Las Pandillas

LAS PANDILLAS

Javier es uno de los muchos jóvenes que desde los 12 años se involucró a una pandilla a causa de sentimientos de frustración y marginalidad vinculados a la pobreza de su hogar.

El hombre no nació para estar solo y por eso necesita de reunirse con sus pares para realizar actividades desde la niñez. Sin embargo, con el pasar del tiempo, los amigos dejan de lado las cuestiones de juego y las pláticas de eternas fantasías. Con los años, el dinero, el poder o el desprecio ingresan en la ecuación y las pandillas cobran vida. Una pandilla es un grupo de personas que sienten una relación cercana entre ellos, a estas también se les conoce por el nombre de “Mara”. Las maras o pandillas son organizaciones transnacionales de pandillas criminales. A los integrantes de las maras se les denomina “marero”, estas pandillas se encuentran activas en zonas urbanas y suburbanas. Discovery nos dice “Desde Kenia hasta Estados Unidos, las pandillas criminales controlan todo tipo de actividades ilegales sembrando terror, pero sin duda las 5 más peligrosas son: MUNGIKI, LA PANDILLA DE LA CALLE 18 Y LA MARA SALVATRUCHA (MS-13), ARYAN BROTHERHOOD (AB) y la UNITED BAMBOO”. Pero ¿Por qué se dan las pandillas? Los pandilleros típicamente son jóvenes de entre 10 y 21 años de edad. Y estos deciden unirse a una pandilla o bien crear una de estas a causa de que a la mayoría no le ha ido bien en la escuela, tienen familiares que han pertenecido o están en pandillas. Usualmente estos jóvenes tienen historial de estar la mayor parte del tiempo sin supervisión adulta así que se unen en busca de aceptación, compañía y reconocimiento para sentirse identificado socialmente. Sin embargo así como existen este tipo de grupos delictivos están los grupos de jóvenes que se pueden llamar verdaderamente amigos ya que la diferencia es que entre ellos hacen cosas típicas de adolescentes como salir y divertirse, ayudarse entre ellos mismos, escuchar sus problemas y platicarlos.

Es un problema muy complejo y muchas son, sus causas. La principal de ellas es la realidad económica; pues la mayoría de éstos jóvenes que participan en las pandillas juveniles provienen de lugares pobres (no relacionamos directamente y necesariamente la pobreza con la delincuencia juvenil) donde el desempleo, la falta de vivienda con servicios básicos y la violencia cotidiana son sus principales características. Además provienen de familias donde no hay comunicación entre sus miembros, otros, de donde la vida familiar es muy conflictiva; lo que los obliga a buscar afecto, compañía, quién los escuche, con quién conversar fuera del hogar. Los jóvenes que integran las pandillas juveniles son producto de una sociedad que disfruta consumiendo violencia.

Sin embargo son los hombres los que tienden más a caer en esto de las pandillas ya que se le hace fácil y no son tan abiertos respecto a sus sentimientos como lo somos

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