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La dignidad del abogado.


Enviado por   •  18 de Agosto de 2014  •  Ensayos  •  4.665 Palabras (19 Páginas)  •  352 Visitas

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La dignidad del abogado.

La dignidad del abogado lo podemos apreciar si tomamos en cuenta que el valor de un acto humano se mide por la elevación del fin que persigue; ese fin es el de realizar la justicia por medio del derecho. En el derecho el abogado persigue fines enlazados entre sí; la justicia, el orden, la seguridad, la libertad, y la paz que, finalmente, se concretan en servir al perfeccionamiento y realización del hombre en toda su plenitud en toda su integridad.

El abogado debe ser un defensor de la justicia y la libertad. La libertad tiene que ser el medio en que se desenvuelva y el fin hacia el que ésta encaminado su quehacer: la libertad de sí mismo y la libertad de quienes le encomiendan su defensa. Se dice que ningún abogado sin libertad podría demandar querellarse y oponerse o enfrentarse a la arbitrariedad o al abuso del poder. Los hombres son libres cuando las leyes son justas y el derecho se realiza. La injusticia es siempre una forma de servidumbre y fuente de violencia.

La justicia y el derecho

La justicia es el valor dominante entre aquéllos que el derecho aspirar a realizar. Por ello, los romanos definían la ciencia del derecho como el conocimiento de las cosas divinas y humanas, de lo justo y lo injusto.

La justicia es armonía de las partes del alma y de los componentes de la sociedad. Ulpiano la definió como la perpetua y constante voluntad de dar a cada uno lo suyo. Aristóteles, decía que la justica es la que brilla más que la estrella matutina o vespertina. Pero el objeto de esa virtud debe ser dar a cada quien lo suyo.

La historia de los hombres y de la humanidad ha sido, en realidad, la de una marcha hacia su liberación y de un ascenso hacia formas más elevadas de dignidad y justicia. El derecho no es un fin en sí mismo, es un medio de realizar la justicia y otros valores que también afectan la vida de la colectividad.

De ahí el mandato del abogado: cuando en el fondo de tu conciencia surja el conflicto entre el derecho y la justicia, lucha por la justicia; lucha por ella procurando que la fórmula jurídica, al aplicarse al caso concreto, se rija por los dictados de la justicia. Lucha por ella cuando la ley te parezca injusta y reclama su modificación para hacer del derecho no un coto definitivamente cerrado, si no un instrumento de cambio, de superación, de bienestar y de justicia.

Couture: decía ten fe en el derecho como el mejor instrumento para la convivencia humana; en la justicia como destino normal del derecho; en la paz, como sustitutivo bondadoso de la justicia y, sobre todo, ten fe en la libertad, sin la cual no hay derecho, ni justicia, ni paz.

El cambio y el derecho

El abogado, dice Diego Valadès, es el notario de la historia, en tanto que recoge en leyes e instituciones el progreso de la humanidad y de su marcha ascendente hacia formas mas elevadas de justicia y libertad.

El abogado es factor de cambio y debe hacer del derecho un instrumento útil para el progreso y desenvolvimiento de la humanidad; recoger las situaciones cambiantes; estar atento a las nuevas necesidades; a las nuevas convicciones; a los nuevos datos morales y sociales que se despiertan en la conciencia colectiva y a las aspiraciones de los hombres.

Caridad y justicia.

La justicia consiste en dar a cada uno lo suyo; la caridad, en cambio, consiste en estar dispuesto a dar de lo suyo a los demás; a darse a sí mismo, si es necesario y darse con amor. No es lícito nunca pretender dar por caridad, lo que se debe en justicia. El hombre justo es el que tiene una voluntad recta, un ánimo propicio y constante de dar a los demás lo que a su dignidad corresponde y no seria realmente justo, si lo hiciera con mezquindad y con recelo; si no añadiría a esa voluntad recta el adorno de la caridad y el amor hacia sus semejantes.

El abogado, procurador de la justicia y el curador de la libertad.

El abogado debe ser quien usa el derecho para servir a la justicia; un procurador de la justicia y un curador de la libertad que debe llevar en su ánimo una fe inquebrantable en la justicia en donde que quien tiene fe en la justicia consigue siempre, a un despecho de los astrólogos, hacer cambiar el curso de las estrellas. Los abogados podemos cambiar el curso de las estrellas si tenemos una causa justa y luchamos por ella.

Todos los abogados que egresan al recibir su título hacen un juramento de tener siempre presente de ejercer su profesión como norma suprema de conducta no sólo la ley sino, también la moral y la justicia. Juran tener siempre en cuenta que las personas que ponen en sus nuestras manos la defensa de su fortuna, de su honor, de su libertad y, tal vez, su vida, confían no sólo en su saber, sino también y, acaso más, en su lealtad y honradez, estimando que serian incapaces de anteponer a sus legítimos intereses, los personales, etc. Un juramento es un acto solemne que obliga a quien pronuncia y en ese que nosotros pronunciamos pueden resumirse las normas de ética a que debe ajustarse el ejercicio de nuestro quehacer.

Códigos de ética profesional y deberes del abogado

Se han expedido códigos de ética profesional en muchos países del mundo. Algunos de sus preceptos, aquellos que de manera especial interesan al orden público, han sido recogidos en el Código Penal en Materia de Fuero Federal, tipificando como delito su violación.

Servidor del derecho y coadyuvante de la justicia.

Se dice que el primer deber del abogado es, el de tener presente que es un servidor del derecho y un coadyuvante de la justicia y que la esencia de su deber profesional es defender diligentemente y con estricto apego a las normas morales, los derechos de su cliente. El abogado debe luchar por la justicia; es un deber luchar por el derecho y pugnar por la justicia y la moral. El abogado debe saber que cuando se vulnera el derecho de uno solo, se agravia y pone en peligro el derecho de todos.

Honor y dignidad profesionales

El honor y la dignidad del abogado están íntimamente ligados con su independencia. Su independencia frente al cliente, frente al magistrado o funcionario; frente a amenazas y coacciones. Por eso, el abogado ejerce su ministerio en la libertad y es defensor de la libertad. Su independencia es señal de una conciencia recta, y puede resumirse diciendo que es el sentimiento del deber; es la altivez que se rebela ante la riqueza cuando oprime y ante la ley cuando es injusta. Se dice que la persona humana sólo se realiza plenamente cuando llega a cultivar lealtades a las que concede mayor valor que a la vida. Hay dos cosas, por las que hay que luchar aun a costa de la vida: la justicia y la libertad.

Probidad y buena fe

El abogado debe obrar con probidad y buena fe. El que abusa de su impunidad, el que inventa

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