Las prácticas de lectura, escritura y expresión oral de los estudiantes de secundaria
Enviado por gabrielaramirez4 • 31 de Julio de 2012 • Prácticas o problemas • 332 Palabras (2 Páginas) • 1.299 Visitas
ESCUELA NORMAL DE NAUCALPAN
La expresión Oral y Escrita en el Proceso de Enseñanza Aprendizaje
José Demetrio Aguilar Valencia Aguilar
Ensayo: Bloque 1
Las prácticas de lectura, escritura y expresión oral de los estudiantes de secundaria
Título del ensayo:
“Comprender, no sólo conocer”
9 de Octubre del 2009
“La queja de los profesores ante el declive de la lectura y el uso de la palabra escrita es continua y se halla desde hace unos años en una especia de caída libre, que se refleja en los bajos niveles educativos”
Martín Serrano
Alguna vez sin duda hemos escuchado que la lectura cultiva el espíritu, que fortalece y forja el carácter inclusive a veces es visto como un refugio eficaz a la cotidianidad, un pasatiempo, un acto devoto hacia los libros y su contenido. Quizás recordemos a un Don Quijote, personaje fantástico de obra de Cervantes de Saavedra, quien llegó a un punto extremo en la lectura de sus obras favoritas de caballeros, que lo llevaron a salir de la realidad y volverse de algún modo extraño en un loco, y obviamente señalado por la gentes por vender todas sus posesiones para adquirir algún nuevo libro de su gusto que aumentara su colección en su repisa, no sin antes haberlo exprimido de su contenido y hacer una imagen de él en su mente, tanta excentricidad no podía ser concebida y sin duda se señala la razón de su desquicio; quizás aún queden remanentes de aquella forma de pensar, de que “los libros te vuelven loco”, me parece curioso porque precisamente este comentario era mi escudo en la secundaria para no leer algún texto que no convocara mi atención ni se acercara a mis intereses en ese momento; es interesante que ahora a nivel licenciatura escriba este corto ensayo sobre esos vicios propios y de mis compañeros que ciertísimamente veíamos como normales y sin duda sinónimo de lo que era ser estudiante para entonces.
Lichtenberg señala que: “Si queremos fomentar en los jóvenes la lectura debemos estar en la disposición de reconocer
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