VISIÓN Y CRITERIO DEL FUNCIONAMIENTO ACTUAL DE LA GESTIÓN PÚBLICA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA[pic 3]

Escuela Nacional de Administración y Hacienda Pública

Dirección de Postgrado y Adiestramiento

Especialización en Control de la Gestión Pública

Unidad Curricular: Sistemas de la Administración Financiera                              del Sector Público

Participantes:

Obregón Pérez, Mariela

Pérez, Dilia

Fecha: Marzo, 2021.

ENSAYO

VISIÓN Y CRITERIO DEL FUNCIONAMIENTO ACTUAL DE LA GESTIÓN PÚBLICA EN TIEMPOS DE PANDEMIA, RETOS, DESAFÍOS Y AMENAZAS

        La Gestión Pública en Venezuela se concibe como la correcta utilización de los recursos del Estado a fin de satisfacer las necesidades de la ciudadanía, y para ello se debe contar con una estructura especializada que permita implementar políticas eficaces de administración de los recursos de la nación. Esta se encuentra íntimamente relacionada con el servicio público, ya que se idean políticas de estado que contemplan actividades, planes y programas a través de entes y órganos del estado que ejecutan las acciones necesarias.

        Desde el año 2013, Venezuela atraviesa una grave recesión económica, crisis social, institucional y política, caída del Producto Interno Bruto (PIB), debido a problemas políticos con sectores adversos a nivel nacional e internacional. El gobierno desde 2016 ha declarado un estado de excepción, reincidentemente hasta el 2021, y esto ha conllevado a que Venezuela sea considerada por otros países y órganos internacionales como un país restrictivo de los derechos fundamentales con crisis política, económica, social, lo cual se considera que violenta preceptos internacionales y constitucionales.

        De todo lo expuesto nacen las medidas sancionatorias internacionales en contra del país y funcionarios del Gobierno, que han bloqueado la adquisición normal de bienes y servicios internacionales, así como la disposición de los fondos del país en otras naciones. La poca disponibilidad de divisas y de recursos fiscales significa un gran riesgo que puede traducirse en hiperinflación y la limitación para importar bienes como alimentos y combustible, deteriorado la calidad de la gestión pública de Instituciones del estado y la vida de sus habitantes.

        Un efecto directo de las sanciones lo tiene sobre las remesas, ya que hay un impedimento para el uso del sistema financiero internacional y eso afecta a la economía doméstica, los negocios y las transacciones internacionales de los venezolanos. Las instituciones financieras se sienten obligadas a cumplir con las sanciones y se reducen a los cuales puede acceder las autoridades venezolanas.

        Otra secuela de la aplicación de estas medidas, es la acentuación de la pobreza en Venezuela, según FAO, un 9,3 millones de personas tienen deficiencias para acceder a los alimentos y se prevé una contracción del producto interno bruto (PIB) del país en un 25%, la hiperinflación hace que cualquier producto de la canasta básica supere el salario mínimo.

        Investigaciones recientes señalan que Venezuela se encuentra en un estado de vulnerabilidad extrema con paralización parcial de la industria petrolera, que generaba la mayor renta en la nación, calculada en un 80% de todo el ingreso al país, disminuyendo considerablemente la capacidad de satisfacción de las necesidades de la población a nivel de servicios públicos domésticos como electricidad, agua, gas, telecomunicaciones, alimentación e insumos de primera necesidad.

        En definitiva, el país se encuentra en medio de una crisis política y económica sin precedente,  la economía está en su momento más crítico, por lo antes señalado de la industria petrolera, no hay accesos a mercados financieros y crediticios internacionales por las sanciones, las políticas salariales en la administración pública son insuficientes, el sistema de salud está deteriorado con hospitales sin insumos suficientes para atender a la población; la agricultura, industria y comercio público no recibe suficiente financiamiento o ayuda del Estado, el sistema financiero venezolano no puede estimular las actividades productivas, no hay demanda de créditos bancarios.

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