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Analisis Cuantitativo


Enviado por   •  30 de Junio de 2014  •  8.071 Palabras (33 Páginas)  •  206 Visitas

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MARCO TEORICO

LA ÉTICA

¿Qué es la ética?

El vocablo ética proviene del griego “ethos”, que significa modo de ser, costumbre, carácter, hábito. La ética es una rama de la filosofía porque se ocupa de pensar de manera filosófica sobre la moral, los problemas y juicios morales, de ahí que la ética también se conozca como filosofía moral (Navarro C & Bonilla G, 2004, pág. 17).

En otras palabras la ética es “una ciencia practica y normativa que estudia racionalmente la bondad y maldad de los actos humanos” (G. Sáenz, 1990, pág. 23).

El concepto de ética tiene tan larga tradición y está tan cargada de matices que hace difícil ofrecer una definición incuestionable. En esencia, la ética se ocupa de orientar el uso de nuestra libertad, de qué hacemos y cómo lo hacemos cuando optamos por un determinado comportamiento o curso de actuación.

Ya Aristóteles definió la ética como la filosofía práctica; es decir, un saber que nos tiene que orientar en la praxis vital. La definición que nos parece más acertada y completa es la que presenta A. Cortina que define la ética como: “un saber que pretende orientar la acción humana de un modo racional en el conjunto de nuestra vida” (Cortina 1994: 18). [1]

La palabra moral deriva del latín “mos”, significa lo mismo que el vocablo “ethos”, modo de ser, costumbre, carácter. Si ambos vocablos, ética y moral, tienen el mismo significado etimológico, ¿son sinónimas?, ¿Estudian lo mismo? La respuesta es no. Veamos en qué consiste la diferencia.

La ética. Tiene un carácter más amplio que la moral. Se ocupa fundamentalmente de

proporcionar las líneas generales de la teoría normativa que ayuda a resolver problemas humanos universales, a cerca de lo que es justo o debería hacerse. Busca descubrir, clarificar y comprender las relaciones que se establecen entre el actuar humano, los valores y las normas morales que se gestan y desarrollan en la vida social (Navarro C & Bonilla G, 2004, pág. 17).

La Moral. Es el conjunto de normas que regulan la conducta del ser humano, en función de valores que están histórica y culturalmente determinados (Navarro C & Bonilla G, 2004, pág. 17).

Entonces las normas morales no son fijas y cambian, a esto se le llama “relativismo moral” es decir “todas las normas son cuestión de costumbres o de las necesidades que van cambiando con el tiempo con el lugar y con las personas” (G. Sáenz, 1990, pág. 15).

Por lo tanto podemos sostener que la ética tiene un carácter universal porque nos muestra los valores conforme a los cuales todos los humanos deberíamos regirnos; mientras que la moral es mas particular, pues depende de lo que en una sociedad y en una época determinadas se considere como conducta apropiada o ajustada a los valores del bien, de la justicia, del deber, etc. Ver figura 1.

[pic]

Figura 1. Funciones de la ética (Navarro C & Bonilla G, 2004, pág. 17).

La ética nos ilustra a cerca del porque de la conducta moral, ¿Cuales son los problemas que estudia? Son aquellos que se suscitan todos los días en la vida cotidiana, en la vida escolar, en la actividad profesional (Navarro C & Bonilla G, 2004, pág. 18).

La ética como disciplina filosófica

La ética como disciplina filosófica se encarga de reflexionar sobre los principios, criterios y normas básicas por los que se ha de determinar lo que debemos hacer moralmente. Esta reflexión filosófica se caracteriza por centrar su atención no solo en lo que está bien o mal, sino en lo que hay de verdad en ello (Navarro C & Bonilla G, 2004, pág. 18).

Diferencia entre moral y amoral.

Moral: es la característica que se atribuye a una persona por adherirse a normas que promueven el bien general, en cuyo caso se usa como sinónimo de bueno, justo o correcto.

Amoral: se dice de quien carece de criterio para diferenciar lo que está bien de lo que está mal; por ejemplo un niño, un deficiente mental o un animal.

A la reflexión filosófica sobre lo que es bueno o malo se agrega ahora la confusión de términos como valores y valores morales que se emplea de manera vaga como sinónimos de lo bueno y lo moralmente bueno. Conviene entonces aclarar la diferencia entre principios, valores y valores morales. Para ello usaremos la distinción que al respecto propone el filósofo William Frankena en su libro Ética:

1.- Principios o tipos de acción que son justos u obligatorios como los principios de justicia y beneficencia. Por ejemplo: en caso de desastre, “salvar a las mujeres y a los niños primero”.

2.- Valores Morales o cosas que son moralmente buenas, como las virtudes. Por ejemplo: el valor de la lealtad, la virtud del ahorro.

3.- Valores o cosas que son Amoralmente buenas, ya sean de carácter espiritual como los conocimientos o la comunión con Dios – o

“materiales” – como los automóviles, las casas, etc.-, ya sean buenas de manera intrínseca o extrínseca.

También se entiende como valores éticos o morales los principios con respecto a los cuales las personas sienten un fuerte compromiso “de conciencia” y los emplean para juzgar lo adecuado de las conductas propias y ajenas (Díaz B. Arceo, Madrigal M., Ríos P., & Zavala J, 2005, pág. 53).

Los valores influyen en nuestra forma de pensar, en nuestros sentimientos y en la forma de comportarnos.

Clases de los valores

Los valores se dividen en dos clases: inferiores y superiores. Entre los superiores se encuentran el respeto a la vida humana y la integridad personal (que son valores universales); son inferiores los que se refieren a la propiedad individual y a la libertad. Los llamaremos inferiores no porque sean menos importantes, sino porque el fundamento de toda sociedad y la razón de ser del derecho, la religión y la filosofía, vea figura 2.

[pic]

Figura 2. Clases de valores (Navarro C & Bonilla G, 2004, pág. 61).

Los valores universales son aquellos “suficientemente seguros y defendibles mas allá de las circunstancias y creencias propias de cada persona”. Son universales porque su cumplimiento es altamente deseable, en todo tiempo y lugar. Por ejemplo la preservación del ambiente y los valores expresados en la declaración universal de los derechos humanos (Díaz B. Arceo, Madrigal M., Ríos P., & Zavala J, 2005, pág. 86).

Ética en las organizaciones

La ética en las organizaciones se ocupa de las actuaciones de las personas en contextos organizativos y de

las decisiones de la organización.

“Una organización es un sistema de actividades conscientemente coordinadas, formado por dos o más personas, cuya cooperación recíproca es esencial para la existencia de aquella. Una organización sólo existe cuando: hay personas capaces de comunicarse, están dispuestas a actuar conjuntamente, y desean obtener un objetivo común”. (Chiavenato, 2000: 6).[2]

Los valores y las normas éticas son algo así como los límites del camino que debemos seguir. Estos valores y normas sirven a la vez para legitimar el fin de la organización y para ir conformando su carácter a lo largo de los años. Es muy importante que la organización defina cuáles son los medios y precise cómo quiere conseguir sus fines. El fin no justifica cualquier medio en la dirección de las organizaciones.

Ética en las organizaciones educativas

En la actualidad, se puede hablar de una pérdida de confianza hacia la administración pública, la ciudadanía ha demostrado una disminución en el grado de confianza hacia los representantes de la vida pública (políticos, periodistas, jueces, entre otros) en cuyas honestidades habían depositado su confianza, según lo expresa Aranguren (1996),[3] quien argumenta que un gran número de autores opinan que la administración pública encarna un flagelo social, dada la proliferación de corrupción, enriquecimiento ilícito y abusos de autoridad que la caracterizan. Este problema puede ser abordado desde la óptica de la reeducación, es decir, educar para la vida en convivencia hacia la búsqueda del bien común. Se asume a la educación como una

de las vías fundamentales para los cambios que en gerencia pública se requieren en la construcción de una nueva realidad.

Aprender a vivir con los demás y para todos, (esto es vivir en convivencia y alcanzar el bien común) debe ser uno de los pilares de la educación. Son precisamente los gerentes de la educación, junto con la comunidad, los llamados a propiciar un aprendizaje basado en el descubrimiento del otro, el respeto de la diversidad y de todos los principios y libertades fundamentales.

Frente a estos retos que plantea la nueva realidad, las instituciones educativas, quienes tradicionalmente han sido transmisoras y formadoras en la cultura, requieren materialmente asumir cambios de sus propias visiones, incluso de sus propias estructuras académico administrativas, para así poder marcar las acciones futuras encaminadas en torno a una cuestión existencial, como lo es alcanzar el bien común (Martin, 2004).[4]

La forma como estas organizaciones o instituciones deben reorientarse abarcan diversas y variadas estrategias. El factor detonante debe ser la ética como instrumento de transformación, se debe procurar formar ciudadanos activos e innovadores, que estén conscientes de que gozan de derechos pero que también tienen responsabilidades (Basanta, 2001),[5] reconocer que al final de cuentas el individuo que se forma tiene un compromiso ético-público.

“La educación debe entonces, estimular los valores de los individuos, que se sientan dispuestos a la prueba moral de la conducta ética, no como una serie de normas y deberes, sino “como un sistema de vida

orientado constantemente al mejoramiento económico, social y cultural del pueblo; interesados sobre todo en el progreso de su país; aptos para percibir sus necesidades y contribuir a satisfacerlas; resueltos a afianzar la independencia política y económica de la patria, no solo verbalmente, sino con su trabajo, su energía, su competencia técnica, su espíritu de justicia y su ayuda cotidiana y honesta a la nación” (Aranguren, 1996)”[6]

Ciudadanos que sepan ofrecer todo su esfuerzo para el beneficio social, el fomento de la igualdad de derechos de todos los hombres; en otras palabras, ciudadanos comprometidos en la transformación de la realidad encaminándola a alcanzar el bien común.

Ética pública

Aunque es cierto, que un código ético jamás garantiza que sus destinatarios se ajusten a los valores, principios y normas que lo componen, también es verdad que expresa lo que la sociedad espera de ellos y lo que ellos esperan de sí mismos, aquello a lo que se comprometen al aceptar responsabilidades públicas.

En este sentido la ética pública es el punto de partida para recobrar la credibilidad de los gerentes de la vida pública, basada en el principio de que sus actuaciones sean dignas del ejercicio ético.

La ética pública tendrá trascendencia cuando se logre comprender que los seres humanos viven en comunidad, no solo como humanos sino también con los humanos, es decir vivir en convivencia. Desde esta óptica, “la ética pública debe ser entendida como un aspecto social, necesario y común a todo el colectivo, que se proyecta a través de un sentido de ciudadanía y

civismo” (Santana, 2000).[7]

Santana también menciona que “El sujeto de la ética es el ser humano, en consecuencia, la sociedad. La ética es, ante todo, el compromiso individual con la sociedad” (Santana, 2000).

Se establece entonces, que la prioridad de la gerencia pública basada en la ética debe ser el desarrollo humano, mejorar las condiciones de vida del ser humano, mejorar las razones sociales, sin generar caos de cultura, política y del Estado; y manteniendo su objetivo en el crecimiento económico y la educación como plataforma que pueda sustentar los cambios que se requieran para lograr el bienestar común.

La contribución de la ética pública en el campo de la gerencia educativa es redimensionar el papel de la toma de decisiones en el ámbito de la convivencia. La búsqueda de la convivencia para alcanzar el bien común es la manera como la gerencia pública puede reeducar la ética pública.

Ética pública y gerencia educativa

“Las instituciones de educación deberán ser llamadas a participar más activamente en la expansión y diversificación de la educación basada en valores y como vía para alcanzar el bien común; imponiendo al sistema, la búsqueda y definición de una identidad que lo comprometa con la sociedad y el sistema productivo, y a su vez le permita perfeccionar su papel en el futuro en lo que respecta a la formación de personas de alto nivel ético”. (Allegro, 2001).[8]

En este orden de ideas, los administradores de la educación deben estar convencidos que “en el proceso de aprendizaje se tiene un instrumento fundamental para facilitar y consolidar

principios éticos de la vida en convivencia y su ejercicio efectivo, así como el desarrollo económico y social” (Alvarinhas, 2001).[9]

Esto permitirá construir una educación de calidad, actualizada y pertinente, dotándola de un sentido ético que reafirme los valores democráticos basados en principios de justicia social y solidaridad. Y para que la educación se pueda desarrollar bajo la óptica planteada, se requiere que las instituciones educativas, sean centros de formación donde concurren la facilitación de conocimientos con elevados principios éticos, sustentados en valores, de manera que los individuos formados alcancen una conciencia clara de cómo desarrollar la vida en convivencia.

La crisis de la ética pública demanda una educación demuestre poder moral, que enseñe a vivir de acuerdo a una concepción ética de la vida .Una educación que sino para dirigir la actividad hacia el logro de resultados socialmente útiles, para participar en la construcción de acciones encaminadas al bienestar social. Una educación basada en lo ético, capaz de asumir su compromiso en la reeducación de la gerencia pública y en la cual se pueda confiar.

Tienen las instituciones de educación y la gerencia pública una gran responsabilidad en la modernización del sistema educativo y, específicamente, en la renovación de sus paradigmas a fin de consolidar la calidad en la misma; educación para crear clara conciencia de los principios éticos y valores, internalizar sus responsabilidades como formadores de las nuevas generaciones.

Educar con valores, es una urgencia, si verdaderamente se

aspira obtener un nivel ético de vida, no solo alcanzar una ética de los mínimos, sino construir las bases para la práctica de la ética del acuerdo, es decir, fomentar el diálogo y respeto de las diferencias. Establecer acuerdos tomando las diferencias como fortalezas para la convivencia de la sociedad como un todo.

“Le corresponde a la gerencia educativa y la administración pública actuar con base a principios éticos, para procurar ciudadanos activos e innovadores de la vida diaria, formar ciudadanos que estén conscientes de que gozan de derechos pero también tienen obligaciones. De hecho, es en la sociedad y en las instituciones educativas donde se puede iniciar el aprendizaje de hábitos democráticos que permitan desarrollar conductas acordes para la vida en convivencia en la búsqueda del bien común.

Un gerente educativo que convierta su rol de administrador público en el de transformador social, y que a la vez sea investigador, generador de soluciones para el mejoramiento cualitativo de la educación, preocupado por su entorno, creativo, comprometido, participante activo en el cambio social, constructor de conocimientos, y, fundamentalmente, un gerente de elevada formación ética que le impulse a actuar con profesionalidad. En definitiva, un gerente de la educación cuya práctica administrativa se inspire en la ética y que a su vez, contribuya a formar y consolidar comportamientos éticos en sus seguidores y, por multiplicación, en su comunidad.

Si las organizaciones se legitiman por lo que hacen y cómo lo hacen; las organizaciones educativas tienen y exigen más que

ninguna otra. Desde hace más de 25 siglos las instituciones educativas han sido clave en la supervivencia y el desarrollo de las sociedades; y como afirma Savater preguntar por la educación no es sólo preguntar por qué es la educación, sino por lo qué debería ser la educación (Savater, 1997: 179) e incluso por el tipo de sociedad y de persona que queremos. “La Educación no es posible sin que se ofrezca al espíritu una imagen del hombre tal como debe ser”. (Jaeger, 1990).” [10]

La ética, la moral y los códigos morales.

Desde que el hombre se agrupó en sociedades tuvo la necesidad de desarrollar una serie de reglas que le permitieran regular su conducta frente a los otros miembros de la comunidad. Tu mismo tienes que respetar las reglas (aunque no estén escritas) del grupo al cual perteneces: hablar con ciertos vocablos, vestirse de cierta forma, frecuentar determinados sitios, etc. Todos los grupos humanos, a lo largo de la historia, han poseído por lo menos un conjunto rudimentario de reglas para facilitar la convivencia entre sus miembros. Los hombres no pueden vivir sin normas y valores morales de modo que la moral es una constante de la vida humana y por esto que se caracteriza al hombre como un “animal ético”. Solo el hombre puede dirigirse hacia el futuro, soñar en el y luego encontrar los medios necesarios para llevarlo a la realidad. El hombre puede protestar, ponerse en huelga, manifestarse o sublevarse, con una visión de lo que “debería ser”. El resto de los animales viven en el presente y sólo puede morder, arañar, golpear o huir. Lo moral es el aspecto

constructivo de la experiencia humana (Navarro C & Bonilla G, 2004, pág. 21).

“Al conjunto de reglas que permiten la convivencia de cualquier grupo se le llama código” (Navarro C & Bonilla G, 2004, pág. 21).

Código Moral: es el conjunto de prescripciones y proscripciones que establecen desde la moral imperante en ese grupo y que intenta resolver problemas morales.

Código de ética vs. Código de conducta

Código de Ética: código que enuncia los principios y valores que son apreciados y respetados por los miembros de un grupo social, cuyos alcances filosóficos, históricos y sociales orientan hacia la trascendencia del ser humano y las instituciones del Modelo.

Códigos de Conducta: código que declaran explícitamente cuales son las conductas observables deseables, no deseables y prohibidas en las instituciones que adoptan el Modelo. Deben complementarse con estrategias de orientación, capacitación y seguimiento de su cumplimiento.

Los códigos de ética permiten a las empresas incorporar e implementar a través de declaraciones de principios y valores, fundamentos morales y éticos de carácter universal, dentro de la vida diaria de una organización (PROÉTICA, 2009).

El código de ética en una empresa, debe surgir como una parte integral de la cultura organizacional. Esta cultura organizacional determina los patrones, valores, símbolos, lenguaje, historias y prácticas de la empresa, los cuales se ven reflejados en la forma en que sus directores, gerentes o administradores la conducen, y cómo los colaboradores se desempeñan en la misma.

Hoy, empresas,

organismos internacionales e incluso gobiernos han elaborado códigos de ética porque les garantiza productividad, sostenibilidad y respuesta a compromisos legales y tratados internacionales ratificados por las naciones, tales como la Convención Interamericana contra la Corrupción, a compromisos éticos que trascienden la normativa legal (PROÉTICA, 2009).

EL COLEGIO DE TLAXCALA, A.C

El Colegio de Tlaxcala, A.C es la institución de enseñanza técnica más importante de México, donde se preparan los técnicos, profesionistas y posgraduados que la sociedad requiere para llevar a cabo los planes de trabajo y desarrollo para el mejoramiento del país y el bienestar de la población. Al egresar de las aulas, tienen un compromiso con la sociedad por haber recibido educación de excelencia. Este compromiso se cumple con un brillante desempeño de acuerdo con su preparación, ejercido con principios y valores éticos bien cimentados, con los cuales pueden trabajar dentro de un alto sentido de responsabilidad, honradez y honestidad, buscando que su comportamiento sea de utilidad a la sociedad.

Misión

Promover, recuperar, obtener y producir saberes y conocimiento científico, así como estimular la creatividad, el espíritu crítico y el desarrollo de competencias de excelencia, mediante proyectos de investigación que contribuyan a impulsar alternativas de desarrollo sustentable en la región y la entidad federativa

Visión

Ser una institución de alto nivel académico con: proyectos de investigación, programas educativos de posgrado integrales, flexibles y certificados por sus

estándares de calidad por parte de instituciones evaluadoras nacionales; con proyectos de consultoría y de servicio de calidad reconocidos y demandados por instituciones públicas, privadas y sociales, incidiendo en la definición y desarrollo de políticas, programas y proyectos para: fortalecer el desarrollo regional justo y sustentable, mejorar la administración, y coadyuvar a la consolidación de la democracia.

El Colegio de Tlaxcala, A.C., es una institución de posgrado orientada integralmente a la investigación, docencia, extensión y vinculación que promueve el desarrollo de Tlaxcala y su región de influencia

Objetivos generales

• Promover en los diversos sectores de la población el conocimiento científico de los procesos sociales, económicos, culturales, demográficos, políticos y del ambiente del estado de Tlaxcala y la región.

• Obtener, analizar y recrear diversas iniciativas y experiencias, ubicadas en paradigmas emancipadores, con vocación al logro de procesos de desarrollo con equidad y sustentabilidad.

• Transformar estos conocimientos en herramientas susceptibles de ser utilizadas en la planeación municipal, estatal y regional y en la toma de decisiones por los sectores público, social y privado.

• Identificar y definir los retos relevantes que sean obstáculos en el desarrollo del Estado, para realizar proyectos de investigación que contribuyan a su superación.

• Formar profesionales e investigadores de alto nivel académico, capaces de interpretar con rigor científico las realidades locales y regionales, en sus articulaciones nacionales

e internacionales así como de comprometerse en su mejoramiento.

• Impulsar el interés científico y la creatividad en los diversos sectores sociales, con énfasis en las nuevas generaciones.

• Promover la cooperación técnica y financiera nacional e internacional en apoyo a proyectos de desarrollo de la entidad y la región.

Objetivos específicos

• Realizar educación formativa, comunitaria, integral y armónica, que permita al educando desarrollar sus potencialidades para beneficio personal, familiar y comunitario de la entidad Tlaxcalteca y en general de la Nación Mexicana.

• Fomentar el espíritu de solidaridad y cooperación entre las personas, las comunidades, las naciones y los Estados.

• Propugnar por un espíritu de libertad e independencia en la creación científica y cultural.

• Fomentar un espíritu de investigación y actualización permanente de los conocimientos de la población.

• Colaborar con aquellas agrupaciones e instituciones, nacionales e internacionales, que persigan fines similares.

• Vincular y concertar acuerdos de cooperación con las organizaciones públicas, privadas y del sector social comprometido en apoyar aspectos concretos de procesos de desarrollo en la entidad, la región o el país, de tal manera que los resultados de las investigaciones respondan de manera más eficiente a las demandas de la sociedad.

• Organizar o patrocinar conferencias, círculos de estudio, talleres y simposium, tanto presénciales como por medios virtuales, editar boletines, periódicos, revistas, memorias, anuales, libros y otra

clase de obras impresas o por medios audiovisuales y electrónicos y en general realizar todo tipo de actividades de difusión cultural y científica.

• Promover becas para participar en los programas de postgrado y demás actividades formativas de El Colegio.

• En general celebrar contratos y ejecutar todos los actos que se relacionen con las funciones y objetivos indicados y que sean permitidos por las leyes.

Exposición de motivos

Para formar egresados con las características descritas anteriormente, se necesita disponer de docentes que impartan cátedra con capacidad, veracidad y respeto, y que al momento de calificar las prácticas y conocimientos aprendidos por los estudiantes, lo realicen con honradez, justicia y equidad. También se requieren autoridades dispuestas a ejercer sus elevadas funciones con honestidad y eficiencia, para lo cual es necesario que designen a sus colaboradores buscando al personal más capaz en función de las tareas que se les asignen. Las autoridades y los docentes lograrán un buen desempeño si cuentan con personal de apoyo a la docencia y administrativo que realice su trabajo con responsabilidad y eficiencia, y muestre un trato cordial con quien tenga que desempeñar su trabajo. Los alumnos, por su parte, deben poner toda su atención en las actividades que los lleven a la capacitación en los niveles en que estén inscritos, realizando su aprendizaje con atención y compromiso, manteniendo en todo momento su dignidad.

Con el Código de Ética se espera que la comunidad de El Colegio de Tlaxcala, A.C realice sus responsabilidades dentro

de los valores éticos, necesarios para una convivencia con nuestros semejantes que garantice el orden, la seguridad y el perfeccionamiento físico y moral para lograr un progreso verdadero de nuestra nación.

PROPUESTA DE CODIGO DE ETICA DEL COLEGIO DE TLAXCALA A.C

Principios y valores institucionales

El Colegio de Tlaxcala, A.C y a cada uno de los miembros de la comunidad que la integran, les corresponde la misión de preservar, fomentar y difundir los principios y valores en que la institución apoya la educación que proporciona a sus alumnos, los cuales se describen a continuación:

La comunidad del Colegio de Tlaxcala, A.C

Los miembros de la comunidad de el COLTLAX, en general, deben reconocer como norma lo que se describe a continuación, no para su observancia pasiva, sino como un conjunto de principios que guíen su conducta y su forma de vida en la comunidad.

Estos principios y las normas de ética contenidas en este código, determinan las bases esenciales del comportamiento de los maestros, investigadores, alumnos y del personal directivo y de apoyo de la institución.

1. Respeto

Este principio, enfocado a cada uno de los miembros de la comunidad de el COLTLAX, establece el deber de respetar la dignidad de cada individuo, profesores, investigadores, alumnos, directivos y personal de apoyo de la institución. El respeto a la dignidad de cada persona es una constante en el COLTLAX, un valor fundamental, cuya efectividad depende del grado en que sea fomentado por los directivos, profesores y alumnos de la institución y practicado por todos y cada

uno de los integrantes de la comunidad del COLTLAX.

Las relaciones interpersonales deben basarse en el respeto a la dignidad de cada individuo y seguir normas que rechacen cualquier tipo de discriminación.

Conductas tales como el acoso sexual, el racismo, la crueldad y todo tipo de manifestaciones de intolerancia quedan terminantemente prohibidas.

En este código se establece claramente el compromiso de tratar a los demás con respeto, equidad y cortesía.

2. El sentido de responsabilidad

Uno de los valores más apreciados por la sociedad y particularmente por el COLTLAX, es el sentido de responsabilidad.

Cuando el hombre realiza una acción siente que ésta va acompañada de una “sensación de responsabilidad”.

De alguna manera se siente comprometido como persona, en cada acción que realiza o piensa realizar. Se siente responsable de lo que elige y hace libremente. Lo característico de esa sensación de responsabilidad es que se manifiesta con un carácter absoluto.

La responsabilidad supone la imputabilidad de los actos realizados y obliga al hombre a responder de ellos ante una especie de tribunal que puede ser su conciencia. Ésta se denomina responsabilidad moral. El hombre puede ser llamado también a responder de sus actos ante las autoridades o el poder público, y ésta es la llamada responsabilidad civil.

La responsabilidad profesional cae bajo la responsabilidad moral, sin que ésta excluya la posible responsabilidad penal ante las leyes y el Derecho.

La responsabilidad primordial del alumno y del profesor es adoptar una actitud decidida hacia

el estudio y la investigación, y mantener sus conocimientos constantemente actualizados. Cuidadosos de su formación técnica y ética, llegarán a poseer un perfil profesional definido para poder interpretar, rectamente, las diversas situaciones que, en algún momento se les presenten en su desarrollo y decidir correctamente.

No es fácil mantenerse actualizado en esta época en que la constante es el cambio y en la que la sociedad exige del profesionista conocimientos sobre temas diversos. Mantenerse actualizado en los respectivos campos de actuación profesional requiere del alumno y del maestro constante dedicación al estudio de temas muy variados y complejos.

No debe desperdiciarse la oportunidad de responder adecuadamente a estas exigencias, ya que en esa actitud de responsabilidad está la base de la confianza y de la credibilidad que la sociedad otorga a los profesionistas egresados del Instituto.

3. Honestidad

La honestidad es de suma importancia. Toda actividad social, toda empresa humana que requiera una acción concertada, se frena cuando la gente no es franca. La honestidad no consiste sólo en la franqueza, la capacidad de decir la verdad, sino en la honestidad del trabajo honesto por una paga justa.

Los servicios que el profesionista presta a la sociedad y a sus clientes tienen que fundarse en la honestidad.

Por honestidad, el maestro acepta la obligación de sostener un criterio libre e imparcial al expresar cualquier juicio profesional; por honestidad el maestro y el alumno se preparan y constantemente se actualizan en sus conocimientos para

realizar sus actividades profesionales satisfactoriamente; y por honestidad, rechazan intervenir directa o indirectamente en arreglos o asuntos que no cumplan con la moral.

4. Lealtad

Los integrantes de la comunidad del el COLTLAX desean identificarse con ella, necesitan confiar y creer en su institución, puesto que contribuyen con su esfuerzo para lograr su misión.

Un sistema de valores en una institución genera en su comunidad una estrecha identificación con la misma, a la cual consideran su institución en la que viven y progresan, con la que se identifican y a la que pertenecen, el lugar que merece su compromiso y su lealtad. Ese vínculo de valores es fundamental para lograr que las personas asocien sus lealtades con la institución.

Efectivamente, la lealtad a principios, valores e ideales se convierte en un sistema de creencias para todas las personas que integran la comunidad del COLTLAX. Es un valor humano más allá del beneficio personal, y una especie de “polo magnético” que orienta a todos en la misma dirección.

5. Conflicto de intereses

Uno de los principales atributos que distingue a cualquier profesionista es su objetividad de criterio. El papel fundamental que tiene consiste en expresar una opinión profesional, libre de cualquier influencia personal o corporativa, propia o de aquel a quien sirve. Las reglas de conducta de cualquier profesión establecen que esta opinión debe ser esencialmente objetiva, y que el profesionista tiene la responsabilidad de subordinar los intereses personales a los de la sociedad.

Éstas son las condiciones, además

de los conocimientos científicos y técnicos, sobre los que el público deposita su confianza en las opiniones expresadas por el profesionista. Esta confianza descansa no solamente en sus conocimientos y experiencia profesional sino también en su capacidad de expresar opiniones objetivas y desinteresadas, o sea en su integridad.

El conflicto de intereses se refiere a la contradicción que puede existir entre los intereses particulares de los miembros de un grupo y el interés general del mismo. Esto sucede cuando uno de sus integrantes actúa de forma tal que afecta el bienestar de la agrupación con el fin de obtener un beneficio personal. Una práctica común de este comportamiento es el soborno a cambio de un favor.

Cuando alguien acepta un soborno, el interés del grupo pierde a favor del interés individual del sobornado. Otra forma común de conflicto de intereses es cuando una persona utiliza su posición dentro de un grupo para beneficiar o perjudicar a otra.

En resumen, puede decirse que existe conflicto de intereses cuando se da cualquier situación en la que el miembro de la comunidad utiliza su posición para obtener un beneficio distinto al que esa posición supone, perjudicando o poniendo en riesgo el bienestar y el prestigio de la institución.

Con el fin de evitar la posibilidad de conflicto de intereses, los integrantes de la institución deben abstenerse de intervenir en la atención, tramitación o resolución de asuntos que puedan involucrar un beneficio personal o familiar. Por lo mismo, el código de ética incluye especificaciones claras en cuanto a los

criterios para que los integrantes de la comunidad reciban cualquier beneficio por parte de los actores internos o externos que de alguna forma puedan beneficiarse a expensas de la organización.

6. Integridad

El profesor, el alumno y cualquier miembro de la comunidad del COLTLAX, deben tener esa cualidad moral que impulsa al hombre al más severo cumplimiento de sus deberes respecto a los demás y a sí mismo.

El ser íntegro implica ser honrado, cabal, recto, probo; la gente sabe lo que se puede esperar de él; cuando hace un compromiso con una persona lo cumple cabalmente, nunca hace una promesa que no pueda cumplir. Esta virtud en una persona se revela hasta en sus actos cotidianos más simples. En su actividad siempre tiene en mente que la imagen que la sociedad se forma de él, es también la de la institución.

Es una persona comprometida con la institución a la cual pertenece.

La imagen de la institución depende de la imagen que sus directivos, maestros, alumnos, personal de apoyo y sus propios egresados proyecten.

Personal Académico

1. Integridad

El profesor deberá ser franco, honesto, cabal, recto, probo, justo y veraz en el cumplimiento de sus funciones y obligaciones.

2. Competencia y actualización

El profesor debe orientar a sus alumnos para que en el ejercicio profesional actúen con estricto apego a la ética profesional y a las normas de la profesión.

Asimismo, tiene la obligación de mantenerse actualizado en la materia y los temas que imparte para transmitir a sus alumnos los conocimientos más avanzados.

El profesor tiene la

obligación de mantener sus conocimientos y habilidades pedagógicas al nivel requerido, para asegurar que sus alumnos reciban las ventajas de un conocimiento científico, técnico y ético, basado en el desarrollo actualizado de quien lo imparte.

Uno de los medios para prepararse y mantenerse actualizado está representado por la participación del profesor en cursos, seminarios, conferencias y grupos de estudio, patrocinados por la institución y las universidades del país y del extranjero. La calidad de la educación que imparte el COLTLAX a sus alumnos, depende del grado de preparación y actualización de sus profesores.

La educación de calidad representa un compromiso con la sociedad y con los alumnos y egresados de la institución. Es lo que la sociedad espera de los profesionistas graduados en el COLTLAX, tanto en su ejercicio profesional independiente o como funcionarios o empleados en empresas, en el sector público o en la docencia. La sociedad tiene el derecho de esperar que el profesionista egresado del COLTLAX que acepte una responsabilidad profesional, sea profesionalmente competente.

La responsabilidad del profesor en la preparación de un profesionista así, es un compromiso personal y social y es una responsabilidad ante su institución.

La realización de un profesor se logra con la perseverancia en el estudio, la vocación a la cátedra, la preparación constante, la especialización eficaz, la innovación y la responsabilidad.

Consecuentemente, imparte su cátedra con la preparación debida, competencia y diligencia y mantiene sus conocimientos y habilidades al nivel

requerido para asegurar a la sociedad y a sus alumnos una cátedra basada en el desarrollo actualizado de sus conocimientos.

3. Lealtad y respeto

El profesor tiene el deber de respetar a la institución, alumnos y colegas, así como al personal de apoyo del COLTLAX, actuar de acuerdo con la buena reputación de la institución y evitar cualquier conducta que pudiera traer descrédito a la misma.

La lealtad y respeto hacia sus colegas, alumnos y personal del COLTLAX, implica abstenerse de hacer comentarios que perjudiquen su reputación o prestigio y, asimismo, darles el trato que corresponde a su dignidad personal.

El respeto al individuo es una constante en el COLTLAX, un valor fundamental, cuya efectividad depende del grado en que sea fomentado por las autoridadesy maestros y practicado por todos y cada uno de los integrantes de la comunidad politécnica.

4. Objetividad

El principio de objetividad impone a cada miembro de la comunidad politécnica la obligación de ser justos, intelectualmente honestos y libres de conflicto de intereses.

Al profesor obliga evaluar a sus alumnos con imparcialidad.

5. Conflicto de intereses

La objetividad de criterio puede afectarse e inclusive perderse cuando el profesor, el alumno o cualquier miembro de la comunidad politécnica, se encuentra en situación de conflicto de intereses.

Un conflicto de intereses, en el caso del profesor, se define como aquella situación o circunstancia en la que éste tiene intereses personales suficientes para influir o interferir negativamente en el desarrollo o evaluación de sus

alumnos. También puede definirse como cualquier situación en la que el maestro, por sí mismo o a través de otras personas, intenta promover o promueve intereses privados o personales, que tienen o pueden tener como resultado una interferencia en el ejercicio objetivo de sus deberes docentes o en una ventaja o beneficio personal en virtud de su posición de maestro en la institución en la cual imparte su cátedra.

Una práctica común de este comportamiento es el soborno a cambio de un favor al evaluar al alumno.

Otra forma común del conflicto de intereses es cuando un maestro utiliza su posición dentro de la institución para acosar sexualmente a un alumno(a). Una más es cuando por prejuicios tales como raza, credo o género, el maestro utiliza su posición dentro del grupo para beneficiar o perjudicar a un alumno(a).

En resumen, los integrantes de la institución, y desde luego el maestro, deben abstenerse de caer en cualquier práctica o situación que pueda involucrar un conflicto de intereses.

Existen muchas otras formas de conflicto de intereses, por ejemplo la aceptación de beneficios o regalos de un valor sustancial; el uso de información privilegiada o confidencial en beneficio propio o de alguien relacionado; el tráfico de influencias, etcétera.

6. Honestidad

Los servicios que los profesores y personal del COLTLAX prestan a la institución, a los alumnos y a la sociedad deberán fundarse en la honestidad.

La responsabilidad más importante del maestro es formar a la siguiente generación, ésa es, en forma especial, la tarea del maestro, su específica vocación

personal.

La formación que el maestro da a sus alumnos, debe incluir los aspectos científicos y técnicos propios de la materia que imparte y, además, el conjunto de convicciones en los que la profesión basa todas sus normas de ética.

Por honestidad, el maestro acepta la obligación de sostener un criterio libre e imparcial al impartir su cátedra; por honestidad, se prepara y constantemente se actualiza en sus conocimientos; por honestidad asiste puntualmente a sus clases, y también por honestidad debe rechazar intervenir directa o indirectamente en arreglos o asuntos que no cumplan con la moral.

La honestidad es de suma importancia. Toda actividad social, toda empresa humana que requiera una acción concertada, se atasca cuando la gente no es honesta.

Alumnos

1. Responsabilidad en su formación

El alumno se está formando para ejercer una profesión de servicio, su objetivo fundamental es servir a la sociedad y ésta tiene el derecho de exigir servicios profesionales de calidad. Por tal razón tiene la obligación primordial de adquirir, mediante el estudio y la investigación, los conocimientos técnicos, científicos y éticos que lo preparen para prestar tales servicios.

Para lograr este objetivo el estudiante debe comprender que es necesario perseverar para alcanzar la perfección, ser muy riguroso consigo mismo, no satisfacerse con llegar a ser solamente un buen profesionista, considerar el perfeccionamiento de la vida humana como su valor más noble.

La responsabilidad de sus decisiones influirán no sólo en su propio destino, sino también en el de

muchos otros. Los conocimientos que la sociedad demanda del profesionista, que el estudiante llegará a ser, serán más extensos y variados, y por ello el estudio y la actualización profesional deben ser una constante en su vida diaria. El servicio profesional de excelencia debe manifestarse desde las aulas, en palabras, hechos, pensamientos, deseos y sentimientos.

El estudiante, quien para la razón interior de ser consiste en superarse a sí mismo, debe llevar consigo la acumulación gradual de conocimientos y experiencias, crecer y madurar en la profesión a la que aspira, mediante el estudio y el esfuerzo continuo.

Los conocimientos y habilidades transmitidos por los profesores y las normas de ética, determinarán las bases esenciales de su comportamiento, decidirán el valor moral de sus actos como estudiante y permanecerán en relación con su vocación.

Ante el estudiante se abre paulatinamente el maravilloso mundo de la profesión en sus distintas especialidades. El alumno debe prepararse no sólo para presentar un examen sino para su vida profesional.

Para evaluar al alumno hay varios tipos de medidas: medir su capacidad con base en sus conocimientos y experiencias, y por su comportamiento, concretamente, por su ética.

Los frutos de la ética son la unidad, la independencia de criterio, la responsabilidad, la calidad de los estudios, el respeto a sus maestros, compañeros, autoridades y personal de apoyo; el respeto y lealtad a la institución; la honestidad, la justicia...

Estas cualidades son indispensables en cualquier momento y circunstancia de su vida como

estudiante.

Un alumno así, es libre, y por eso, responsable.

La suya es una responsabilidad personal y social, es una responsabilidad ante la sociedad, la institución y la profesión a la que aspira. Para un alumno así, la realización personal se logra con la perseverancia en el estudio, en la vocación profesional, la preparación constante, la especialización eficaz, la innovación y la responsabilidad.

Consecuentemente, asiste al aula, estudia y cumple sus tareas con el cuidado debido, competencia y diligencia, y mantiene constantemente sus conocimientos y habilidades al nivel requerido para asegurar a la sociedad una preparación profesional basada en el desarrollo actualizado de sus conocimientos.

2. Respeto

El alumno tiene el deber de respetar la dignidad de cada individuo, maestros, condiscípulos, directivos y personal de la institución. El respeto a la dignidad de cada persona es una constante en el COLTLAX, un principio fundamental.

El alumno deberá tratar a sus compañeros de estudio con respeto, evitando prejuicios tales como raza, credo o género, rechazar cualquier tipo de discriminación y conductas, como son: el acoso sexual, el racismo y cualquier manifestación de intolerancia.

Deberá evitar hacer comentarios que perjudiquen la reputación o prestigio de cualquier miembro de la comunidad del COLTLAX y darles el trato que corresponde a su dignidad personal.

Los edificios, instalaciones, mobiliario y equipo, y demás bienes de la institución, necesarios para que el proceso educativo se realice eficientemente, también deben ser objeto de

respeto. Romper un vidrio por el gusto de hacerlo, pintarrajear las paredes, destrozar un jardín, arrancar las páginas de un libro de la biblioteca, dañar una computadora, todos estos son actos verdaderamente inmorales. Descubren, en quien los hace, un fondo de inconsciencia y desprecio a los bienes de la comunidad y una falta de imaginación que le impide recordar todo el esfuerzo acumulado detrás de cada obra humana.

3. Lealtad

Al decidir formar parte integrante de la comunidad del COLTLAX y permanecer en ella, el alumno acepta la obligación de identificarse con la institución y reconocer como norma de conducta sus principios y valores.

El sistema de valores del COLTLAX genera en su comunidad una estrecha identificación con el mismo, al cual consideran como la institución en la que se educan y progresan, la que merece respeto, compromiso y lealtad.

En su conducta, el alumno siempre debe tener en mente que la imagen que la sociedad se forma de él, es también la de la institución a la cual pertenece, por lo que debe actuar de modo tal que sea acorde con la buena reputación del COLTLAX y evitar cualquier comportamiento que pudiera traer descrédito al mismo.

4. Honestidad

El estudiante tiene un compromiso con la institución y la sociedad y debe establecerlo con base en la honestidad e inspirado en un fuerte impulso hacia el estudio y constante perfeccionamiento.

La honestidad no sólo consiste en la sinceridad, la autenticidad y la buena fe, sino en una actitud decidida hacia su formación científica, técnica y humanista.

Por honestidad, el alumno:

Asiste

puntualmente a sus clases y atiende las enseñanzas impartidas por sus maestros.

Se prepara y constantemente actualiza sus conocimientos.

Se esmera en acreditar todas las materias para acceder al reconocimiento oficial, sin recurrir a prácticas engañosas.

Rechaza intervenir en asuntos que no cumplan con la moral.

Tiene el cuidado necesario para conservar los bienes y el equipo que la escuela tiene para el apoyo de la enseñanza.

Autoridades y personal de apoyo a la educación

1. A las autoridades y personal de apoyo corresponde la observancia de los principios de respeto, responsabilidad, honestidad, lealtad, integridad y justicia,.

Particularmente, deben cumplir honesta y eficazmente con sus responsabilidades y hacer bien su trabajo.

2. Los órganos y el personal directivo de la institución deben seleccionar y designar a sus colaboradores de acuerdo a los conocimientos, habilidades y experiencia requeridos para el mejor desempeño de las funciones que les asignen.

3. Los directivos deben promover el desarrollo del personal a su cargo, mediante cursos de entrenamiento y actualización en las técnicas y procedimientos indispensables para que realicen bien su trabajo. Estudiar las posibilidades de cada colaborador, a fin de averiguar en qué dirección podrán desarrollar al máximo sus posibilidades.

Es importante que estimule en ellos su responsabilidad de actualizarse constantemente en los conocimientos propios de sus funciones y, al mismo tiempo, de su comportamiento ético, reiterándoles los principios y valores que la institución honra.

4.

Evaluar con objetividad, imparcialidad y justicia el desempeño de cada colaborador.

5. Entre los deberes esenciales del personal de apoyo a la educación se mencionan las siguientes:

a. Desarrollar y mantenerse actualizado en los conocimientos, habilidades y experiencia requeridos para hacer su trabajo con eficiencia.

b. Evitar caer en cualquier práctica o situación que pueda involucrar un conflicto de intereses.

c. Tratar con cortesía y respeto a las autoridades, maestros, estudiantes y al personal de la institución, así como a las personas que acudan a la misma en busca de información para realizar algún trámite.

d. Trabajar en armonía con sus compañeros de departamento y área para que en conjunto cumplan con sus responsabilidades ante la institución, dentro de una agradable convivencia.

CONCLUSIÓN

La ética puede considerarse como instrumento de transformación en función de valores. Las organizaciones educativas deben contemplar entre sus objetivos el sentido moral, puesto que el objetivo de incrementar la autonomía de las personas y el progreso (técnico, económico y social) de las sociedades es la gran tarea de la filosofía práctica.

El gerente educativo es un líder público ético, y como tal debe fomentar en el ámbito educativo, el aprendizaje social de valores como el respeto, la democracia, la tolerancia y la solidaridad, de manera que se pueda asumir el cambio de una ética de los derechos a una ética de las responsabilidades lo cual conllevaría a la transformación social. En este sentido, uno de los caminos para alcanzar el bien común son las

políticas educativas que determine la organización y que se les de seguimiento.

Todo esto con la finalidad de obtener un individuo conscientemente responsable de su papel en la construcción de una sociedad democrática y comprometido con la urgencia de llevar a cabo procesos de transformación que propicien la vida en convivencia y solidaridad, que lleven a lograr alcanzar el bien común.

La educación debe servir de plataforma para alcanzar los acuerdos entre ciudadanos sobre valores compartidos, apoyándose en el concepto de ciudadanía social; estableciendo formas sociales y espacios idóneos en donde pueda alcanzarse el bien común, el cual, se fundamenta en políticas educativas, los agentes que toman decisiones en el área educativa, gerentes educativos y administradores de la gestión pública, deben estar al servicio del logro del bien común.

Finalmente, debe entenderse que el problema de cómo alcanzar la convivencia y el logro del bien común no termina en el cambio en el sistema educativo, pero éste representa una de las vías o formas más importantes en la búsqueda del bienestar, convivencia y bien común.

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[1] Cortina, A.; Conill, J.; Domingo, A.; García-Marzá, D. (1994). Ética de la empresa. Claves para una nueva cultura empresarial. Madrid:Trotta. En http://www.feae.es/documentos/etica.pdf

[2] Chiavenato, I, Administración de Recursos Humanos,

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[3] ARANGUREN, J. (1996) Ética y Política. Revista electrónica de Biblioteca Nueva. Universidad de Madrid. En: http://www.sem.intramed.net.ar/revista/007.htm

[4] MARTIN, V. (2004) Ética Pública. Apuntes del Seminario del Doctorado en Ciencias Humanas. Facultad de Humanidades y Educación. Universidad del Zulia, Venezuela.

[5] BASANTA, E. (2001) Educación Superior, Ética y Enseñanza de la Ética desde documentos Internacionales. Universidad Nacional de Lomas de Zamora.

En: http://www.unlz.edu.ar/Biblioteca/Web%20leonardo/e.basan.htm

[6] Revista ORBIS / Ciencias Humanas Ana Prieto Sánchez, Egilde Zambrano y Marle Martínez

Año 2 / Nº 6 / Abril 2007 ÉTICA PÚBLICA EN LAS ORGANIZACIONES EDUCATIVAS: GERENCIAR PARA ALCANZAR EL BIEN COMÚN

[7] SANTANA L. (2000) Etica y Docencia. Fondo Editorial de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. FEDUPEL. Venezuela

[8] ALLEGRO, L. (2001) Ética y Educación. Sociedad de Ética en medicina. Revista Electrónica -004. En: http://www.sem.intramed.net.ar/revista/007.htm

[9] ALVARINHAS, F.. (2001) Introducción a los Conceptos Básicos de la Ética en las Ciencias de la Vida. En: http://www.sem.intramed.net.ar/revista/0011.htm

[10] http://www.feae.es/documentos/etica.pdf

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