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Educacion Prohibida. Resumen


Enviado por   •  17 de Octubre de 2012  •  2.699 Palabras (11 Páginas)  •  1.288 Visitas

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En su aparente simpleza, la película dirigida por Gabriel Coin ofrece una gran complejidad si se pretende formular un análisis crítico sobre su contenido.

En algún sentido, “La educación prohibida” funciona como una trampa: se nos ofrece un alimento tentador, pero si vamos directamente hacia él para consumirlo, sin reparar con cuidado en el contexto, podemos quedar atrapados. En otras palabras, el argumento de la película se estructura a partir de una serie de planteos sumamente atractivos y simples sobre los modos de aprender y los paradigmas pedagógicos, que en sí mismos pueden ser disparadores de un rico debate. El problema es cuando ese conjunto de ideas termina comprometido en un posicionamiento político con aristas cuestionables.

Por ello, resulta preciso hacer un esfuerzo por distinguir esos dos planos. Por un lado, la crítica a las formas de organizar las escuelas y a los criterios que rigen la enseñanza, que –coincidimos- deberían ser objeto de permanente revisión. Por el otro, las implicancias políticas del contenido del documental en su conjunto que, por momentos, se traduce en un señalamiento al modelo de educación pública, gratuita y obligatoria como responsable de los problemas existentes.

El todo y las partes

Como decíamos, “La educación prohibida” formula algunas afirmaciones que, si bien pueden pecar de una excesiva generalización, merecen ser tenidas en cuenta: - El curriculum escolar presenta el conocimiento de manera fragmentada, privilegia la transmisión de la información sobre el desarrollo de la creatividad.- Se tiene poco en cuenta el interés de los alumnos, por lo tanto la escuela suele generar tedio y aburrimiento en niños y adolescentes.- La currícula privilegia contenidos formales, racionales y abstractos, que además suelen encontrarse desactualizados.- La metodología utilizada de modo predominante por los docentes es el dictado de clases frente al pizarrón. - La enseñanza se plantea de manera muy directiva, con poco espacio para la autonomía, la voluntad y la expresión personal.- El sistema de calificación tiene en cuenta los aspectos observables y medibles del desempeño de los alumnos, pero desconsidera muchas otras capacidades. Asimismo, no se valora el papel del error en la construcción del aprendizaje.- El sistema educativo privilegia los resultados sobre el propio proceso de aprendizaje.- La disciplina escolar resulta un acto de imposición de poder que tiende a generar miedo y no a construir las reglas colectivamente y a regular el comportamiento en base al respeto por el otro. - Faltan espacios de reflexión y trabajo colectivo entre los docentes.- La gradualidad plantea la organización de grupos de aprendizaje en función de la edad como único criterio. - La perspectiva homogeneizante de la escuela obtura el respeto a las diferencias. Nadie que pretenda sostener un posicionamiento crítico sobre la educación (sea docente, madre/ padre o estudioso del tema) debería incurrir en una defensa conservadora de la escuela tal como es: efectivamente, la propuesta escolar tiene que ser revisada en muchos aspectos. Aspiramos a una escuela mejor y creemos también en la necesidad de cambiar las prácticas de enseñanza, las metodologías y las propuestas curriculares. Pero esto no implica adoptar el enfoque global en el que los planteos enunciados se encuentran insertos.

La escuela como máquina de opresión

Como reza en su epígrafe inicial, La educación prohibida está dedicada “a todos los niños y niñas que quieren crecer en libertad”. A lo largo de sus dos horas y media de duración, se termina confirmando que es éste el valor que se coloca en lo más alto de la jerarquía de principios que deben regir la esfera educativa.

Es sabido que los discursos se construyen a partir de lo que se dice, pero también a través de lo que se calla. El reclamo de que el sistema escolar forme sujetos libres no se acompaña, en la película, de un reclamo semejante para que logre también ser más igualitario y justo. Semejante omisión, como decíamos, no es inocente ni casual.

Ahora bien, ¿cómo fundamenta la película su preocupación por la libertad? La respuesta es que parte de una caracterización de la educación como un sistema de adiestramiento y sujeción. Las escuelas son ámbitos en los cuales los niños y jóvenes no pueden expresarse, son condicionados a pensar de una manera determinada, a responder pasivamente a estímulos y a producir resultados predefinidos. De hecho, la película comienza con la alegoría de la caverna: de una manera lineal los estudiantes son comparados con prisioneros y la escuela con un lugar de encierro. Dentro de la escuela/caverna se manipulan figuras que proyectan sobre las paredes oscuras sombras, que los alumnos/prisioneros terminan confundiendo con la realidad. En suma, los contenidos escolares presuponen un “gran engaño” y únicamente quienes escapan de la prisión pueden acceder al conocimiento de lo real.

De manera ambiciosa, el director se posiciona como aquel que pudo huir de la cueva, vio la realidad y tiene que abocarse ahora denunciar ante los demás el engaño del que están siendo víctimas. Es decir, el documental se instala así como una herramienta de desmitificación de la realidad educativa.

Si los alumnos son considerados como sujetos de engaño, manipulación y adoctrinamiento, los docentes no salen mejor parados. Téngase en cuenta que, además de la opinión de entrevistados y la inclusión de atractivas animaciones, el documental emplea en varias oportunidades el recurso de la presentación de ficciones sobre diversas situaciones escolares. En cada una de estas representaciones, los docentes son presentados de manera maniquea y simplista.

Por un lado, se los muestra casi caricaturescamente como figuras autoritarias, que imponen a los gritos su saber, sin brindar argumentos ni explicaciones, y pretenden de los alumnos solamente silencio y docilidad. Por otro lado, los docentes son concebidos como meros ejecutores de decisiones tomadas por las autoridades y representan pasivamente el papel que otros han diseñado para ellos en este contexto opresivo. Así, el docente sólo puede ser víctima o victimario de un modelo autoritario y verticalista que opera como una máquina perfecta de sumisión. La idea de los maestros como sujetos activos, capaces de organizarse colectivamente y construir un posicionamiento como trabajadores e intelectuales de la educación no aparece. De hecho, a lo largo de la película no se encuentran testimonios de educadores que trabajan en escuelas públicas ni de aquellos que asumen compromisos sindicales o políticos. En el documental que analizamos, el maestro es hablado por otros: no tiene voz propia ni se le otorga la palabra (a menos que se trate de los

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