Dr. Jaime Pizarro Figueroa

LAS LITURGIAS: SER O NO SER

El 31 de octubre de 1517 fue un tiempo transcendental. Finalizó el imperio de la Iglesia Universal Mundial: La Iglesia Católica Apostólica Romana. El asesino de tan solemne acto, fue el denominado teólogo Dr. Martin Lutero, Maestro en Artes y en Sagrada Escritura y Profesor Ordinario. Aunque en décadas posteríos emanaron otros reformistas como John Wyclif (siglo XIV) y el bohemio Jan Hus (siglo XV), entre otros El espacio de la trágica muerte: en la Universidad de Wittenberg. En este recinto sagrado plétora de la verdad Eterna, se plasmaron 95 juicios, que como saetas envenenadas asesinaron el imperio de la Iglesia Universal.

De hecho, las denominadas tesis realmente fue un ataque directo al poder del Papa. Es decir, las liturgias papales (bulas eclesiásticas). Declaraciones con el poder de purificar las almas de los míseros seres humanos destinados al infierno. O por parte, residentes del purgatorio. En estas tesis, Martin Lutero, postula su descontento y postura en contra del mercadeo de indulgencias. El Dr. Lutero ataca ferozmente y con argumentos teológicos plausibles al decir en la tesis número 86: “Del mismo modo: ¿Por qué el Papa, cuya fortuna es hoy más abundante que la de los más opulentos rico, no construye tan sólo una basílica de San Pedro de su propio dinero, en lugar de hacerlo con el de los pobres creyentes? El Papa vende liturgias como medio para recoger dinero con el fin de edificar edificios en honor a Dios. Un poco creíble. Hasta donde llega la ambición del Papado para construir edificios, aunque las almas de los pobres se trafiquen en este mundo mortal. Entonces, cómo es posible que el mundo espiritual controle el mundo espiritual.

Examinemos la tesis 91: “Por tanto, si las indulgencias se predicasen según el espíritu y la intención del Papa, todas esas objeciones se resolverían con facilidad o más bien no existirían”. Que quizó decir realmente, el Dr. Lutero, en este planteamiento. Tal vez, estaba en consonancia con las indulgencias. O quien sabe, si atacaba a los obispos y vencederos de indulgencias. Aunque, es posible, le tirando la toalla al Papa. Un poquito me veréis y otro poquito no me van a ver. Nos confunde un poco esta tesis: estoy en contra del Papa o a su favor. Es el Papa el padre de las ventas de indulgencias o son sus súbitos. Por otra parte, parece que Lutero está en conformidad con las indulgencias en función de la intención del Papa.

Esta dicotomía es más profunda cuando se analiza la tesis número 94 y la 95. En las mismas el Dr. Lutero le da un golpe frontal y mortal de la mal llamada doctrina de las indulgencias. Este plantea la fe en Cris es lo único que salva y NUNCA LAS INDULGENCIAS. Realmente, desde mi perspectiva, no sé si el Dr. Lutero estaba o no opuesto a esta doctrina o su uso descomunal.

AUTOR: Dr. Jaime Pizarro Figueroa

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