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Los Numero Favorecen A Las Minorías (Milada Bazant)


Enviado por   •  3 de Diciembre de 2012  •  1.354 Palabras (6 Páginas)  •  950 Visitas

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Los números favorecen a las minorías

Milada Bazant

REPORTE DE LECTURA

El triunfo educativo del Porfiriato consistió en una sólida cimentación ideológica y en un cambio radical en las materias y el método de enseñanza. Fue una buena y en ocasiones excelente educación para los que podían disfrutar de ella.

Las ciudades acaparan escuelas.

Las estadísticas del porfiriato, salvo excepciones, no hacen la distinción entre escuelas urbanas y rurales. Sin embargo, todos los estados tenían escuelas de tercera clase, mixtas o de dos turnos (es decir, niños en la mañana y niñas en la tarde), que estaban destinadas a las poblaciones pequeñas y diseminadas.

Las estadísticas de Puebla no nos dicen cuántas escuelas mixtas o de tercera clase tenían, por lo que es imposible establecer la cantidad de planteles rurales; El problema educativo más importante para el gobierno de esta entidad fue la educación de las poblaciones rurales. No era posible aprovechar las fuerzas y facultades de los hombres del campo si no se contaba con centros de enseñanza adecuados.

Mientras "la niñez de los campos" permaneciese en su mayor parte analfabeta, afirmaban las autoridades, no se podría hablar de progreso educativo.

Más de la mitad de la población escolar (56%) era de niños rancheros, así que se instituyeron las escuelas rurales atendidas por maestros ambulantes.

El único factor que representaba una ventaja considerable era el sueldo de los maestros, que ganaban 10 pesos quincenales, en tanto que los oficiales percibían lo mismo en un mes. Recibían además maíz para sembrar.

Este hecho refuta la afirmación sostenida por décadas de que el porfiriato no tuvo ningún interés en escolarizar las zonas rurales. Desde el Primer Congreso de Instrucción se hizo hincapié en que la instrucción no siguiera siendo el privilegio de los más felices, sino la redención de los más desgraciados; que sea el medio práctico de la igualdad que facilite la asimilación de los distintos grupos humanos que pueblan el territorio nacional.

Se ha dicho con frecuencia que el olvido de la educación rural provenía del desprecio con que los liberales y positivistas veían al indio. Ellos estaban sobre todo preocupados por el progreso material y los indios, comparados con los trabajadores extranjeros, tenían un rendimiento bajo y de mala calidad. Producían una abundante mano de obra barata, defectuosa, que no dejaba de ser un obstáculo para el alza de los salarios corrientes. Durante muchos años se pensó que la solución estaba en la inmigración, pero como no tuvo éxito pronto se hizo obvio que el desarrollo de México tendría que basarse en su propia población. Sobre todo a partir de la primera década del presente siglo aumentó el interés por educar al indio, como único medio de integrarlo a la sociedad.

El crecimiento escolar estuvo más bien concentrado en las zonas urbanas, lo que acentuó las diferencias tradicionales entre las ciudades y el campo.

Educación y progreso.

Creemos que es común en varios países del orbe hacer la distinción entre el norte progresista, el sur atrasado y el centro, un mundo de transición entre una y otra regiones. A grandes rasgos, esta caracterización podría aplicarse al desarrollo educativo del país durante el Porfiriato. El Distrito Federal fue el centro político, económico, social y cultural del país y acaparó el 38% de la población alfabetizada.

La aspiración real de cualquier familia era poder mandar a sus hijos a la escuela uno o dos años, a través de los cuales aprenderían medianamente a leer, a escribir y a contar. El bajo índice de alfabetización en el México central, aunque no tan bajo como en la zona sur más bien se debió al porcentaje elevado de indígenas.

El extenso territorio, la población dispersa, la pobreza del erario y el predominio indígena dificultaban la tarea educativa. Si la educación, como en otros estados, hubiera dependido del gobierno central, se hubiera hecho una mejor planificación y no hubiera existido tanta disparidad escolar en las regiones.

Además de la prosperidad económica del norte de la república cuyos beneficios también se proyectaron

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