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PENELOPE DIOSA GRIEGA


Enviado por   •  21 de Abril de 2014  •  1.276 Palabras (6 Páginas)  •  498 Visitas

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Penélope es la esposa del rey de Ítaca, Odiseo. Ella espera durante veinte años el retorno de su marido de la Guerra de Troya. Por esta razón se la considera un símbolo de la fidelidad conyugal hasta el día de hoy. Mientras su esposo está fuera, Penélope es pretendida por múltiples hombres. Para mantener su castidad ante la ausencia de su marido, ésta idea un gran plan. Les dice a los pretendientes que aceptará la desaparición de Odiseo, con la consecuente promesa de un nuevo enlace, cuando termine de tejer un sudario, para cuando falleciese el ex rey Laertes, en el que estaba trabajando. Para mantener el mayor tiempo posible este tejido en elaboración, procura deshacer por la noche lo que creó durante el día, y de esta forma soporta los 20 años. Justo cuando Odiseo llega a casa, Penélope termina la labor, Odiseo mata a los pretendientes y permanece con ella.

Penélope era un personaje de la mitología griega, cuyo marido llamado Ulises, abandonó su hogar para ir a la guerra de Troya. Antes de partir le dijo a Penélope que lo esperara…. porque él regresaría a su casa.

La espera se hizo muy larga, durante años esta mujer no tuvo noticias de Ulises. Si bien algunos vecinos le aconsejaban que debía olvidarse de su esposo y comenzar una nueva vida, porque debía de haber muerto.

Penélope ajena a los comentarios y con la ilusión de volver a verlo. Comenzó a tejer para matar la espera…. y con la condición de que si al terminar el abrigo, su marido no había regresado, se volvería a casar.

Mientras tejía y tejía pensaba en Ulises….. Tejía por la mañana y destejía por la noche. Así el tiempo se fue alargando más y más hasta que por fin su espera terminó. Ulises regresó al hogar, y el verdadero amor triunfó!!

Penélope, en la mitología griega, hija de Icario, rey de Esparta, mujer de Ulises, rey de Ítaca, y madre de Telémaco...

En la vida de Ulises falta alguien. Alguien que le otorgue calma en las horas de angustia y alivie el peso de su soledad. Para cumplir los designios del Destino, él necesita una compañera.

Elige la mujer más bella de Grecia; Helena, hija de Tíndaro rey de Esparta. Pero cuando llega allí, dispuesto a pedir la mano de la muchacha, se encuentra con una desagradable sorpresa: Helena tiene tantos pretendientes que para conseguirla tendría que desatar una guerra.

Al saber de la presencia de Ulises en su corte, Tíndaro lo manda a llamar inmediatamente. El rey, nervioso, confiesa a su visitante que teme el comienzo de un grave conflicto, desencadenado por la pasión que su hija ha despertado en tantos hombres al mismo tiempo.

Ulises desiste del matrimonio con la princesa. Pero, apenado por la situación de Tíndaro, imagina un ardid que le sería fatal: El hombre elegido por Helena debería ser respetado por los pretendientes rechazados. En cuanto a éstos prometerían ayudar al elegido a conservar a su lado a su mujer.

Tal la condición fundamental para los candidatos a la mano de la bella. O se rendían a la imposición, o perdían la oportunidad de desposar a la princesa.

Con voz grave el rey de Esparta se dirige a la multitud y les comunica el extraño juramento.

Ulises se prepara para dejar la corte de Tíndaro y emprender el viaje de retorno, cuando una figura femenina llama su atención. Es Penélope, prima de Helena, que ha venido a aconsejar a la princesa en indecisión.

Enamorados a primera vista, ambos jóvenes recorren mudos la estancia del palacio. Una fuerza mágica los une en un largo beso. Poco después y como si se conocieran desde hace años parten juntos para Itaca.

Ni los dioses, ni los hombres, ni el propio Destino podrán separarlos definitivamente Inclinada sobre la blanca cuna Penélope entona suaves melodías para acunar al pequeño Telémaco. En el balcón

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