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El Cuerno Pequeño


Enviado por   •  27 de Marzo de 2012  •  2.809 Palabras (12 Páginas)  •  432 Visitas

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espués de recibir una visión dada por Dios, el profeta Daniel relató: “Mientras yo contemplaba

los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados

tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una boca

que hablaba grandes cosas” (Daniel 7:8).

La “cuarta bestia” de Daniel 7:7 es descrita como una gran potencia militar que sería “espantosa

y terrible y de gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba,

y las sobras hollaba con sus pies”. Como ya se explicó en la parte II de esta serie, el Imperio

Romano cumplió esta profecía. Muchos estudiantes de la profecía reconocen que, históricamente,

los reinos mundiales como Babilonia, Persia, Grecia y Roma son representados por las grandes

bestias de esta visión. En contraste, ahora leemos acerca de “otro cuerno”, que también simboliza

el poderío y autoridad reales, cuya

fuerza no radica en su poder militar, sino

en su “boca que hablaba grandes cosas”.

Más adelante en el mismo capítulo

podemos leer otros detalles sobre este

cuerno.

“Entonces tuve deseo de saber la

verdad acerca de la cuarta bestia, que

era tan diferente de todas las otras, espantosa

en gran manera, que tenía dientes

de hierro y uñas de bronce, que devoraba

y desmenuzaba, y las sobras

hollaba con sus pies; asimismo acerca

de los diez cuernos que tenía en su cabeza,

y del otro que le había salido, delante

del cual habían caído tres; y este

mismo cuerno tenía ojos, y boca que

hablaba grandes cosas, y parecía más

grande que sus compañeros. Y veía yo

que este cuerno hacía guerra contra los

santos, y los vencía” (vv. 19-21).

D

Página 2 El Comunicado

Aquí, nuevamente vemos que el poderío militar aparece primero. El Imperio Romano se inició

en la era precristiana. Pero leemos una vez más que este otro cuerno, no militar, emerge del Imperio

Romano. Es descrito como “una boca que hablaba grandes cosas”. También se nos dice que haría

“guerra contra los santos”, los verdaderos seguidores de Dios.

Continuando en el versículo 25 leemos que “hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos

del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley”. ¿A quién se podrá referir esto?

¿Quién podría haber cambiado “los tiempos y la ley”?

La respuesta se encuentra en la historia. Recordemos que Daniel estaba escribiendo cientos de

años antes de que estas cosas ocurrieran. Aun los escépticos que no creen que el libro de Daniel

haya sido escrito en el siglo sexto a.C. tienen que reconocer que este libro sí existía al menos uno o

dos siglos antes de Cristo, porque esa es la fecha aceptada de los rollos del mar Muerto, que incluyen

el libro de Daniel. Por lo tanto, esta profecía claramente se anticipó a los acontecimientos descritos

en este pasaje.

El versículo 25 concluye con estas escalofriantes palabras: “y [los santos] serán entregados en

su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo”. Los verdaderos seguidores de Dios serían perseguidos

por este cuerno durante un período prolongado.

En el libro del Apocalipsis, escrito seis siglos y medio después de Daniel, leemos una vez más

acerca de esta persecución de los verdaderos siervos de Dios. Y nuevamente este hecho se halla en

el contexto del poder de la bestia.

El Apocalipsis es “la revelación de Jesucristo, que Dios le dio”, al apóstol Juan (Apocalipsis

1:1).

Juan escribe: “Me paré sobre la arena del mar, y vi subir una bestia que tenía siete cabezas y

diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. Y la bestia

que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león” (Apocalipsis

13:1-2).

En esta visión Juan ve una combinación de las tres primeras bestias del capítulo 7 de Daniel, es

decir, el león, el oso y el leopardo, que representan la rápida sucesión de los imperios babilónico,

medopersa y grecomacedonio, que tenían características similares. ¿Implica esto que el poderío de

todos ellos provenía de la misma fuente? Notemos que “el dragón le dio su poder y su trono, y

grande autoridad” (Apocalipsis 13:2). Satanás es el gran dragón que engaña al mundo entero (Apocalipsis

12:9). Es también el “dios de este siglo” (2 Corintios 4:4) que ejerce gran poder sobre los

asuntos humanos.

Juan continúa: “Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada;

y

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