionaba anteriormente los medios masivos de comunicación han tenido una gran influencia para este gran cambio así como nos lo afirma Monsiváis, Carlos (2004, PP. 34):

“Más que los medios masivos de comunicación, ha sido la industria del espectáculo la gran divulgadora de la cultura del narcotráfico. […] En la comprensión de lo que es el narco es enorme la deuda con el cine, que entre otras cosas afecta la idea que de sí mismos tiene los causantes directos del subgénero fílmico”.3

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2) Ramírez Sánchez, Xóchitl y Eduardo Nivón Bolán. “El estudio de la cultura de masas en México”. Cultura y pospolítica. El debate sobre la modernidad en América Latina. México, Conaculta, 1995.

3) Monsiváis, Carlos. Viento rojo, Diez historias del Narco, México, Plaza Janes. 2004. México. PP. 34

Pero esto no solo se debe a los medios masivos de comunicación, lo cual es aún más alarmante ya que el narcotráfico se han metido en todo México no solo como una moda, tal y como nos lo muestran los medios, sino también por el propio gusto de las personas, por ejemplo en el caso de Sinaloa así como nos lo dice Calderón Viedas, Carlos (2007):

“Al sinaloense le gusta ostentar su forma de violento. Le gusta lucir pistola al cinto y si no puede hacerlo, hace ver con discreción que anda armado. No le importa

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