Memorias Gestalt

Memorias Gestalt III

17-04-2021/18-04-2021

Entramos en el tercer taller del curso, el grupo empezaba a tomar un color diferente al de los dos anteriores. Como grupo ya no se respiraba tanto el típico ambiente de compromiso por contrato social de relacionarse con la gente que te rodea.

Se empezaba a diferenciar un ambiente bastante limpio, la gente se interesaba por ti, por aquello que habías contado, por cómo habías solucionado aquel problema que habías planteado, etc. La unidad como grupo se empezaba a hacer patente y yo la observaba quizás como mero espectador curioso. Esto me hizo levantar las orejas un poco y prestar atención a cómo me estaba relacionando con el grupo.

Después de los saludos alegres y las puestas al día entramos como de costumbre a realizar la expresión corporal. Este último dato es posible que me lo saque de la manga, no recuerdo qué ejercicio de corporal realizamos por lo que cabe la posibilidad de que no asistiera.

El primer recuerdo que tengo del taller con Erika es comenzar con un poco de teoría sobre el ciclo gestáltico. Nos explicó de qué fases se compone este ciclo y de cómo vamos avanzando por cada una de ellas hasta satisfacer una necesidad.

También comentamos las diferentes resistencias que se iban presentando entre fase y fase.

Como de costumbre, a medida que vamos avanzando en el taller, voy haciendo resonancia conmigo mismo. Esto hace que a veces me ausente dependiendo de que punto de mi mismo estoy observando o tocando. Una vez más el curso iba acompañándome dentro de mi experiencia vital. Nunca se que pensar, si esto responde al mismo funcionamiento de la Gestalt o que desde un punto de vista más espiritual o de energía universal, como diría Javi, la vida me pone delante lo que necesito.

Dentro del ciclo gestáltico reconozco no supe ver en qué punto me quedaba y que resistencia es la que me paraba a la hora de completar el ciclo de mis necesidades.

Ejercicio que anoto como pendiente para cuando vuelva a mi silla en terapia.

Realizamos un pequeño ejercicio en el cual se formaba un pequeño grupo y cada uno de los compañeros representaba cada una de las fases del ciclo. Lo único que no recuerdo es si Erika nos daba una necesidad como consigna y tenían que ponerle palabras o una expresión corporal a la necesidad en cada cambio al atravesar cada una de las fases.

Durante todo este ejercicio me noté muy ausente, no entendía nada, me recuerdo confuso y muy desubicado. No tanto por las explicaciones sino más bien por el momento que atravesaba. Ha sido una puta montaña rusa este año.

Me encontraba en plena transformación en la cual sentía muchísima presión encima de mi:

En el trabajo me exigía un crecimiento personal, un paso del niño aprendiz al adulto más independiente y profesional.

En mi relación seguía en el camino de deconstruir ciertas conductas que me estaban haciendo daño.

Seguía reafirmando mi sexualidad sobre mi identidad y las nuevas corrientes de pensamiento y formas de ver la vida , proceso que venía de largo.

Resumiendo acabé cuestionando cada acción que realizaba y con una crisis de identidad bastante grande.

De este ejercicio pasamos a una guía realizada por Erika en la cual debíamos

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