La Homosexualidad

INTRODUCCIÓN

A lo largo de los diferentes temas que comprenden la problemática de nuestra sociedad, se deja ver el evidente eje central y fundamental que es cuna de las grandes dolencias que aquejan a nuestras familias. Me refiero a la familia disfuncional. Aparentemente, este es el mayor problema que experimenta la sociedad de hoy. Y a través de este problema, surge uno que es el tema de este ensayo; Me refiero a la homosexualidad.

Hoy en día la homosexualidad es vista de una forma muy diferente a como se veía unas cuantas décadas atrás. Aunque hoy, y siempre, han existido algunos círculos a favor de la homosexualidad, teniéndola con todas sus implicaciones como tolerable, aceptable y hasta deseable, todavía sigue siendo, para otros, una aberración sexual, una perversión, una depravación y una desviación de la identidad del género que Dios dio a cada individuo al nacer.

Veremos algunos pro y en contra de la homosexualidad y compararemos imparcialmente las dos cara de la “moneda”. No pretendo, en este ensayo, hablar ni a favor ni en contra de los homosexuales, sino de entender el fenómeno de la homosexualidad para así poder ayudar, si es posible a más de alguna persona que quiera ayudarse a sí misma, o quiera ayudar a otra.

HOMOSEXUALIDAD

La palabra “homosexualidad” está compuesta de la raíz latina “homo”, que significa “igual”. Cabe aclarar que no se debe confundir con la raíz griega “homo”, que se pronuncia de la misma forma, y se escribe de igual manera, pero, ésta significa hombre. Entonces, como decíamos, la palabra “homo” en el latín implica igualdad, y la palabra “sexo” se refiere al género masculino o al femenino. Así, la palabra homosexual viene a ser un indicativo de la persona que es atraída, que busca, y que practica la intimidad sexual con otro individuo del mismo género genital. Además, la palabra “homosexual” como tal, es genérica con relación a cualquiera de los dos sexos, sea masculino o femenino. Es decir, se puede aplicar tanto a la mujer como al hombre. Erróneamente se le ha atribuido el derecho de ser aplicada solamente a los individuos con órganos sexuales masculinos e inclinaciones femeninas. Sin embargo, también es aplicable al género femenino con inclinaciones masculinas, es decir a las lesbianas. No obstante la palabra “lesbiana” está dedicada, y es exclusiva cuando se refiere a la mujer con orientación homosexual.

Fuera de estos dos géneros no se ha establecido ningún otro sexo, ni en el ámbito científico empírico, ni en el humanístico secular, ni mucho menos en el escritural bíblico. Cualquier intento de establecer algún tercer o cuarto género sexual carecería de fundamento serio y comprobable. No obstante, otras características y definiciones relacionadas a los sexos de las gentes no crean otro género sexual sino que tienen que ver con la preferencia, práctica y auto gratificación sensual de los interesados, como es el caso de los bisexuales. El caso de los hermafroditas humanos lo estaremos explicando más adelante.

ORIGEN DE LA HOMOSEXUALIDAD

Genética

La dura realidad es que no se puede determinar a ciencia cierta el origen individual y personal del carácter homosexual. Muchos estudios en el caso afirman que el hombre no nace homosexual, otros opinan lo contrario diciendo que el asunto es totalmente congénito. En realidad las opiniones varían hacia los dos lados, y de por sí, sus fundamentos están basados en intereses personales, más que en pruebas fidedignas y confiables.

Entre las opiniones del origen homosexual, encontramos básicamente tres clasificaciones. El factor genético, por ejemplo, sugiere que este fenómeno es debido a una predisposición biológica y por ende viene –el DNA-- indicando una orientación homosexual. En un intento de comprobar esta teoría, el Dr. Michael Bailey de la universidad de Northwestern, después de un experimento con gemelos de nacimiento, determinó que de 110 parejas de hermanos gemelos, 52% de las parejas tenía el otro hermano gemelo homosexual, y el resto de las parejas, es decir, el 48% tenía el otro hermano gemelo heterosexual. El Dr. Bailey concluyó que, en base a estos resultados (una diferencia de solo 2%), la homosexualidad era asunto genético, y el homosexual nacía homosexual. Esta conclusión ha sido ampliamente descartada como partidaria y unilateral por el hecho de que los embriones, originados de un gene, son idénticos en sus características fisiológicas. Y si la homosexualidad es asunto genético –como lo afirma Bailey— entonces todas, las 110 parejas de gemelos, debían haber sido 100% homosexuales, tanto un hermano como el otro, pero no fue así. Sin descartar la remota posibilidad de una predisposición genética, hoy se cree que no hay pruebas tangibles como para conferir un nacimiento homosexual. No obstante, si llegara a existir alguna predisposición genética, que aporte al desarrollo homosexual, el promotor más poderoso pudiera ser, el medioambiente más que la misma genética.

Entre muchas experiencias que pudieran promover la tendencia homosexual se encuentran algunas mencionadas por el autor LaHaye, las cuales eh modificado para entenderlas mejor en español, estas son:

• Inadecuadas relaciones interpersonales con los padres.

• Extrema y dañina permisividad moral durante su crecimiento.

• Inseguridad propia acerca de su identidad sexual.

• Traumas sexuales experimentados en su niñez.

• Interés demasiado temprano en asuntos sexuales.

• Habitual masturbación juvenil.

• Maquinación de fantasías sexuales.

• Tipos e influencia de amigos.

• Presión y coerción de sus compañeros.

LOS TRES NIVELES HOMOSEXUALES

La homosexualidad en los hombres pudiera interpretarse en tres niveles que básicamente son los siguientes:

a) Los que tienen inclinaciones homosexuales

b) Los que practican la homosexualidad

c) Los homosexuales radicales

En la misma categoría y nivel, pero solamente con otros indicativos están los homosexuales “latentes”, los “pasivos”

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