Legado Historico Romano

Roma fue un imperio que ha dejado un legado histórico en muchos ámbitos de la vida humana, como ser el cultural, el artístico, el político, el social y el jurídico.

Para estudiar la historia de Roma y la de su derecho, es necesario considerar tres períodos que atienden básicamente a su forma de gobierno.

El primero fue el de la Monarquía o reino, que se extendió desde la fundación de Roma hasta que inició el período republicano. En esta época la vida política, religiosa y social de Roma es dirigida por los patricios quienes eran descendientes de los senadores y representaban a la clase más alta de la organización social del momento y durante mucho tiempo fueron los únicos que pudieron ocupar altos cargos gubernamentales y eclesiásticos

Por otra parte, encontramos a los plebeyos que constituyen la clase baja de la organización social y representan la gran masa de la población romana. Los plebeyos eran hombres libres que se diferenciaban de los patricios por su clase social; durante esta época no tuvieron igualdad jurídica con los patricios.

Una de las figuras importantes que resaltan como parte de esta clase social baja de la organización romana son los clientes, los cuales por su condición de pobreza se sometían a las familias patricias para recibir de ellas protección y establecer una relación de patronazgo.

Durante este período, el poder público estuvo integrado por tres elementos: el rey, los comicios y el senado.

El rey o rex era el jefe civil, militar y religioso de este período. Su cargo era vitalicio y no hereditario, sino que el monarca era elegido durante un tiempo por el comicio por curias, es decir, los comicios constituían la asamblea político-legislativa y las curias a los ciudadanos de tres sectores, subdivididos a su vez en diez curias, los que al ser convocados por el rey debían votar por sus propuestas. Cada curia contaba como un voto, independientemente del número de ciudadanos que tuviera y que votaban dentro de su grupo.

Otra forma de comicios que se presentó en esta época fueron los centurias los cuales elegían a los magistrados mayores quienes contaban con poder discrecional de mando, poder disciplinario, facultad de administrar justicia y derecho de convocar a las asambleas cívicas o al Senado. Estos a su vez intervenían en la elaboración de leyes, votando a favor o en contra de las nuevas disposiciones propuestas por el magistrado, quien tenía la facultad de convocarlos.

El último elemento que se observa en esta época es el senado cuyas facultades se establecieron por costumbre y no por ley. El senado era el encargado de recibir a los embajadores o asignar a los embajadores romanos en misiones en el extranjero. En la guerra nombraba a los comandantes y decidía que fuerzas intervendrían. Con relación a las cuestiones financieras, decidía sobre los impuestos, ventas de terrenos nacionales, gastos bélicos y, también supervisó el erario público. A su vez tenía el control de la vida religiosa, decidiendo sobre la creación de nuevas deidades.

Actualmente, la estructura constitucional de este período, tanto como las instituciones políticas permanecen hasta el día de hoy en la penumbra, ya que muchas fuentes posteriores los han declarado como no muy confiables. No obstante lo anterior, sobreviven a la monarquía, diez países europeos. fundamentados tanto en la historia como en la voluntad de los ciudadanos, expresada en la Constitución, que han confiado en la Corona como la mejor garantía de estabilidad, concordia, democracia y libertad.

En los países latinoamericanos la monarquía es un sistema político que pese a la influencia de los europeos no se logró establecer, sin embargo, en los últimos tiempos se han tratado de erigir en muchos de estos países y a través de una forma diferente de monarquía en la cual no existiría

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