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HACIA UN NUEVO MODELO DE JUSTICIA AMBIENTAL


Enviado por   •  17 de Mayo de 2013  •  3.910 Palabras (16 Páginas)  •  470 Visitas

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Desafíos en la planificación hídrica en América Latina.

LA REALIDAD HÍDRICA DE LA REGIÓN LATINOAMERICANA Y EL CARIBE.

Genaro Uribe Santos

(Perú)

INTRODUCCIÓN

Latinoamérica es una región privilegiado en materia de recursos hídricos y más especialmente de agua dulce, debido a su amplia diversidad climática.

Sin embargo, el desarrollo económico de la región, sobre todo en países de creciente surgimiento (como Perú), la marcada desigualdad social y la poca eficiente gestión pública han hecho que muchos de los conceptos ligados al uso sostenible del agua se encuentren hoy alejados de las mayoría de las poblaciones, ocurriendo que a la falta de suministro y calidad del agua, se le suman lo inadecuado de la prestación del servicio de abastecimiento y la inequidad en su distribución.

El problema de Latinoamérica no es la falta de agua, pues agua hay; el conflicto surge a partir de la falta de una eficiente gestión pública en su administración, que termina impidiendo el acceso a este recurso por parte de las poblaciones, lo que al final genera una suerte de crisis que afecta a la región, muy en especial a aquellas zonas consideradas como “secas”.

Pese a ello, se viene advirtiendo la preocupación creciente frente a este problema por parte de los Estados, al punto que en la región se viene impulsando un programa denominado “Gestión Integrada de Recursos Hídricos”, a cargo e iniciativa de el Comité Técnico de la Asociación Mundial para el Agua (GWP, por su sigla en inglés), que es un “un proceso que promueve el manejo y desarrollo coordinado del agua, la tierra y los recursos relacionados, con el fin de maximizar el bienestar social y económico resultante de manera equitativa, sin comprometer la sostenibilidad de los ecosistemas vitales” y cuyos resultados, si bien aún distan de llegar concreciones percibibles, cuenta ya con algunos avances que es meritorio mencionar; entre ellos tenemos:

• La protección ambiental y desarrollo sostenible del sistema acuífero Guaraní (Brasil).

• La iniciativa del corredor de humedales del litoral fluvial (Argentina).

• La aplicación del enfoque ecosistémico en la cuenca del Lago Titicaca (Bolivia y Perú).

• La reducción de la pobreza a través del mejoramiento del manejo de recursos naturales en la cuenca del río Pastaza (Ecuador y Perú).

• La formulación de un plan de manejo de los humedales con enfoque ecosistémico en las Lagunas de Fúquene, Cucunubá y el Palacio de la cuenca del río Ubaté (Colombia).

• El manejo integrado de cuencas asociadas con la unidad hidrográfica Barra de Santiago – El Imposible, Ahuachapán (El Salvador).

Pero, considero que para emprender tareas de optimización del recurso dulce acuícola en la región, es necesario conocer muy detalladamente la realidad que esta nos presenta, razón por la cual este documento es un breve informe que confío servirá para tener una idea de lo que acontece en esta parte del mundo el relación al agua dulce y su problemática, lo cual nos permitirá fijar algunos derroteros en torno a los demás temas asociados que se disertarán y discutirán en esta conferencia.

1.- LA DISPONIBILIDAD DEL AGUA.

Entre números más y números menos, se ha referido con relativa certitud probabilística que el mundo tiene en disposición 35 millones de kilómetros cuadrados de agua dulce. Según el cuadro que sigue, esta es la distribución del agua en nuestro planeta.

De los 35 millones de agua dulce disponible, el 31%, es decir, aproximadamente la tercera parte, se encuentran en América Latina y el Caribe.

La principal fuente de abastecimiento de estas aguas son las precipitaciones fluviales, razón por la cual se hace necesario conocer el nivel de la distribución de lluvia en la región.

Las lluvias, en América Latina y el Caribe, alcanzan en promedio 1.500 milímetros por año, ocurriendo que los países que conforman el bloque andino, reciben en conjunto 1,991 mm/año, siendo los de mayor volumen, mientras que el sector sur del continente reciben el valor más bajo con apenas 770 mm/año. El cuadro que sigue nos ayudará a esquematizar mejor este concepto.

Ahora bien, una cosa es que hayan precipitaciones fluviales y otra distinta que se pueda disponer de ellas para su uso, ya sea por las formas naturales de acumulación (ríos, lagos, napas freáticas, etc.), o por acción directa del hombre (como el caso de la acumulación vía represamiento).

En el cuadro que sigue, se puede apreciar que, por ejemplo, en el caso del Caribe, sus niveles de disponibilidad son de apenas 93 km3/año, siendo los más bajos de la región, mientras que por su parte los países andinos (con 5.238 km3/año) y Brasil (con 8.825 km3/año) disponen de los volúmenes más altos, en ambos casos, por los beneficios que les significa –primero– el sistema hídrico del Amazonas, que es el más grande del mundo y que acumula el alto nivel de las precipitaciones fluviales (y que descarga en el Océano Atlántico el 20% del agua dulce de todos los ríos de la Tierra), y –segundo– por el sistema hídrico del Lago Titicaca, que tiene un promedio de disponibilidad de 923 km3/año.

Si sumamos todos los promedios de los volúmenes de agua dulce disponible de los países de la región y lo dividimos entre todas las personas que los habitan, bien podría afirmarse que cada ciudadano de América Latina y el Caribe tienen mayor volumen de agua per cápita por año que la media de las demás personas del resto del mundo, que es del 7.231 m3/hab./año; quienes viven en los países de esa parte del planeta disponen de 2,6 a 6,7 veces más que la media mundial. En otras palabras, bien aprovechados los recursos hídricos, se podría advertir una sobre oferta de agua que llega hasta sextuplicar el requerimiento de las demás personas de las otras zonas geográficas continentales. Y de hecho, así ocurre de manera evidente en el sector denominado “Guyana” (formado por el bloque de los países de Surinam, Guyana Francesa y Guyana), que apenas alcanzan los 468.240 km2 en Sudamérica, pero que dispone del 3,74% del agua de la región; dicho de otra manera, las administraciones de estos países no se tienen que preocupar por la existencia de agua, sino más bien por la forma de hacer que esta agua llegue a las personas, les sea útil al desarrollo y, en general, sirva para los fines de mejoramiento de calidad de las poblaciones.

Contrario a lo de Guyana, en las islas del Caribe es donde se aprecia severas limitaciones en la disponibilidad del agua, que en promedio cuentan con 2.466 m3/hab./año, que es menos de la tercera parte del promedio mundial por habitante, observándose una situación crítica en las islas

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