Retos Educativos De Mexico

Idea Introductoria

Para los fines de este ensayo, consideré de gran importancia introducir primero un concepto general sobre lo que significa ser ciudadano (a), para después profundizar en los distintos temas y tomar una postura.

En este ensayo, me tomé la libertad de hablar de algunos temas filosóficos y psicológicos, ya que considero a estas disciplinas: el camino real por el cual el hombre debe de transitar para llegar a evolucionar.

Esta obra se conforma en su estructura en dos partes por cada reto (no estrictamente, en ocasiones se homogenizan); la primera aborda parte de los conceptos generales sobre la actual situación de México, la segunda aborda el papel que juega o debe jugar el sujeto, tratando de tomar postura y no solo quedarme en el análisis, sino también intentando proponer.

Ya por último cabe mencionar que siempre que el lector (a) encuentre la palabra hombre y ciudadano; no me refiero a algún género en especifico.

CIUDADANÍA

Hablar de ciudadanía representa para mí, una serie de pensamientos encontrados, por una parte durante casi todo el transcurso de mi vida me he mantenido al margen de cualquier tema que tenga que ver con ser ciudadano, impensable aún, desde mi naturaleza, ser un buen ciudadano, las razones son varias, pero no abundaré en ese aspecto; por otro lado, de vez en cuando despierta en mi una conciencia de hombre civilizado, preocupado por los problemas de la sociedad, sobre todo cuando soy motivado por alguna injusticia, es entonces cuando me pregunto ¿Qué puedo hacer?, las cosas así han sido y por lo que se ve, así seguirán ¿Podría alguien como yo cambiarlas? ¿Tengo lo que se necesita para lograrlo?

Pero antes de profundizar en ese aspecto primero quisiera definir el concepto de ciudadanía:

¿Qué es la ciudadanía? ¿Qué significa ser ciudadana o ciudadano?

La ciudadanía es la expresión de pertenencia que una persona tiene hacia una sociedad determinada en la que participa. En la tradición occidental el ciudadano es un conjunto de atributos legales y a la vez un miembro de la comunidad política. Como explica Isidore Cheresky.

Partiendo de esto la noción de ciudadanía tiene tres grandes usos: el primero se refiere al derecho de ciudadano (este gobierno no respeta los derechos de los ciudadanos), el segundo se refiere al conjunto de los ciudadanos de una nación (los ciudadanos han elegido por democracia a sus gobernantes) y el tercero se refiere al comportamiento propio de un buen ciudadano (esa persona es un buen ciudadano, pues donó una gran suma a una causa benéfica). Es decir, serian tres usos: el de derecho, el de libertades y obligaciones y el moral.

Por lo tanto, la acción ciudadana (de cualquier tipo) debe ser responsable, pacífica y autorregulada (anteponiendo el dialogo). Su principal objetivo debe ser mejorar el bienestar público y no el individual. Las acciones que sólo buscan el beneficio individual, en cambio, no están vinculadas a la ciudadanía y por lo tanto sólo benefician a algunos. ¿Por qué costara entender que al beneficiarse el pueblo, también se beneficia el individuo? ¿Esa es la naturaleza humana? ¿Cambiará algún día esa naturaleza? ¿Cuál será la fórmula para cambiar esto?

México: el país de las telenovelas y cuentos de hadas (por que los políticos, también tienen su corazoncito)

La historia de la cenicienta, narra parte de la vida de una muchacha que por azares del destino después de ser rica, es obligada por una villana a realizar labores domésticas que conllevan a la inmundicia según dicen, para que después, también por cuestiones del destino, encuentre a su salvador, un apuesto, joven y rico príncipe azul, que la sacará de la precaria situación en donde está y que le otorgará la felicidad eterna…

Esta historia ficticia, tiene muchas similitudes con la historia de México (pero cabe aclarar que no abundaré en este tema). Han sido tantas las historias de telenovelas que utilizan el arquetipo de la cenicienta, que hemos terminado pensando (políticos y ciudadanos en general), que llegará también algún príncipe azul (llámese OCDE, BM, USA), que salvará y solucionará los grandes problemas de México. Pero ¿desde cuándo hemos vivido esa fantasía?

Muchos estudios de intelectuales como Armando Alcántara mencionan que esta situación de los gobiernos mexicanos se remonta hace más de 25 años. Desde el gobierno de Miguel de la Madrid, hasta el de Felipe Calderón, se han puesto en práctica estrategias para combatir los rezagos en materia educativa que tiene este país.

Cabe mencionar también que han sido gobiernos alternos, con distintos tipos de corrientes políticas, pero aún con esto, y al contrario de lo que se hubiera pensado, las políticas educativas que han manejado estos gobiernos han continuado siguiendo una misma dirección. Entonces surgen las preguntas: ¿Tienen PAN y PRI las mismas políticas? ¿Quién está detrás de esas políticas? ¿Quién mueve los hilos? ¿Son el príncipe azul o los villanos? ¿Cuáles son sus planes?

Presidentes llegan y se van, se firman acuerdos, reformas y alianzas, todo sea por llevar a México al desarrollo y modernización según dicen, los días dan paso a los años, y los años a las décadas. Y los problemas educativos siguen siendo los mismos (o peor aún, con el paso del tiempo surgen nuevos):

1.- Cobertura educativa con equidad

2.- Calidad de la educación

3.- Coordinación y gestión del S.E.N.

Pero entonces, si se han analizado y reconocido estos problemas ¿Por qué no se ha superado ese rezago desde hace más de 25 años? ¿Cuántos años mas son necesarios?

Los políticos y sus políticas educativas no han podido superar esos problemas (no ha existido una continuidad en los planes), culpa han tenido ellos, culpa hemos tenido también nosotros como ciudadanos por la falta de conciencia a la hora de elegir a nuestros gobernantes. Y es que, en la política, cualquiera puede llegar a ser líder de la sociedad, aunque esta persona elegida no esté preparada para el cargo y las responsabilidades que esto implica, por ejemplo: en otros países los políticos están mejor preparados para las tomas de decisiones en materia de políticas educativas (como mínimo tratan de conocer el tema), como es el caso de Adriana Puiggrós, que es gran conocedora en materia educativa y aprovechan ese conocimiento para mejorar las políticas educativas. Aquí en México, tenemos de representantes a personas como Emilio Chuayffet

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