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Autoliberacion Interior


Enviado por   •  22 de Abril de 2014  •  29.914 Palabras (120 Páginas)  •  316 Visitas

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AUTOLIBERACIÓN INTERIOR

ANTHONY DE MELLO

Este libro fue pasado a formato Word para facilitar la difusión, y con el propósito de que así como usted lo recibió lo pueda hacer llegar a alguien más. HERNÁN

Para descargar de Internet: Biblioteca Nueva Era

Rosario – Argentina

Adherida al Directorio Promineo

FWD: www.promineo.gq.nu

INTRODUCCIÓN

A mediados de 1987, el jesuita indio Anthony de Mello, gran autor de libros espirituales (“El canto del pájaro”, “El manantial”, “Sadhana”, ¿Quién puede hacer que amanezca?, “La oración de la rana”) fallece en Nueva York a los 56 años.

El padre de Mello se hizo famoso por sus cursos, ejercicios y conferencias sobre liberación interior. Toda su obra estuvo dirigida a lograr una síntesis entre la espiritualidad de Oriente y la de Occidente, en beneficio de la libertad y la realización total de la per¬sona. Despertar a estas posibilidades era el objetivo de sus antologías de cuentos, tomados tanto de la tradición cristiana como de la budista y la sufí, sin ocultar nunca su predilección por Jesús.

Hacia la época de su muerte, Tony de Mello iba a dar un curso de autoliberación interior en Madrid. Este propósito no pudo cumplirse, pero su palabra clara y potente lo ha sobrevivido y llega hasta nosotros en una transcripción que hiciera una de sus alumnas del curso que impartió en Barcelona en agosto de 1986.

De Mello, síntesis también él de psicólogo y teólogo, en su deseo de llegar a las raíces de las personas, hace planteamientos verdaderamente radicales. Sin embargo, se debe tener en cuenta que su trabajo de conciliación de espiritualidades y la validez de su acción pastoral vienen refrendados por numerosos testimonios de todo el mundo y, desde luego, por el extraordinario éxito de sus libros.

En efecto, lo que aquí propone el pa¬dre de Mello puede parecer heterodoxo y cuestionable (él mismo reitera que se debe cuestionar todo), pero tiene muchos puntos de contacto con los maestros más destacados de nuestra historia y nuestra tradición. Se trata de la profundización en la propia vida, para liberarse de las cadenas interiores que nos impiden vivir intensamente. A veces, hasta la misma religión, mal entendida, es fuente de trabas psicológicas para vivir la libertad interior que nos aleje de los intensos dolores y las extensas depresiones que caracterizan al mundo moderno.

Publicamos este texto, revisado y ampliado, con la intención de proporcionar un material valiosísimo para la reflexión y, por qué no, la discusión, en la certeza de que todo lo que contribuya a tales actividades, eminentemente formativas, contribuirá también al crecimiento vital y espiritual del lector.

Los Editores

1

¡DESPIERTA!

¡LA FELICIDAD ERES TÚ!

Despertarse es la espiritualidad, porque sólo despiertos podemos entrar en la verdad y descubrir qué lazos nos impiden la libertad. Esto es la iluminación. Es como la salida del Sol sobre la noche, de la luz sobre la oscuridad. Es la alegría que se descubre a sí misma, desnuda de toda forma. Esto es la iluminación. El místico es el hombre iluminado, el que todo lo ve con claridad, porque está despierto.

No quiero que os creáis lo que os digo porque yo lo digo, sino que cuestionéis cada palabra y analicéis su significado y lo que os dice en vuestra vida personal; pero con sinceridad, sin autoengañaros por comodidad o por miedos.

Lo importante es el Evangelio, no la persona que lo predica ni sus formas. No la interpretación que se le ha dado siempre o la que le da éste o aquél, por muy canonizado que esté. Eres tú el que tiene que interpretar el mensaje personal que encierra para ti, en el ahora. No te importe lo que la religión o la sociedad prediquen.

La sociedad sólo canoniza a los que se conforman con ella. En el tiempo de Jesús y ahora. A Jesús no pudieron canonizarlo y por ello lo asesinaron. ¿Quiénes creéis que lo mataron? ¿Los malos? No. A Jesús lo asesinaron los buenos de turno, los más respetados y creídos en aquella sociedad. A Jesús lo mataron los escribas, los fariseos y sacerdotes; y si no andas con cuidado, asesinarás a Jesús mientras vives dormido.

Despertarse es la espiritualidad, porque sólo despiertos podemos entrar en la verdad y la libertad.

Estás dormido

¿Y cómo sabré si estoy dormido? Jesús os lo dice en el Evangelio: “¿Por qué decís Señor, Señor, si no hacéis lo que os digo?” Si no hacemos lo que Dios quiere y nos dedicamos a fabricarnos un Dios “tapa agujeros”, es que estamos dormidos. Lo que importa es responder a Dios con el corazón. No importa ser ateo, musulmán o católico; lo importante es la circuncisión y el bautismo del corazón. El estar despierto es cambiar tu corazón de piedra por uno que no se cierre a la verdad.

Si estás doliéndote de tu pasado, es que estás dormido. Lo importante es levantarse para no volver a caer. La solución está en tu capacidad de comprensión y de ver otra cosa que lo que te permites ver. Ver lo que hay detrás de las cosas. Cuando se te abran los ojos, verás cómo todo cambia, que el pasado está muerto y el que se duerme en el pasado está muerto, porque sólo el presente es vivo si tú estás despierto en él.

Metanoia quiere decir despertarse y no perderse la vida. Es vivenciar el pre¬sente. Para saber esto hay un criterio: ¿Tú sufres? Es que estás dormido. Es igual que sepas muchas cosas y te de¬diques a salvar a las personas. "El cie¬go que guía a otro ciego" quiere decir que los dos están dormidos. Si sufres es que estás dormido. Me dirás que el dolor existe. Sí, es verdad que el dolor existe, pero no el sufrimiento. El sufri¬miento no es real, sino una obra de tu mente. Si sufres es que estás dormido porque, en sí, el sufrimiento no existe, es un producto de tu sueño; y si estás dormido, verás a un Jesús dormido, que tú te has imaginado, que nada tiene que ver con el Jesús real, y eso puede ser muy peligroso.

Calderón dice: "Todo es según el co¬lor del cristal con que se mira." Si es¬tás dormido no serás capaz de ver más que cosas dormidas, y no te darás cuen¬ta hasta que despiertes. Pasará la vida por ti sin que tú la vivas.

Si tienes problemas es que estás dor¬mido. La vida no es problemática. Es el yo (la mente humana) el que crea los problemas. A ver si eres capaz de com¬prender que el sufrimiento no está en la realidad, sino en ti. Por eso, en todas las religiones, se ha predicado que hay que morir al yo para volver a nacer.

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