El descontento de la comunidad de Kronstadt estaba influenciado por el hambre y las injusticias con que se estaban manejando los soviets bolcheviques. Estos no cumplían el rol que se les había asignado en la revolución.

1- El descontento de la comunidad de Kronstadt estaba influenciado por el hambre y las injusticias con que se estaban manejando los soviets bolcheviques. Estos no cumplían el rol que se les había asignado en la revolución. Eran más bien un aparato político burocrático que se escindía cada vez más del pueblo. Kronstadt procedió a socializar las viviendas y los locales y repartirlos equitativamente entre sus habitantes, sin ningún privilegio; todo esto con el beneplácito anarquista que se resistía a la centralización burocrática. Pedía libertad de palabra que pudieran los soviets locales reunirse a discutir para poder organizarse mejor y que fueran escuchadas sus demandas por el gobierno central. Pero por sobre todo autonomía de acción para sus intereses particulares.

2- Para Trotsky Kronstadt era un mal ejemplo que había que reprimir para que otras comunidades no las pudieran copiar. La ausencia de control sobre las masas podría hacer perder lo logrado con la Revolución. Tras la arenga de Lenin se concibe el plan maquiavélico de desgastar a la comunidad de Kronstadt, antes primer bastión de la revolución. Primero la dejó sin sus mejores hombres que fueron a servir a distintos destinos, luego desarmándola para asestar el golpe final de su destrucción.

3- En Kronstadt el poder de los soviets contaba con influencia anarquista, donde si contaba el lema “todo el poder a los soviets!. Los bolcheviques hicieron circular toda una serie de mentiras sobre lo que sucedía en Kronstadt. Se decía que servía a intereses extranjeros, que había complot de oficiales etc. Para que Rusia no ayudara. El clásico “divide y reinarás”, y la razón de su accionar es que no querían que nadie se les plegara y esta no fuera una Tercera Revolución.

4- Conclusión. Si bien Kronstadt estaba desgastada y llevada por el gobierno bolchevique casi al borde del abismo, todavía tenía el poder de su reputación, por ser una gran revolucionaria ostentaba de gran prestigio. También contó que Kronstadt no estaba de acuerdo con la firma de paz que sí había aceptado el poder central. El miedo a que se extendiera el descontento en los soviets, y que éstos se sumaran y protagonizaran el auténtico control de sus destinos, hizo que tomaran tan drástica determinación.

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