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El principe maquiavelo y su acenso al poder


Enviado por   •  9 de Noviembre de 2015  •  Ensayos  •  5.089 Palabras (21 Páginas)  •  169 Visitas

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Nombre del estudiante:

Nombre del trabajo: Ensayo “El Príncipe” de Maquiavelo.

Fecha de entrega: lunes 7 de octubre de 2013

Campus: San Rafael Sede Marina

Carrera /Prepa: Derecho

Semestre/Cuatrimestre: Segundo

Nombre del maestro: Melany Jiménez

 “El príncipe”

Nicolás Maquiavelo

En los primeros tres capítulos clasifica los tipos de principiados, por ejemplo; en el capítulo primero nos describe los principiados hereditarios, que son en los que están acostumbrados a ver reinar la familia de su príncipe, hay menos dificultad para conservarlos; y los nuevos, que si no son del todo nuevos, se llaman mixtos y se dan cuando los estados se adquieren a uno más grande o más antiguo y así unir las costumbres, las lenguas y la organización distinta a la suya.

En el cuarto capítulo habla de que pueden existir dos formas de gobierno, mediante un príncipe que elije entre sus ciervos, los ministros que lo ayudarán a gobernar o príncipes asistidos por la nobleza. Estos nobles tienen estados y súbditos propios mientras que el príncipe con ciervos posee mayor autoridad.
El primero resulta más difícil de conquistar ya que no se contará con el apoyo de los ministros que son ciervos y de poder sobornarlos, nadie los querrá obedecer por respeto al Príncipe original. Pero una vez conseguida la victoria, eliminando al príncipe y su linaje, no se pueden rehacer los ejércitos ya que nadie goza de poder en el pueblo.
Por el contrario, los nobles pueden facilitar la conquista pero será muy difícil mantenerla, se deberá luchar contra los que te han ayudado y contra los que has oprimido. No basta con eliminar al Príncipe y su linaje, sino también con la nobleza, lo que resulta imposible. La única forma es lograr la extinción de los miembros originales de la nobleza a través del tiempo.

En el quinto capítulo se habla acerca del modo en que deben gobernarse las ciudades o principiados que, antes de ocuparse por un nuevo príncipe, se gobernaban con sus leyes particulares. Nos dice que hay tres formas de conservar aquellos Estados que estaban acostumbrados a vivir con sus leyes y en República, que son: arruinarlos, ir a vivir en ellos o dejar a estos pueblos sus leyes, obligándolos a pagar una contribución anual y creando en su país un tribunal de un corto número que cuide de conservarlos fieles. Cuando las ciudades o provincias están habituadas a vivir bajo la obediencia de un príncipe, como están habituadas por una parte a obedecer y por otra carecen de su antiguo señor, no concuerdan los ciudadanos entre sí para elegir a otro nuevo; y no sabiendo vivir libres, son más tardos en tomar las armas. Se pueden conquistar con más facilidad, y asegurar su posesión.

        Por el contrario, en las Repúblicas hay más valor, una mayor disposición de odio contra el conquistador que allí se hace príncipe, y más deseo de venganza contra él. Como no se pierde en ellas la memoria de la antigua libertad, y que ella le sobrevive con toda su actividad, el más seguro partido consiste en disolverlas o habitar en ellas.

        En el capítulo seis, se habla de los principiados nuevos que se adquieren con las armas propias y el talento personal. Aquí Maquiavelo nos dice que los principiados de nueva creación, son más o menos difíciles de conservar, dependiendo de la habilidad que tenga el príncipe que los adquiere. Facilita mucho las cosas que un príncipe, al no poseer otros Estados, se vea obligado a establecerse en el que ha adquirido. Los más notables que llegaron a sus principiados por su propia virtud y no por fortuna fueron: Moisés, Ciro, Rómulo y Teseo. Señala que considerando sus acciones y su vida se ve que estos grandes hombres no fueron deudores de la fortuna sino de la oportunidad.

        Aquellos que alcanzan el principiado por las vías que exigen la virtud llegan a tal situación con dificultad, pero se mantienen con mayor facilidad. Las dificultades que les frenan en su logro del principiado son la aparición de nuevas instituciones que se ven obligadas a introducir para fundamentar su estado. Y es que, Maquiavelo dice que lo más difícil es hacerse promotor de la implantación de nuevas instituciones, porque el promotor tendrá como enemigos a todos los que sacaban provecho del antiguo orden y encontrará como defensores tímidos a todos los que podrían beneficiarse del nuevo orden.

        Se necesita examinar si los nuevos se valen por sí mismos, es decir, que para llevar a cabo su obra necesitan predicar; o si dependen de otros, o sea, si pueden recurrir a la fuerza. Sin embargo, si dependen de sí mismos y acuden a la fuerza, entonces solo corren peligro en determinadas ocasiones.

        En el capítulo siete, habla acerca de los principiados nuevos que se adquieren con armas y fortuna ajenas, nos dice que no necesitan esfuerzo para llegar a ser príncipes, pero no se mantienen sino con mucho. Los individuos a quienes es otorgado el Estado a través de la fortuna, no saben ni pueden conservar sus puestos. No saben, porque siendo anteriormente particulares, no saben mandar. Y no pueden, porque no disponen de fuerzas suficientes que se mantengas amigas y fieles.

        En el octavo capítulo, Maquiavelo nos habla de los principiados que llegaron al principado mediante crímenes. Además de lo hablado en los dos capítulos anteriores, hay otras dos vías para conseguir el principado, que son: cuando alguien asciende al principado por medio de acciones criminales y contrarias a toda ley humana y divina. Y cuando un ciudadano particular se convierte en príncipe con el favor de sus conciudadanos.

        En el capítulo noveno, Maquiavelo hace referencia al principado civil. Según Maquiavelo cuando un ciudadano privado se convierte en príncipe no por medio de crímenes y otras violencias intolerables sino que cuenta con el favor de sus ciudadanos surge lo que denomina como “principado civil”. Para llegar a la formación de un principado civil no es necesario basarse exclusivamente en la virtud o exclusivamente en la fortuna, sino más bien en lo que Maquiavelo define como astucia afortunada. Al principado civil se asciende a  través del favor del pueblo, o bien a través del favor de los grandes. Y es que estos dos elementos (pueblo y grandes) están presentes de una necesaria en cualquier ciudad. El pueblo no desea ser dominado por los grandes mientras que estos últimos desean oprimir y dominar al pueblo.

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