Octavio Paz

También nos dice que en nuestro lenguaje diario hay un grupo de palabras prohibidas, secretas, sin contenido, “palabras malditas, que solo pronunciamos en voz alta cuando no somos dueños de nosotros de mismo” (Paz, Octavio 2010:81).En ocasiones cuando nos enojamos con alguien decimos palabras que en realidad no van con nuestra personalidad o será porque nos enojamos tanto que no sabemos lo que decimos simplemente nos dejamos llevar por nuestros impulsos.

También nos habla sobre una expresión que nos identifica hacia el exterior, la cual es “¡Viva México, hijos de la Chingada!” (Paz, Octavio 2010:82).Ese grito es muy común entre nosotros los mexicanos emborrachados de argullo y seguridad y se ve cuando festejamos el 15 de septiembre. Pero algo que es muy interesante es que muchos de los mexicanos no sabemos realmente quién es la “chingada”. Algo de igual forma interesante, es que la figura materna, la cual es presumida como las cosas más preciosas que los mexicanos tienen, sea generalmente el blanco de las agresiones verbales. Se nos dice que los hijos de la chingada son los otros, los no mexicanos, los malinchistas. Dice que la Malinche es la imagen femenina que no tendrá perdón por haber colaborado con los conquistadores; se nos cuenta también de la Virgen de Guadalupe, el mayor orgullo de los mexicanos en el mundo entero. Es retrata el amor-odio de los mexicanos hacia nosotros mismos.

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