La Libertad Antigua Vs. La Libertad Moderna

Se puede hablar de libertad desde el momento en que se pudo separar la ciencia de la religión, desde que comenzaron a buscarse explicaciones racionales para los fenómenos. La filosofía cumplió un rol fundamental para el nacimiento de esta libertad, ya que a partir de ella el hombre comienza a hacerse preguntas de abiertas y significativas.

Podría decirse que la filosofía comenzó el 28 de mayo del 585 a.C en Grecia, a partir del cumplimiento de una predicción de Tales de Mileto de que habría un eclipse; los primeros filósofos se centraron en la naturaleza, intentaban descubrir cuál era el cosmos (orden del universo).

En este momento, en Grecia existían distintas formas de gobierno: monarquías, una darquía en Esparta y una democracia en Atenas. Fue en esta última donde estuvo más desarrollada la idea de libertad; pero no como una libertad individual, sino como una libertad colectiva que, según Benjamin Constant, consistía en “ejercer colectiva, pero directamente las diferentes partes de la soberanía, a deliberar en la plaza pública sobre la guerra o la paz, a concluir tratados de alianza con los extranjeros, a votar leyes, a pronunciar sentencias”. Pero al mismo tiempo, el individuo estaba sometido a la autoridad del conjunto; esto puede verse en la Apología de Sócrates, "Sócrates es culpable de corromper a los jóvenes, de no creer en los dioses en los cuales cree la ciudad y de sustituirlos por divinidades nuevas".

En cambio, cuando hablamos de los orígenes de la filosofía, según Jaspers hablamos de “la fuente de la que emana el impulso a filosofar”. El ya citado filósofo establece que hay tres orígenes de la filosofía:

- El asombro (estado de estupefacción, ya que según Aristóteles “la admiración impulsa a los hombres a filosofar”.)

- La duda (ante el examen crítico nada es cierto; pero mientras dudamos pensamos y mientras pensamos podemos afirmar nuestra existencia como seres pensantes.)

- Las situaciones límite (situaciones de las que no podemos salir, ante la desesperación tomamos conciencia de nuestro ser.)

Los pilares de esta “libertad antigua” basada en el derecho a elegir y el deber de participar, que hacen el concepto de ciudadano (que en esa época era un hombre libre, dueño de una cantidad de tierra, que intercambiaba su excedente en el ágora, votaba a mano alzada en la asamblea y si se votaba guerra marchaba bajo el mando de sus generales) se mantienen en la actualidad. Aunque ya no se gobierne mediante el voto a mano alzada en las asambleas populares, elegimos representantes para que lo hagan por nosotros mediante sistemas más complejos.

Pero la principal diferencia entre la libertad antigua y la libertad moderna es el respeto por la libertad individual. Según Constant, en la antigüedad “el individuo, soberano casi habitual en los asuntos públicos,

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