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ANTOLOGÍA-POESÍA DEL SIGLO XVlll


Enviado por   •  30 de Marzo de 2014  •  2.155 Palabras (9 Páginas)  •  297 Visitas

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Antología

POESÍA DEL SIGLO XVlll Y SIGLO XlX

ÍNDICE

1. Prólogo

2. La inmortalidad-Manuel de Navarrete

3. Letrilla-Anastasio de Ochoa

4. Diez y seis de septiembre –Andrés Quintana Roo

5. La paz del alma- José M. Roa Barcena

6. A Iturbide en su coronación- Francisco Ortega

7. Bibliografía

PRÓLOGO

Esta antología tiene 2 propósitos:

1.- Presentar de una manera mejor ordenada la poesía del siglo XVlll y siglo XlX dando a conocer las obras de los autores de dichas poesías

2.- Recopilar obras de distintos escritores que tienen algo en común relacionar la poesía con palabras hispanas.

Esta antología está compuesta de poesías hispanoamericanas que tratan de la Independencia, de la paz del alma, de la inmortalidad.

La poesía que más me intereso fue la de la inmortalidad porque habla de la humanidad.

La inmortalidad

En este triste solitario llano,

De violentas me asaltan las congojas,

No ha mucho que extendió sus verdes hojas

Y salpicó de flores el verano.

Este tronco esqueleto, con que ufano

Estuvo el patrio suelo,

Abrigaba los tiernos pajarillos

Entre frondosas y ramas

El líquido arroyuelo,

Por márgenes sembradas de tomillos,

De cantuesos, de pálidas retamas,

De rubias amapolas,

De albos jazmínes y púrpureas violas,

mansamente corría

bañando el fértil prado de alegría.

Benigno el aire de la espaciosa estancia

De los lejanos frutos y las flores

Desparramaba el bálsamo y la fragancia.

¡Oh tiempo y lo que vencen tus rigores!

Llega del año la estación más cruda,

Y, mostrando el invierno sus enojos,

Todo el campo desnuda

A vista de mis ojos

Que ya lloran ausentes

Los pájaros, las flores y las fuentes.

En lo que miro ¡ay triste! Retratados

Los gustos de mi vida

Por la mano del tiempo arrebatados

Cuando helada quedó mi edad florida.

¡Dulces momentos, aunque ya pasados!

A mi vida volved, como a esta selva

Han de volver las cantadoras aves,

Las vivas fuentes y las flores suaves,

Cuando el verano delicioso vuelva.

Más ¡ay! votos perdidos

Que el corazón arroja

Al impulso mortal de mi congoja!

Huyéronse los años más floridos,

Y la edad, que no pára,

Allá se lleva mis mejores días.

¡Adiós, breves, pasadas alegrías!

¿Qué? ¿No volvéis siquier la dulce cara?

¡Aridas tierras, más que yo dichosas!

No así vosotras, que os enviando el cielo

Anuales primaveras deliciosas,

Se corona con mirtos y con rosas

La nueva juventud de nuestro suelo!

¿Pero qué rayo ¡ay Dios! a mi alma enciende?

¡Ay! Luz consoladora

Que del solio estrellado se desprende;

Más allá de la vida fatigada,

Si, de la vida cruel que tengo ahora,

Cuando sea reanimada

Esta porción de tierra organizada,

Entonces, por influjos celestiales,

En los campos eternos

Florecerán mis gustos inmortales,

Seguros de los rígidos inviernos.

Pero ¿qué haré entretanto?

Soltar las riendas a mi triste llanto.

FRAY MANUEL DE NAVARRETE

Letrilla

Que un rico cuando hay función

Asista a misa y sermón.

Vaya en paz.

Más que, sin que convite haya,

Por devoción sólo vaya.

¡Qué capaz!

Que tosa en el templo Juana

Cuando le viene la gana,

Vaya en paz,

Pero que esta tos no sea

Porque algún hombre la vea,

¡Qué capaz!

Que en un mes un comerciante

Tenga un lucro exorbitante,

Vaya en paz.

Más que para tanto aumento

Le baste un ciento por ciento,

¡Qué capaz!

Que la muchacha Teresa

Gaste cual una marquesa,

Vaya en paz.

Pero que para este gasto

Sólo el marido dé abasto,

¡Qué capaz!

Que al artesano extranjero

Se pague mucho dinero,

Vaya en paz.

Pero que se dé igual paga

Al criollo que mejor lo haga,

¿Qué capaz!

Que a los conciertos concurra

De música aquella curra,

Vaya en paz.

Pero que atienda a un zorcico

Más que a jugar su abanico.

¡Qué capaz!

Que aplauda con boca y manos

Juan los versos italianos,

Vaya en paz.

Pero qué porque él se extienda

En su elogio, los extienda,

¡Qué capaz!

Que diga Anita la bella

Que es muy honrada doncella,

Vaya en paz.

Más que su aire deshonesto

No diga que miente en esto

¡Qué capaz!

Que no quiera el casamiento

El otro, con el fundamento,

Vaya en paz

Más que por esta aversión

No le quede sucesión,

¡Qué capaz!

Que insulsas salgan y frías

Las letras y coplas mías,

Vaya en paz

Pero que estas frialdades

No estén llenas de verdades,

¡Qué capaz!

Anastasio de ochoa

DIEZ Y SEIS DE SEPTIEMBRE

Renueva ¡oh musa! El victorioso aliento

Con que, fiel de la patria al amor santo.

El fin glorioso de su acerbo llanto

Audaz predije en inspirado acento:

Cuando más orgulloso

Y con mentidos triunfos más ufano,

El libero sañoso

Tanto ¡ay! en la opresión cargó la mano,

Que al Anáhuac vencido

Contó por siempre a su coyunda unido.

“Al miserable esclavo (cruel decía)

Que, independencia ciego apellidando,

...

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