Este Trabajo Trata El Tema De La Teoría Del Cuento Desde La óptica Boschiana. La Descripción Del género Cuento Ha Sido Debatida Por Excelentes Estudiosos A Través De Los años Sin Que Se Llegue A Una Definición Concreta Y Afín; Bosch Afirma Que

Este trabajo trata el tema de la teoría del cuento desde la óptica boschiana. La descripción del género cuento ha sido debatida por excelentes estudiosos a través de los años sin que se llegue a una definición concreta y afín; Bosch afirma que “un cuento es el relato de un hecho que tiene indudable importancia. La importancia del hecho es desde luego relativa, mas debe ser indudable, convincente para la generalidad de los lectores” (Bosch 565). Un buen escritor podría tardar años en dominar la técnica del género; “pero nunca debe olvidarse que el género tiene una técnica y que ésta debe conocerse a fondo” (566). El presente estudio tiene como objetivo: primero, examinar en qué consiste un cuento exitoso desde la perspectiva de Juan Bosch en sus “Apuntes sobre el arte de escribir cuentos”; para ello este trabajo sólo se limitará al estudio de la teoría del cuento en cuanto a: el comienzo, la temática, la extensión. En segundo lugar, este trabajo explorará cómo Bosch adapta su teoría del cuento en sus relatos; y por último, mostrará si la teoría de Juan Bosch es aplicable a dos cuentos de Kafka: “Los árboles” y “La metamorfosis” .

Muchos aspirantes al dominio del género cuento piensan que un cuento trata de contar un hecho sin que éste requiera mucho esfuerzo con relación al material que se escoja; sin embargo, para “seleccionar la materia de cuento demanda esfuerzos, capacidad de concentración y trabajo de análisis” (567) ya que tanto la organización del material como el construcción de cuento mismo requiere, según Bosch, la misma tensión.

La parte esencial de la técnica boschiana es el “discernir dónde hay un tema para cuento” (565) y que este tema sea excepcional. Para Bosch el núcleo del cuento es tema, nada puede existir fuera éste, no importa que el autor use un lenguaje directo, indirecto o se aproxime al cuento como más de plazca, pero nunca debe perder de vista que se dirige ese hecho y no a otro punto (570). El cuentista busca sus temas para cuento en eso que su alma desea; temas que le digan algo a su sensibilidad o a lo que realmente le importa. Por esta razón es que vemos, en la prolífera obra cuentístisca de nuestro autor, un vasto contenido de protestas sociales; porque a él le interesaba defender a los desvalidos, a los campesinos, en fin, a las minorías. “Nada interesa al hombre más que el hombre mismo” (572), por esta razón el mejor tema para cuento será siempre un hecho humano. Más importante aún, “el tema requiere un peso específico que lo haga universal en su valor intrínseco” (Ibid); por esta razón, los temas para cuentos deben ser sobre el sufrimiento, el amor, el sacrificio, el heroísmo, la generosidad, la crueldad, la avaricia, ya que son, según nuestro autor, valores universales en los habitantes (Ibid). En los cuentos de Juan Bosch que se presentarán durante el desarrollo de este trabajo veremos cada uno de estos temas.

Cortázar al igual que Bosch afirma que el tema del que saldrá un buen cuento es siempre excepcional, pero no quiere decir con esto que un tema deba de ser extraordinario, fuera de lo común, misterioso o insólito. Muy al contrario, puede tratarse de una anécdota perfectamente trivial y cotidiana” Según Bosch, “un niño que va a la escuela no es materia propicia para un cuento, porque no hay nada de importancia en su viaje diario a las clases; pero hay sustancia para el cuento si el autobús donde va el niño se vuelca o choca, o si al llegar halla que el maestro está enfermo o el edificio escolar se ha quemado la noche anterior” (565). El autor señala aquí tres posibles sucesos que son material propicio para cuentos; sin embargo, los tres ejemplos son sucesos negativos, ¿Será que Bosch propone que los hechos “importantes” deben ser de carácter negativo para que puedan interesarle al lector?

En la abundante producción de nuestro autor se encuentra la moción de la muerte. Muchos de los cuentos de Bosch comienzan con una tragedia, por general de muerte: “Piloncito estaba en la cárcel porque mató a una mujer; pero al juzgar por su presencia, era incapaz de una rebeldía” (49). En sólo estas dos líneas ya podríamos deducir que un hombre inocente podría estar pagando una condena de la que quizás no sea culpable. Inmediatamente nos involucramos y nos identificamos con el señor que, “al juzgar por su presencia, era incapaz de una rebeldía” (49). Tampoco podemos pasar por alto el hecho de que una mujer fuera muerta, lo cual es un suceso peor que el estado en el que se encuentra el señor. Además, este no era un señor cualquiera, era un señor al que “todos hacían burla por su figura de sapo y de sus ojos de becerro… que jamás se incomodaba, si acaso, sonreía con una helada sonrisa de muerto” (Ibid). Si “Piloncito” empezara solamente describiendo las actividades rutinarias de un preso en la cárcel quizás no fuera un hecho substancial; lo que llama la atención aquí es la razón por la que el personaje fue preso y la duda de que si es verdaderamente el responsable de la muerte de la mujer o no. Aquí al lector de una forma u otra se le obliga a crear dudas o a hacer juicios sobre la sobre el matador (el señor) y la mujer como víctima o victimaria. Esta es una responsabilidad que asume el lector y que, desde mi óptica lo compromete a seguir la lectura hasta el final con el fin de corroborar su posición ante la lectura. “La verdad”, comienza también con una tragedia: “Nadie se explica por qué el matador de Quique Blanco ha rechazado las proposiciones que se le han hecho; por qué se niega a que lo retraten” (37). También en “La mujer” resalta la palabra “muerte” durante todo el relato: “La carretera está muerta. Nadie ni nada la resucitará… El sol la mató” (25). Cuando se empieza a leer este cuento, la repetición de la palabra muerte, las descripciones de un paisaje gris, una “carretera muerta, totalmente muerta” (Ibid) y unos bohíos de canas quemadas por las “que nunca rueda agua” (Ibid), dan un sentimiento de tragedia, o peor aún, el lector inconscientemente se prepara para esperar un suceso negativo dentro de este relato. En “La mujer” se relata el suceso de un hombre que le había pegado a su mujer y que luego “la persiguió, tirándola de los cabellos y machándole la cabeza a puñetazos” (26) porque ésta no había vendido una leche de cabra como él le había mandado. Quico, un transeúnte, asiste a la mujer, tiene un enfrentamiento con el marido de ésta y ella, al ver que su marido iba a morir en mano del transeúnte, toma una piedra, lo golpea y lo mata. Los sucesos en “La mujer” son todos trágicos: la mujer que es golpeada, el marido que grita y la golpea sin piedad, un niño desnudo y gritón que, desesperado, se agarraba de las piernas de la mujer en medio de

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