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Maltrato Animal


Enviado por   •  2 de Diciembre de 2013  •  3.035 Palabras (13 Páginas)  •  259 Visitas

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Matar, desposeer y quitar la vida a los animales es un tremendo negocio. Muchas personas están convencidas de que la matanza de animales es un hecho imposible de evitar. Piensan así por hábito y por tradición. Han sido condicionados a aceptar que los animales de las granjas se crían con diversas atenciones, van a los mataderos con resignación y son convertidos al final en filetes sin soltar un gemido o, a lo sumo, unos pocos.

La explotación y asesinato de animales es un negocio sobrecogedor. Todo él es revulsivo, macabro y horrendo. Muchos creen que los animales han sido creados para la matanza y el alimento del ser humano. Son varias las razones por las que una persona puede pensar esto, pero ésta debería dar un pasito hacia delante y ver lo que en realidad está sucediendo cuando ingiere animales.

Los negocios ganaderos tienen un único objetivo, el máximo beneficio con los mínimos gastos. Ninguna moral acompaña a sus actos. La armonía con la tierra, el equilibrio ecológico y el amor por la Tierra y sus criaturas no cuentan para nada: no dan ganancias. Las “granjas-fábrica” exigen cada día mayor rapidez, animales más voluminosos, menor coste de alimentación por cabeza de ganado y mayores beneficios. Los animales, para los negociantes ganaderos, no son más que números y dinero.

El transporte también es una experiencia terrible. Para el transportista de animales el tiempo es dinero. Ya no sorprende a nadie que en los días de calor sofocante o de temperaturas bajo cero mueran algunos animales. Otros mueren de miedo. Los animales contraen la “fiebre del transporte”, un tipo de pulmonía que mata al un uno por ciento de ellos. Algunos animales llegan con los pulmones destrozados y con otras heridas debidas al traslado y poco espacio de que disponen. Las heridas y muertes disminuyen los beneficios, pero aún así, muchos ganaderos prefieren meter más animales por camión si les sale más a cuenta. Cuando acaba el transporte comienza la angustia y el estrés. Los animales transportados a naves de engorde, confusos y amedrentados por el trato recibido y el primer cambio de hábitat, tienen que atravesar pasillos en los que son rociados de insecticidas, para ser posteriormente castrados, descuernados, marcados e inyectados con diferentes productos químicos.

Los Cerdos.

Lo mismo sucede con los cerdos. Las granjas utilizan un sistema, un entramado de tubos de acero, que obliga a la cerda a estar echada sobre el suelo sin que se pueda levantar ni darse la vuelta. El sistema fue diseñado para evitar que las madres aplastaran a sus cerditos a costa de mantenerlas echados entre cuatro y siete semanas. Pero los lechones son muy violentos cuando buscan la teta de la madre. La cerda se protege normalmente de los ataques a los pezones desplazando a un lado sus crías o moviéndose para encontrar alivio entre mordisco y mordisco. Pero una cerda inmovilizada no puede defenderse. Cuando llega el destete sus pezones y nervios están destrozados.

Los lechones son separados de las madres a las dos o tres semanas de su nacimiento –normalmente serían amamantados hasta los dos meses- para ser colocados en jaulas donde son alimentados mecánicamente. Una vez destetados se venden a otras granjas o son cebados hasta que les toca el matadero.

La vida media de un cerdo que normalmente oscila entre 10 y 12 años se reduce a un período de entre cuatro y seis meses, que transcurre sobre hormigón, metal y bandejas de plástico resbaladizas por los excrementos y sin nada más que hacer que comer, beber y engordar.

Los cerdos son animales inteligentes y sensibles, que reaccionan mal ante el estrés y el aburrimiento. El estar tan apretados los convierte en seres nerviosos y agresivos. Son frecuentes las peleas y mordiscos a las colas de sus vecinos. Los granjeros lo evitan amputándoselas.

Los cerdos con buenas condiciones de cría pueden ser manipulados con inseminación artificial, tratamientos hormonales y cirugía sobre los embriones. Las cerdas de una “fábrica-granja” sufren a veces hasta doce operaciones de ovarios al año. Todo para conseguir un mayor número de cerdos que los que una cerda normalmente podría tener.

Las gallinas.

Las gallinas son animales menudos, muy sensibles a los ruidos y poco amigas de vivir en grupos muy numerosos. Cuando las gallinas están sometidas a tensiones, tanto psíquicas como alimentarias, responden picoteándose fuertemente entre ellas y llegan incluso al canibalismo. Para evitarlo se las somete rutinariamente al cortado de los picos. Esta dolorosa operación se realiza con tijeras o cuchillos eléctricos.

En las actuales granjas avícolas a cada ave le corresponde muchas veces una centésima parte de metro cuadrado. Cuando son adultos pueden convivir 30 animales en un metro cuadrado. En este medio, las aves son incapaces de vivir con libertad y, además, no ven la luz del día ni la tierra, y mucho menos cualquier planta o animal de los que, picoteándolos y desenterrándolos, componen su verdadera dieta.

Las aves así criadas tienen que soportar ruidos, estrecheces físicas y confusión, lo que les provoca síntomas de estrés que las conducen al borde de la histeria. El estrés puede ser reducido en parte si se someten a los pollos a la semioscuridad, por lo que muchos pollos adultos son criados en ambientes oscuros. Los pájaros más jóvenes están en naves con luz eléctrica permanente, ya que la luz les lleva a comer más.

Estas enormes naves de pollos se calientan en invierno con el propio calor animal. Pero en verano una temperatura alta puede provocar un desastre, pues muchas de ellas están refrigeradas únicamente por grandes ventiladores que mantienen el aire en circulación. Con los grandes calores, los pájaros se concentran en las esquinas del edificio y se acumulan unos sobre otros hasta formar grandes montones en un inútil intento de escapar. Las aves que se encuentran en la base del montón mueren por asfixia.

El mundo de las gallinas ponedoras es igualmente artificial. La mayor parte de las gallinas ponedoras están confinadas en jaulas metálicas mientras dura su corto período de puesta. A veces, varias de ellas viven apretujadas en una sola jaula –con el pico cortado, por supuesto. Para economizar espacio se apilan las jaulas y éstas se colocan con una pequeña inclinación a fin de que los huevos rueden hacia la parte delantera y puedan ser recogidos con facilidad. Las gallinas tienen así una mayor dificultad de movimiento, a duras penas pueden mantenerse de pie y nunca pueden extender las

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