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Museo De Las Culturas


Enviado por   •  24 de Mayo de 2014  •  2.875 Palabras (12 Páginas)  •  188 Visitas

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PRODUCTOS CON LOS QUE SE COMERCIALIZABA

Egipto

Con el alabastro, mineral translúcido asociado a la pureza y sacralidad,se elaboraron vasijas y platos para contener óleos y ungüentos sagrados. Las vasijas con dos pequeñas asas semejan al ib “corazón” que era protegido por un escarabeo –amuleto con forma de escarabajo pelotero- que representaba al dios Khepri-Ra. La función de los amuletos (udjau “bienestar”) era proteger y dotar de cualidades benéficas al difunto en su viaje al Más Allá; ahí recibía la ayuda de deidades, como Isis y Neftis, quienes aparecen fusionadas en el fragmento de mortaja.

Desde tiempos tempranos, los egipcios dotaron de un ajuar a sus muertos, enterrados en el borde del desierto y momificados naturalmente. Las vasijas contenían las ofrendas que les servirían de sustento en el Más Allá; sus motivos en zig-zag probablemente evocan las aguas del Nilo. Por su parte, las paletas se usaron para moler y preparar maquillajes que, además de embellecer, servían para prevenir enfermedades. Las formas de animales de las vasijas les conferían propiedades mágicas a las sustancias que el difunto usaría en la vida eterna.

El comercio en el mediterráneo occidental

El comercio no sólo promueve la circulación de productos, con él viajan también las ideas. En este sentido, el mar, más que una barrera, se convierte en un espacio de interacción para las culturas. Esta condición fue relevante durante la expansión comercial del Mediterráneo occidental. Primero, por parte de los fenicios desde el año 1200 a.C. y después por los griegos entre los años 775 y 510 a.C. Estos navegantes buscaban recursos minerales y metales como cobre, estaño, hierro, plata, oro y otras materias primas que intercambiaban por artículos de lujo como joyas, perfumes, recipientes de vidrio, cerámica decorada y sobre todo telas teñidas de púrpura que eran muy apreciados por los iberos y los etruscos. Además de los productos antes mencionados, también se comerciaba con papiro y lino de Egipto; madera, resinas, vinos y especias de la región de Siria-Palestina; así como con el aceite de oliva y mármol de las ciudades griegas.

El comercio en el Mediterráneo oriental

Los hombres siempre han realizado travesías, para expandir sus territorios, encontrar los recursos que requieren, o simplemente por curiosidad. En estas travesías el intercambio es irremediable, no sólo de objetos, sino de formas de vivir, de ver y de entender al mundo. En el Mediterráneo, gran parte de este intercambio se dio a través del mar. Cada pueblo se aventuró a las aguas de manera diferente, cada uno logró avances en la navegación y estrategias para controlar y expandir sus rutas comerciales. Por ejemplo: los minoicos, hasta su colapso alrededor del año 1100 a.C, aprovecharon la posición estratégica de la isla de Creta para controlar el comercio en el mar Egeo y el sur del Mediterráneo. Por su parte, los fenicios fundaron nuevos puertos en las costas africanas mientras que los griegos empezaron a navegar hacia el sur de Europa; esta situación condujo a los dos pueblos a competir por la supremacía comercial en el Mediterráneo.

Respecto a los productos que se intercambiaban, los contextos ecológico y geográfico ofrecen información para entender, al menos en parte, la complejidad del comercio. Por ejemplo: las ciudades-estado fenicias contaban con poca extensión de suelos fértiles, pero tenían a su disposición grandes bosques que talaban para obtener madera. Del mismo modo, las polis griegas contaban con poca producción agrícola, pero tenían abundante mármol y plata que intercambiaban por grano.

APORTACIONES IMPORTANTES

Diversidad geográfica y cultural

Esta sección del museo ofrece un recorrido por los cuatro mil años que antecedieron la era cristiana. A lo largo de las salas dedicadas a Egipto, el Levante, Mesopotamia y Persia es posible descubrir los orígenes más remotos de nuestros sistemas religiosos, políticos y administrativos.

Áreas del conocimiento humano como matemáticas, astronomía, física, ciencias de la naturaleza, medicina, historia, literatura y arquitectura son producto del espíritu deductivo, observador y ordenador de las culturas que habitaron el suroeste de Asia y Egipto. Ellas fueron capaces de mirar el universo analíticamente y con la suficiente capacidad de abstracción para ser consideradas artífices de la ciencia y el pensamiento filosófico.

Un mar de culturas

Durante miles de años la humanidad subsistió de la caza y de la recolección. Sin embargo, en distintas épocas y regiones como en el sur de Europa, el norte de África, la península de Anatolia y el área de Siria-Palestina se implementó la agricultura. Esto permitió el surgimiento de las llamadas “primeras civilizaciones” que se desarrollaron de manera independiente aunque interactuaron entre sí. Cada una de las culturas, que se encuentran en las tierras que circundan al mar Mediterráneo, son producto de contextos particulares; pero comparten características en común: grandes construcciones para honrar a sus dioses y antepasados, elaborados conceptos y prácticas religiosas, el uso de calendarios para ordenar el tiempo, o la invención de sistemas de escritura para registrar los acontecimientos políticos y religiosos. En la primera parte de este recorrido por la antigüedad, se agrupan obras que en su mayoría pertenecen a las culturas griegas y romanas; mismas que se nutrieron de desarrollos más antiguos como los de Persia, Mesopotamia y Egipto, que aparecerán en salas posteriores. Esperamos que esta muestra, te invite a conocer los aspectos más representativos de estos pueblos, cuyas obras y conceptos están presentes hasta nuestros días y que constituyen uno de los pilares de nuestra cultura.

En Sumeria se desarrolló un modelo urbano integrado por el templo y el palacio. La nueva organización provocó que la mitad de la población de la región viviera en estas ciudades-estado. Nuevos descubrimientos sugieren que la religión organizada apareció antes que la agricultura: el impulso humano de reunirse para celebrar rituales sagrados llevó a la construcción de grandes templos, mientras la necesidad de alimentar a sus constructores y fieles llevó al desarrollo del cultivo intensivo.

Los hallazgos arqueológicos del siglo XX demuestran que el mundo mesopotámico, además de registrar y clasificar el conocimiento, fue el primero en dar una respuesta religiosa y filosófica a las grandes preguntas sobre el origen, el ser y el devenir de la humanidad.

CIVILIZACION QUE

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