Ensayo Anorexia Infantil

La imagen del cuerpo en la infancia ¿realidad o mito?

Se habla mucho de los alimentos que se consumen diariamente, si la gente es obesa por consumirla en exceso, si la comida chatarra es perjudicial, si es bueno comer solamente ensalada y frutas, pero algo que sucede actualmente es que los niños desde los tres años hasta llegar a la adolescencia han encontrado un refugio en la anorexia para mantener un peso idóneo.

La anorexia es un trastorno de la alimentación que se caracteriza porque el niño, aunque tenga apetito, se niega a comer. Los niños y niñas con anorexia tienen inapetencia, sin una razón aparente. Las personas con anorexia están obsesionadas por ser delgadas. No quieren comer y tienen miedo de aumentar de peso; tienen una imagen completamente diferente y disconforme de si misma.

Pero ¿qué lleva a un niño o niña a ser anoréxico? Existen muchas causas que orillan a los infantes a creer que la solución a los problemas de autoestima es dejar de comer para verse mejor.

Según Lirio (2011) “un niño rechace algunos alimentos concretos o el mismo hecho de comer por situaciones desagradables vividas con anterioridad. Tal ocurre cuando les hacemos comer bajo presiones o amenazas, convirtiendo un hecho fisiológico (comer) en una lamentable obligación”. Esto provoca que los niños en lugar de disfrutar la hora de la comida, sea un suplicio o un castigo, sienten que deben comer por obligación y desencadena en los infantes el odio hacia los alimentos y a la imagen que tienen de su cuerpo.

Bello menciona “Desde los tres o cuatro años aparecen síntomas indiscutibles que, aunque no completan todo el cuadro, señalan un camino. Chicos de jardín de infantes se ponen los dedos en la garganta porque quieren vomitar, quizás imitando conductas que vieron”.

Este tipo de conductas imitadas son producto de los medios de comunicación masiva como son los programas de televisión, internet, revistas, difunden la idea a través de las pantallas e imágenes de un cuerpo delgado e incluso cadavérico es sinónimo de inteligencia, belleza y talento, por eso a toda costa sin importar las consecuencias para llegar a esa figura, distorsionando la imagen que tiene ese niño de si mismo.

El fomento de una cultura de la delgadez promueve entre los pequeños de seis años la lipofobia (temor a la grasa) y una actitud negativa a la obesidad, pues no quisieran ser gordos porque entonces serían niños feos, tontos o flojos, y esa idea aumenta en la adolescencia.

En el país los trastornos de alimentación como la bulimia y la anorexia afectan a 2 millones de personas y cada año se registran 20 mil más. La enfermedad afecta principalmente a las mujeres, ya que de cada 10 casos, sólo uno corresponde al sexo masculino. Resulta increíble la presión que la sociedad ejerce en la mujer para ser delgada, la importancia que tiene en la mentalidad de las niñas verse como una modelo o actriz famosa, sin pensar en las consecuencias de abstenerse a comer.

Es frecuente que el niño se alimente por capricho, fuera de las comidas regulares, con leche, dulces, golosinas, bebidas gaseosas y azucaradas y otros alimentos, que no aporta ningún beneficio al cuerpo humano, sino que provoca muchas enfermedades desde temprana edad, por lo que al sentarse a la mesa se encuentra saciado y no quiere consumir los alimentos nutritivos que les brindan los padres por miedo a engordar más.

La idea es escalofriante: ¿es posible que una niña de siete años se someta a ayunos delirantes por temor a engordar? Esto es sumamente preocupante, debido a que un niño en esta etapa de crecimiento debe consumir alimentos ricos en vitaminas y proteínas para mantener una vida saludable,

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