Hacia Una Sexología Humanizada.

Recensión de la obra: “Hacia una Sexología Humanizada. Concepto de sexualidad según el pensamiento de Víctor Frankl”.

La obra realizada por el Dr. Héctor F. Segú trata la problemática sexual dentro de un enfoque antropológico desde el pensamiento de Víctor Frankl. Procurando dar un verdadero sentido a la capacidad procreativa del ser humano da con mayor profundidad a la sexualidad humana sin dejar de lado el componente biopsicologico e incluyendo la faceta espiritual, es decir con la integración de los tres niveles de participación, físico, psíquico y espiritual. Proponiendo así una sexología integral realizándose una tarea educativa y terapéutica a la vez.

La obra se encuentra compuesta por los “Fundamentos para una sexología humanizada”, “El aporte de Frankl al concepto de sexualidad humana” y la “Utilización de las técnicas frankleanas en terapia sexual”.

En relación a la doctrina que se presenta en la obra, encontramos el criterio opuesto en “sexo placer” como única meta sexual del hombre; donde la sexualidad constituye una dimensión existencial del ser persona que se deshumaniza cuando solo es utilizada para lograr el “placer”.

El placer es considerado como una satisfacción del impulso sexual que se agota una vez realizado el acto sexual, donde se descarga una energía pulsional, por lo que se constituye en fin o en meta absoluta a alcanzar. Se ve a la sexualidad como un instrumento para conseguir el placer, como un medio para liberarse de las propias tensiones, lo que condiciona a una actitud egoísta. El aumento del placer orgástico hace que las personas no alcancen la plenitud del encuentro y el sentido de la unión sexual.

El concepto de amor va unido al de placer, donde el “amor” es el que determina la sexualidad en su condición de humana, constituyéndose en un fenómeno intencional (que apunta a la persona espiritual) y primordial de la existencia humana, cumpliendo la unión sexual, la esencia, la finalidad de vinculación con la pareja, con la persona amada que es irremplazable e insustituible; por lo que se podría decir que el amor, en si, es una relación interhumana individualizada. El placer se expresa y satisface en el cuerpo, mientras que el amor lo hace en lo corporal, anímico y espiritual.

La terapia sexual que muchos sexólogos realizan con sus técnicas, aconsejan introducir elementos u objetos ajenos a la pareja haciendo que no solo se deshumanice sino que se desvirtúe las finalidades que esta debe tener, que es reforzar el vinculo de unión, poniendo al servicio de la relación amorosa para conseguir la felicidad sexual basada en el amor.

Frente a las dificultades sexuales del individuo es la de contemplar no solo las corporales y emotivas sino también las espirituales. La terapia sexual humanizada ve al hombre como un ser que sufre en la totalidad de su persona, donde la perturbación sexual esta expresando sus dificultades a nivel corporal, anímico y espiritual.

El aporte de Frankl que hace la obra permite entender la sexualidad desde un punto de vista humano, caracterizado por tres elementos: amor, acto sexual y procreación; diciendo que lo que caracteriza a la sexualidad humana es el “amor”.

La capacidad de amar es una condición indispensable para la integración de la sexualidad, por lo que si la educación que se recibe deja de lado uno de los elementos que configura la sexualidad disminuye las posibilidades de disfrutar de la misma; es una condición que debe darse para alcanzar el grado de madurez dentro del proceso normal de desarrollo del individuo; la sexualidad no nace humana, se debe humanizar.

A la sexualidad se la puede situar en el estrato biológico (configurándolo como sexo), en el área

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