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Juego Y Desapego. Ejercicios De Introspección.


Enviado por   •  4 de Julio de 2013  •  840 Palabras (4 Páginas)  •  1.171 Visitas

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Juego y Desapego

Entre las posibles formas de interrumpir la cotidianeidad para detonar la actividad espontánea, se encuentran el sin sentido de lo absurdo y el ridículo, que permiten acceder a esa zona del inconsciente en que se localizan los instintos irracionales. Una manera de conseguir este desapego de la realidad, es la actividad lúdica, propia del ser humano, pues en el juego éste muestra su esencia libre y espontánea.

Definida como actividad inútil, improductiva y superflua, actividad de intencionalidadcero1, el juego se presenta como residuo, al margen de las actividades serias.

En su libro Homo Ludens (1938) Johan Huizinga plantea la idea de que la cultura humana surge del juego y ahí se desarrolla, aquel está delimitado espacial y temporalmente, hay reglas establecidas y crea cierto orden. En la experiencia lúdica existe la sensación de libertad, pues uno logra abstraerse de la realidad e ingresar en una dimensión en la que el ocio y la expresividad complacen recónditamente esos deseos. Huizinga distingue cuatro dimensiones del juego: Primero están los juegos de competencia en los que el ser humano busca demostrar sus habilidades y destacarse sobre los demás, interviniendo su voluntad individual; después los juegos de azar en que el sentido de riesgo forma parte esencial de la existencia y de la toma de decisiones (que equivale a la renuncia de esa voluntad); luego están los juegos de simulacro que ‘imitan’ otra realidad; por último, los juegos de vértigo, en los que se alcanza un trance que anula la conciencia de realidad2, es el desapego y la fascinación por abandonar todo, de caer en el vacío sin la certeza de lo cotidiano, en la que nos sentimos tan cómodos instalados3.

La ociosidad que lleva a la recreación, y la búsqueda de la inconsciencia a través de ésta, recaen en este -juego en el que giro sobre mi propio eje-, en el que la noción de lo que me rodea se pierde, el mundo toma otro aspecto y la concentración se dirige a seguir girando, no recuerdo entonces el instante o el entorno (una plaza comercial), sólo pienso en la acción y en que ésta debe continuar. Sin embargo, antes de llegar a este punto, existía la idea de jugar también con el sentido de la vergüenza y del absurdo, detonadores del inconsciente, por lo cual utilizo un disfraz que refuerza el rol de jugador y que permite accionar con más libertad al ocultarme, que también refleja un estado anímico, pues me reconozco y descubro en este ser fantasma, un espectro ridículo que “se manifiesta entre los vivos” (y su presencia puede apreciarse o pasar desapercibida).

Con el movimiento del cuerpo que demuestra así mismo su intencionalidad, y a través del carácter lúdico de la cultura, a la que estas nociones como identidad, ocultación, vergüenza y desapego pertenecen, otros ‘actos del ser humano’ se involucran

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