Informe Del Libro Gung Ho

Gung ho, a la carga!

Por: Ken Blanchard y Sheldon Bowles

Este libro es un relato interesante sobre como una visión diferente puede cambiar el rumbo de una empresa u organización y de las personas involucradas en ella para obtener resultados positivos. Nos cuenta de forma amena la historia de una planta que forma parte de una compañía compuesta por treinta y dos plantas, que se encontraba a seis meses de cerrar debido a los resultados nada favorecedores de su operación con excepción de un departamento que lograba resultados sobresalientes.

En primera instancia aparece un indio americano llamado Andy Longclaw que a través de la sabiduría transmitida por su abuelo, le enseña a la nueva gerente general de la planta Walton Works #2, Peggy Sinclair, como aprovechar al máximo el potencial de las personas aplicando la filosofía empresarial Gung Ho, compuesta por tres pasos: espíritu de la ardilla, el estilo de castor y el don del ganso. De esta manera se muestra en el libro como una planta al borde del cierre pudo llegar a ser la más exitosa de la compañía incluso alcanzando reconocimientos por la presidencia de los Estados Unidos debido al éxito obtenido.

Andy comienza por revelarle que el éxito del departamento de acabado, donde se sentía un ambiente de motivación, cordial y relajado mientras el resto de la planta estaba en un clima sombrío, era debido a que él había aplicado en primer lugar el espíritu de la ardilla, después el estilo de castor y al último el don del ganso. Este se molestó en llevar a Peggy a observar a las ardillas y así esta descubriese de qué trataba ese primer paso, al cabo de un momento ella se dio cuenta de que las ardillas trabajaban arduamente porque su esfuerzo valía la pena. En eso habían tres lecciones que aprender, la primera, que el trabajo debía ser visto como algo importante, la segunda, que debe llevar a una meta comprendida y compartida por todos y la tercera que los valores deben orientar todos los planes, decisiones y actuaciones.

Luego de comprendido y aplicado en la empresa, este le mostró después a Peggy el estilo del castor: Ejercer el control sobre el cumplimiento de la meta. Este demostraba primero que cada castor tenía control sobre sus actividades, segundo, la organización de castores permitían esto y tercero es que cada castor hacía el trabajo que tenían la capacidad de hacer. Esto permitió a Peggy comprender que una vez las personas capacitadas las personas, era necesario exigirles un poco mas dándoles un trabajo que les exija lo mejor de sí mismas y les permita aprender y avanzar en terrenos desconocidos, fomentando así que crezcan, todo esto estaba sumado a que tengan control sobre lo que hacen y que la organización lo sepa y esté de acuerdo.

De manera inmediata Peggy se puso a trabajar en ello y comprobó que no era difícil trabajar cuando

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