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Café en Colombia: El despertar de una oportunidad


Enviado por   •  24 de Abril de 2013  •  Ensayos  •  2.733 Palabras (11 Páginas)  •  533 Visitas

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Café en Colombia: El despertar de una oportunidad

Todos los días, más de 500.000 agricultores dedicados al cultivo de café en Colombia cumplen una tradición familiar transmitida de generación en generación. El cultivo de granos de café de alta calidad en cerca de 2,2 millones de acres del altiplano colombiano es parte importante de su herencia. Para los colombianos, el café no es sólo un grano, sino parte de su identidad nacional. En realidad, el cultivo del café es la mayor fuente de empleo en la zona rural del país. Un ejemplo de la importancia fundamental del café para la sociedad colombiana y para su imagen internacional es el presidente del país, Juan Manuel Santos, que durante un buen tiempo fue representante de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC) en la Organización Internacional del Café.

Los colombianos se enorgullecen de la reputación que tienen los granos de café de altísima calidad del país, gracias a su rico suelo volcánico y al cultivo hecho de forma predominante en la sombra. Además, la alternancia entre estaciones húmedas y secas posibilita el cultivo de dos cosechas: una de septiembre a diciembre y otra de abril a junio. El café es cultivado en las llanuras de Sierra Nevada de Santa Marta y en las laderas de tres secciones de la Cordillera de los Andes que atraviesan el país. El grano se puede plantar en altitudes de 1.950 metros, donde el clima crea granos superiores favoreciendo el aumento de la acidez. Como el terreno impide la posibilidad de la mecanización excesiva, el café colombiano se cosecha a mano cuando alcanza la maduración ideal, y se limpia inmediatamente para evitar que mucílago impregne los granos. Ese proceso diferencia el café colombiano del café de otros países, como Brasil, donde el café se produce a gran escala en altitudes por debajo de 975 metros y no se suele limpiar de forma inmediata. Además, el café brasileño se cosecha de forma mecánica, dando lugar a un producto que muchos consideran de calidad inferior.

La cosecha hecha a mano en Colombia tiene como resultado no sólo un producto de calidad superior, sino también la mayor implicación de los agricultores dedicados al cultivo del café en la industria, que, por necesidad, emplea a un gran número de pequeños productores. Cerca de un 95% de las familias colombianas que trabajan en el cultivo de café tienen pequeñas extensiones de tierra de cinco acres de media cada una. Esa característica distingue la producción del café colombiano y la convierte, básicamente, en una actividad familiar en que todo el proceso de cosecha y post-cosecha la ejecutan los propios cafeteros.

En 2010, Colombia produjo 8,9 millones de sacas de 60 Kg. de café verde, que es la primera etapa de la producción. Esa cosecha tuvo un valor de US$ 2.300 millones. En términos económicos, eso significa que la producción de café representa un 16% del PIB agrícola nacional. Los granos verdes de café se envían a diferentes empresas de todo el mundo que los tostarán, empaquetarán y distribuirán bajo diferentes marcas. Según FNC, en los últimos cinco años por lo menos un 37% de las exportaciones de café de Colombia tuvieron como destino EEUU, mientras que Alemania recibió más del 10% de la producción.

FNC: un modelo único

FNC es la mayor organización rural sin fines de lucro del mundo. Fue creada en 1927 para representar y defender los intereses de los cafeteros. Sus miembros, elegidos por los productores de café, interaccionan con sus afiliados y se reúnen anualmente para la realización de actividades importantes, entre ellas la elaboración del presupuesto. La institución también crea y pone en práctica varios programas sociales solicitados por las familias de los cafeteros. Según Alejandra Londoño, vicepresidente de negocios internacionales de Juan Valdez, una de las prioridades actuales de FNC consiste en el desarrollo de estrategias para la adaptación al cambio climático mundial. Ese fenómeno ha provocado periodos más intensos de lluvias, cuyo impacto es sustancial sobre la producción de café.

La distribución de los beneficios es una manera de promover un nivel mínimo de vida para los cafeteros, pero eso no es tarea fácil en Colombia, porque la mayor parte del valor agregado del café se obtiene en el comercio minorista. Para lidiar con esa dificultad, FNC creó el Fondo Nacional del Café a principios de los años 40. Ese fondo respalda la Política de Garantía de Compras, que ofrece a los agricultores un precio mínimo transparente para su producto según una fórmula que toma en cuenta el precio actual en el mercado internacional y la tasa de cambio, entre otros factores. Pero los cafeteros pueden conseguir precios más elevados para productos con características especiales, como es el caso del café orgánico.

Los productores tienen la opción, pero no la obligación, de vender lo que quieran de su producción al precio mínimo establecido, y pueden hacerlo en cualquier momento en uno de los más de 500 locales de todo el país. Por lo tanto, cualquier productor podrá obtener, de media, cerca de un 95% del valor del café que produce. Según Marcela Jaramillo Asmar, coordinadora de marketing y publicidad de FNC, "esa estructura garantiza que el cafetero tenga siempre la mejor opción — o él recibe el precio garantizado por FNC, o recibe más. En muchos países, el productor recibe mucho menos porque está sujeto al mercado". A través de FNC, el cafetero sabe el precio del café a la hora del cultivo, lo que le permite planear de manera más eficiente su producción y su flujo de caja.

FNC exporta cerca de un 30% del café colombiano, lo que le convierte en el mayor exportador del mundo. El Fondo Nacional del Café se financia a través de una contribución de US$ 0,06 por libra de café verde exportado. Jaramillo Asmar dijo que "el trabajo de FNC, entre otros, consiste en administrar esos recursos para garantizar el bienestar de los cafeteros". A través del fondo, FNC proporciona asistencia técnica a los productores de café, a la investigación científica, a los programas de control de calidad, mejora la condición de vida local y sirve de publicidad internacional para el café colombiano. Sólo en 2011, el fondo invirtió un total de US$ 365 millones en ese tipo de esfuerzos.

Responder a un mercado en transformación

En un esfuerzo perenne de aumento del valor del café para el cafetero colombiano, FNC trabaja con el objetivo de diferenciar el producto colombiano por su calidad superior. Según Jaramillo Asmar, fue preciso crear estrategias de marketing para garantizar que el consumidor "reconozca y busque de forma específica el café colombiano". Para eso, FNC creó en 1959 una campaña de

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