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Juan Perez Jolote


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2014  •  1.536 Palabras (7 Páginas)  •  387 Visitas

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San Juan Chamula, chis. Lorenzo Pérez Jolote nunca imaginó que algún día sería edil de San Juan Chamula. Tampoco que después de ser la máxima autoridad terminaría de barrendero y jardinero del pueblo. Lorenzo, tzotzil de 68 años, tiene una historia asociada indisolublemente a su padre: Juan Pérez Jolote, personaje central del libro homónimo escrito hace más de medio siglo por Ricardo Pozas.

Lorenzo sabe de memoria la historia de su padre. Cuenta que cuando tenía ocho o diez años él se la contó como está en el libro, publicado en 1952.

''Mi padre murió en 1962 porque tomó un poco de posh (aguardiente de caña o de maíz). No sé cuántos años tenía. Yo tengo 68 y vivo en el paraje Cuchulumtic. Ahí vivía también mi difunto padre; yo me quedé en el mismo terreno donde estaba su casa porque nada más somos dos: yo y una hermana.''

Sentado en una banca del jardín a un costado del templo de San Juan, el ''pasado presidente'' -así llaman a los ex alcaldes en los municipios indígenas-- repite: ''Mi papá tomaba mucho posh'', y confirma lo que Juan relata en la parte final del libro: ''Ya no tomes más, me dicen mi Lorenzo y mi Dominga (Pérez, su esposa); pero yo no puedo dejar de tomar. Hace días que ya no como''. Así murió su padre. ''Pero yo no quiero morirme. Yo quiero vivir'', dice Lorenzo, quien asegura que sólo toma dos o tres copas de posh cada cinco o seis meses. ''Es que el trago provoca mucha enfermedad.''

Años después de la muerte de Juan Pérez Jolote, en 1991, fue electo alcalde de su pueblo, San Juan Chamula, algo que nunca había imaginado ni buscado.

Fue postulado por el PRI, que no permitía la presencia de otros partidos, y el primero de enero de 1992 tomó posesión. Hasta la fecha la elección del candidato del PRI a la alcaldía en Chamula -que se convierte automáticamente en edil- se realiza por medio de un plebiscito abierto en la gran plaza de la cabecera municipal.

''Yo estaba trabajando de pintor del templo (de San Juan). No había pensado ni quería ser presidente porque había muchos problemas con la religión. Cuando hicieron la junta para ver quién iba a quedar buscaron en todas partes, pero no había nadie. Después sacaron mi nombre. La gente dijo 'sí, que quede Lorenzo', y me tocó ser presidente'', relata quien hasta entonces se dedicaba a sembrar hortalizas.

Muchos se dijeron sorprendidos de esta elección y vieron en ella una maniobra del gobernador Patrocinio González Garrido para capitalizar la fama creada por Juan Pérez Jolote, para entonces ya fallecido, debido a que estaban por conmemorarse los 500 años de la llegada de los españoles.

La época en que le tocó gobernar a Pérez Jolote, quien a menudo se quedaba dormido en las reuniones de trabajo, fue una de las más difíciles en su municipio. Se había incrementado la presencia de evangélicos y con ella la represión y la intolerancia religiosa de los caciques priístas, que no permitían un credo distinto al católico tradicionalista ni que se militara en partidos de oposición.

Como Pérez Jolote no era radical, grupos de poder político y económico del municipio, lo presionaron y le organizaron una protesta masiva que lo depondría año y medio después de haber tomado posesión. Gracias a una reforma promovida por el entonces gobernador González Garrido, el periodo para el cual había sido electo Lorenzo, como los restantes 109 alcaldes de Chiapas, abarcaría por única vez cuatro años. El sólo estuvo año y medio.

''Yo salí en junio de 1993 por los problemas de la religión, porque me acusaban de haber entregado biblias católicas. Y era cierto: cuando fui sacristán mayor yo entregué diez o quince biblias a pedido del sacerdote, pero eso no tenía nada de malo'', manifiesta. En Chamula no sólo era delito ser evangélico sino también católico romano vinculado a la diócesis de San Cristóbal, entonces presidida por el obispo Samuel Ruiz García, con quien las autoridades y caciques chamulas rompieron desde la década de los setenta. Sin embargo, agrega Lorenzo, las personas que recibieron el libro sagrado no comentaron nada a las autoridades municipales de ese entonces.

''Cuando entré de presidente, la gente que ya sabía de la entrega de las biblias se juntó y unió con bastantes pobladores y me preguntaron: '¿Tú entregaste la Biblia?' Yo les respondí que sí, pero fue al padre a quien se las pidieron y yo como sacristán mayor sólo las entregué.''

Entonces lo acusaron: ''Tal vez ya te hiciste evangélico''. El les contestó:''No, la verdad de Dios que no''. Pero sus opositores no dejaron de presionarlo, según cuenta. ''Dijo la gente:

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