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Meditación: el seguimiento


Enviado por   •  2 de Mayo de 2024  •  Apuntes  •  1.969 Palabras (8 Páginas)  •  25 Visitas

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[pic 1]CURSILLO RENOVACIÓN 243  (27/28 enero 2024)  

MEDITACIÓN: EL SEGUIMIENTO

Lo primero de todo buenos días en el Señor:

Comenzamos un nuevo día lleno de:

- descubrimientos,

- de conocer más a los demás en nuestros ratitos de convivencia,

- Un nuevo día para acercarnos más al Señor.

Este Señor, todo un Dios, que como ayer recordábamos nos ha llamado a cada uno por nuestro nombre, que cómo un caballero está ahí esperándonos, que como padre nos deja libertad para que vayamos creciendo y madurando pero Él siempre está detrás de nosotros, esperando, dispuesto a cogernos y abrazarnos en el momento en que nosotros queramos darnos la vuelta y mirarle.

Ese Dios que nos sale al encuentro que siempre espera, y un día, bien en nuestro cursillo o en otro momento de nuestra vida nos encontramos con Él. Yo aún recuerdo ese primer encuentro: me harté de llorar de alegría. Recuerdo el sentimiento de Paz, de alegría, de ver la vida de otra forma, de no sentirme sola…

Seguro que todos recordáis ese momento de rodillas, en esta misma capilla, delante del Señor… (parada), seguro que todos recordáis cuando volvimos a casa cómo veíamos las cosas de forma diferente: con tranquilidad, sin agobios, incluso seguro a alguno le dijeron que iba raro.

¿Qué ha pasado desde entonces? ¿He seguido tan cerca del señor en este tiempo? ¿Estoy más cerca o por el contrario nuestra relación se ha ido enfriando?

Seguramente cuando salimos del cursillo íbamos llenos de propósitos: reuniones, oración, buscar un grupo, confesarme con más frecuencia…

Si recordamos, en nuestro cursillo, en una meditación leímos el pasaje en el que Jesús habla con el joven rico, y Jesús le dijo “ ve a vender todo lo que tienes y dáselo a los pobres; así tendrás un tesoro en los cielos. Luego ven y sígueme”.  Pero si recordáis el joven se dio la vuelta y se marchó, pues no quería renunciar a sus bienes.

También en Jn 1, 35-44 Jesús llama a sus primeros discípulos y estos rápidamente, al contrario que el joven rico, le siguen.

Jesús nos llamó, nos encontramos con Él, pero ¿le hemos seguido realmente como los discípulos? O por el contrario como el joven rico ¿nos hemos limitado a seguir una serie de normas, a cumplir unos mandatos, a ir a misa, a…. ? ¿Hemos hecho las cosas por rutina? o incluso que ¿hemos dejado de hacer todo aquello que nos permitía acercarnos y estar más cerca de Cristo?

Cuando le dimos el sí al Señor y dijimos que le íbamos a seguir ¿lo hicimos realmente de corazón? ¿Lo hicimos con toda nuestra mente, con todo nuestro ser, con todo nuestro corazón?

Todos estamos aquí por que queremos seguir a Jesús, un día decidimos dar ese paso hacia adelante y así comenzó nuestro proceso de conversión:

Este proceso de conversión me lleva a dar una cambio en mi vida: analizarla, ¿Hacia donde se orienta mi vida? ¿Soy consciente que si sigo a Jesús es una nueva forma de ver a Dios? ¿Qué mi vida deja de ser mía para ser de Dios?

Seguir a Jesús no es cumplir el Evangelio, es Vivir el Evangelio, es vivir con Jesús y con Dios. Es llevar el Evangelio a mi vida, es llevar a Jesús a mi vida. Pero sabiendo siempre que no soy perfecto, que voy a caer, que voy a abandonar, que conozco mis fallos y ataduras, pero el Señor me conoce, sabe cómo soy y debo de decirle: Señor te seguiré pero ayúdame, porque no soy perfecto.

Seguir a Jesús implica vivir el Plan que Él tiene para mi, dejarle hacer y cumplir su voluntad (aunque a veces no la entendamos). Ese Plan es construir el Reino de Dios.

¿Qué es construir el Reino de Dios? Son palabras que quedan muy bonitas, que las repetimos y decimos con mucha facilidad pero ¿qué es construir el Reino de Dios?

Es vivir mi vida viviendo el Evangelio, es vivir cada momento de mi vida siguiendo a Jesús, es tomar decisiones, actuar, acompañar a las personas poniendo cada uno de mis actos en manos del Señor. Es vivir el Evangelio evangelizando cada uno en su parcela: en nuestro trabajo, en nuestros estudios, en nuestra familia, con los amigos tomando una cervecita, en los sacramentos, en los momentos de oración… planteándome siempre ¿Qué querría el Señor de mi en estas circunstancias? Es vivir whatsappeando todo el día con el Señor : Señor, mira lo que me ha pasado… y ahora que le digo…

¿Cuáles son los valores del Reino de Dios? ¿Qué es vivir el Evangelio?

Vivir lo valores del Reino es vivir mi vida con..:

PAZ: Intento yo poner paz a mi alrededor o por el contrario me gusta meter cizaña: comentar cosas a los compañeros….

JUSTICIA: hoy día el mundo no es justo. Sigo yo la dinámica del yo llegué primero…, ese es tu problema… cada palo que aguante su vela…, él sabía a lo que se arriesgaba…

VERDAD: No decir la verdad es a veces lo mismo que guardar silencio. ¿Cuántas veces me callo o no manifiesto mis creencias porque no me van a entender? ¿Se me olvida que el Señor esta siempre conmigo?

SINCERIDAD: Soy realmente sincero o digo verdades a medias, o me callo por no quedar mal.

MISERICORDIA: Como dice el salmo: El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en clemencia. ¿Soy yo igual o hago justo lo contrario? ¿Rápidamente de indigno y veo la paja en el ojo ajeno ¿ (y no veo la viga en el mío).

Los valores del hombre de hoy, muchas veces no coinciden con los valores del Reino, pero lo que es peor a veces los camuflamos y nos convencemos de que sí lo hacemos bien.

¿Cuáles son los valores que más me interesan? Paz, justicia, misericordia, ambición, situación económica, situación social, comodidad, verdad, conseguir lo que quiero, sinceridad, misericordia…. ¿Son los valores que me guían mi proceso de conversión?

¿Cómo vivo los valores del Reino? Los vivo de verdad o intento endulzarlos un poco para que me sean más fáciles de llevar en vez de pedirle fuerzas al Señor que nos acompaña.

(Viaje a Jerusalén, lago Tiberiades. Se trata de pone en el lugar en situación)

En Mateo 5, 1-12 Jesús nos habló en el Sermón de la montaña.:

“-Dichosos los pobres de Espíritu por que suyo es el Reino de los Cielos

Dichosos los que están tristes porque el Señor los consolará

Dichosos los humildes porque heredaran la tierra

Dichosos los que tienen hambre y sed de hacer la voluntad de Dios porque Dios los saciará.

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