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Parroquia La Merced


Enviado por   •  30 de Octubre de 2013  •  1.415 Palabras (6 Páginas)  •  355 Visitas

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Introducción:

La cuidad de Alta Gracia, se encuentra ubicada a 36 km al sudoeste de la ciudad de Córdoba, asentada en la región denominada por sus nativos PARAVACHASCA, vocablo quichua que significa “lugar de vegetación enmarañada” y/o “lluvias a destiempo”.

Se trata de un amplio valle, rodeado por sierras de no mucha altura. Sus primitivos pobladores llamados Comechingones, eran hombres sedentarios que aprendieron el cultivo por regadío, domesticaron llamas y vicuñas y practicaban la caza y la pesca. Su nombre significa “come piedra” o “come tierra”, probablemente en relación a sus viviendas de palo y paja, excavadas en barrancas de los cursos de agua o semientradas en grutas que hacían las rocas.

En nuestro informe se describe la Parroquia Nuestra Señora de la Merced, en el cual pasamos a redactar su historia, lo que llevo a construirla y quienes fueron los protagonistas y la convirtieron en centro de atención turística de la ciudad. Damos a conocer los datos históricos en los que se enfocaron para realizarla en base a su morfología y estructura.

Para poder realizar este informe nos basamos en las siguientes preguntas:

¿De quién surge la idea de construirla la Iglesia y por qué?

¿Cuáles son sus antecedentes?

¿Cuál fue su historia?

Nuestro objetivo es dar a conocer la historia de dicha Parroquia con el fin de que la gente y turistas conozcan y comiencen a valorar lo que es de la ciudad y a la vez de cada uno de nosotros.

Desarrollo:

Sus antecedentes se dan en una capilla que había hecho construir Nieto antes de donar sus bienes. Esta era muy precaria y los jesuitas decidieron construir otra, pero ésta tampoco entusiasmaba mucho a Nieto, a tal punto que el padre general, el 30 de enero de 1654 le escribía al padre provincial: “… El Hermano Alonso Nieto de herrera desea que la Capilla que se ha hecho a Nuestra Señora de Alta Gracia sea más capaz y decente y que a la Santa Imagen se le haga un tabernáculo para que acuda más gente y aumente la devoción.

Más allá de la declaraciones de la esclava Lucía Trejo, es evidente que la actual obra no está emplazada donde la capilla de Nieto, en la “vieja estancia”. Al trasladarse hicieron una de “tapial”, que fue reemplazada posteriormente por la sala que hoy ocupa la biblioteca del obraje y más adelante, se construyó la actual; tarea que demandó muchos años.

No se dispone de fecha cierta de inicio y menos definiciones del desarrollo de la obra. Solo algunas referencias como la de 1666, donde se afirma que Barrientos Francisco Quevedo, fallecido el 12 de diciembre de ese año, fue enterrado en la “iglesia de la estancia de Alta Gracia, estancia de los Padres de la Compañía; y se le dijo una misa por su alma”.

La iglesia ya estaba techada cuando llegó Giovanni Andrea Bianchi, aunque todavía faltaba mucho para concluirla. Es sumamente probable que el proyecto del edificio corresponda al hermano Johann Kraus S.J. y que Bianchi haya dirigido parte de la obra, en especial el obraje, desde su radicación en Córdoba en 1728.

Las decoraciones finales de portada de ingreso, fachada de la iglesia y coronamiento de los claustros son atribuibles al bávaro Harschl. El padre milanés José Brassinelli es, probablemente, el autor del retablo ejecutado en algún pueblo de las misiones guaraníes.

En 1760 el padre Contucci, anotaba en un memorial que se han hecho para la fábrica de la capilla, ciento veintiocho mil ladrillos y 1.300 fanegas de cal. El muro y el portal de ingreso que cierra el lado este del Patio Mayor y la iglesia se concluyeron en 1762, fecha grabada en el portal del frente y en la base de la cruz que corona la fachada de la iglesia.

El templo de la Estancia de Alta Gracia, Parroquia Nuestra Señora de la Merced, es de planta longitudinal de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón corrido, con transepto, insinuado por un ensanchamiento espacial hacia el exterior, a través de un muro curvo generando una especie de crucero, que sostiene una cúpula no muy peraltada, asentada en falso y bajo tambor que descansa sobre arcos abocinados laterales, acompañando de ese modo a la delicadeza general del diseño volumétrico; mostrando al exterior un volumen limitado por planos suavemente curvados, en lugar de la usual terminación plana. En el tambor resaltan óculos ovalados,

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