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A Paula, con los kilómetros de entonces.


Enviado por   •  11 de Mayo de 2016  •  Apuntes  •  1.743 Palabras (7 Páginas)  •  360 Visitas

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Diciembre de 2015

A Paula, con los kilómetros de entonces.

Le dije a un amigo hace algún tiempo que habían tres cosas que hacían perder la mente fácil: Las drogas, el alcohol y el amor, y que probablemente nunca probaría ninguna. El tipo sonrió y cerró el tema. Tal vez hizo juego mental con las primeras dos, es probable que nunca las toque por mi convicción y estilo de vida, pero la última, de la última nadie se libra.

Aquí estoy, a unos cientos de kilómetros. El viaje a Barrancabermeja ha sido bueno, mi hermana no se mareó y yo me mantuve despierto –por aquello de las indicaciones de mamá-, que los bolsos, los regalos, la comida y el pan ocañero que nunca falta, todo eso llegó intacto. Armé, como de costumbre, una buena playlist para el camino, unos temitas de un artista nuevo que me recomendaron y otros clásicos. De camino escuché mucho una canción del maestro Joe Cuba que lleva por título “Mujer Divina”, enseguida me hacía el ideal sinfónico que tocamos por allá en el 2008 con la banda, así que el tema me trajo muchos recuerdos. Llegamos en 6 horas a Bermeja, directo a la fiesta de Juan e Isa. Juan es el mismo tipo con algo más de tamaño, muestra aptitudes para la música –aunque yo preferiría que fuese futbolista- de vez en cuando suelta algunas palabras y se aferra a lo que sea para moverse en el intento de caminar. Isa está muy feliz, hermosa como siempre, ahora con menos dientes. A ella le encanta esto de las fiestas, invitados y algodón de azúcar. A propósito del algodón, en mi época todos eran de un solo color (rosados) ahora son del que se desee. Pues bien, cerramos el festín con una oración, abrazos y despedidas, a casa abrir regalos, y bueno, en eso se nos fue el día.

El calor agobia, desde los primeros días, pero ver a mis sobrinos y a mis hermanas ha sido muy positivo, siempre se necesita esa conexión. Es probable que hoy, y lo que resta del mes, no hablemos sino que intentemos congruencia entre mis letras y las tuyas, aunque la lectura de las mismas sea posterior; y te digo, es retadora la situación. Necesito unas pinzas quirúrgicas para escribir, es que no quiero cansarte con lo que escribo, o parecer distante, y mucho menos aburrido, pero bien, de eso se trata todo esto. ¿Cómo se mide cuánto sentimiento se puede escribir? ¿Cuándo una palabra puede insinuar más o cuándo otra puede decir menos? En otras palabras, cuándo puedo parecer un bobo romántico o un insípido escritor que nunca de amores ha escrito. El sopor ha vuelto, y no es aquél que relataba García Márquez del Macondo irreal, sino el de la complejidad de escribirte. A veces pienso que las mujeres deberían tener una manual de instrucciones, pero ese manual debe ser muy largo y en varios tomos (tomo I, tomo II, tomo III, excepciones del tomo I, excepciones del tomo II y contraindicaciones del tomo III…) sería muy útil, hay que darle ideas a Coelho.

Ya fui a la iglesia, ya fui a cine, ya vi perder al Alianza Petrolera y fui a saludar amigos, lo demás acá es rutina, ¿por allá? No lo sé. Pues bien, ahora que tu ayuno de redes no es tan radical podemos hablar cada vez, eso ha sido bueno –por lo menos para mí-. Mis semanas son ver correr días. Tengo que admitir que me gusta diciembre, el ambiente, las luces, los buñuelos (que han de venir) y los regalos (que no vendrán). Me trae nostalgia, me trae sucesos, historias… que la bicicleta, el carro a control remoto, el acordeón y todo aquello que marcó mi infancia, una niñez tranquilamente “travesurada”. No está por más decir que no todo se puede tener, nintendo, play station 1, lo más cercano era el popular tetris, y bueno, tal vez lo que aún lamento no tener: talento pa patear un balón. ¿Qué niño no soñó con ser futbolista? Hacer las gambetas de Ronaldinho y la potencia en la zurda de Roberto Carlos… pero bueno, no he visto el primer deportista que sea buen músico, o que tenga ambas virtudes. Aún suenan en mi cabeza las palabras del entrenador: “el que no quiera jugar que se vaya para la casa de la cultura”. Parece que yo no quería (jajaja). Hoy agradezco a Dios que me haya dado guitarra en vez de balón, creo que el fútbol se ve mejor en la tv.

Hablamos cada que se puede o cuando tu papá te presta el celular fugazmente, yo trato de destilar cada momento, y aunque hoy parezca demasiado lejos, cuando nos volvamos a encontrar sé que será con la cercanía  de ahora, o aún mayor. ¿Extrañar es raro, no? Pues ya vez lo raro que soy.

Mediando el mes. Camino a casa el viaje parece más corto, cambio direcciones por paisajes y las maletas parecen ir más llenas, deben ser los 2 libros. Voy tranquilo, escuchando la misma música que me trajo. De llegada me espera un clima mucho más amable, amigos y más. Convención siempre tiene ese sabor a nostalgia en diciembre, la bulla de la gente, los arreglos de casa y las preparaciones para cerrar el año.

Yo te echo de menos, la distancia y los recuerdos hacen de las suyas. Normalmente cuando tengo una idea clara escribo rápido, no le doy tramite a la mente, pero cada que intento referirme a vos en un texto o siquiera venir a relatarme acá, no puedo evitar re-pensar mis palabras, es la medida de lo que extraño, el intento por decirte todo sin declararme mucho, es la realidad loca de un amor cuerdo, es la batalla constante de un impulso y el freno manual de una razón que me pide no echar a perder lo que he construido con el paso al vacío de contarte que hace cuánto, que hace todo que te extraño, que te he pensado en cada historia, en cada canción que me hable de la posibilidad de encontrarte. Tal vez no tenga todo, no soy la mejor persona ni la mejor oferta, tampoco el primero que se fija en vos, y probablemente no sea el último, no sé mucho de amores y mucho menos de declaraciones escritas, tampoco apuesto a que me quieras presumiendo una posición de triunfalista cuando en realidad preciso la incertidumbre, no soy muy apuesto –lo admito-, no tengo barba ni todos esos sexapiles de ahora, ni el iPhone, ni el Ferrari en casa, no sé nadar ni jugar fútbol, tengo mis manías, mis malos ratos y contradicciones, tengo las ganas que a veces faltan y palabras que a veces sobran, tengo bromas que pretenden retenerte el llanto y motivos para llorar que no siempre proceden de la alegría, tengo ganas de abrazarte y días en los que por delirio mío me olvidaré de hacerlo, faltarán lluvias y primaveras, faltarán flores y canciones, incluso, a veces faltaré yo, pero no puedo ofrecerte más que mis errores, más que a mí mismo, y como dice la canción: si me quieres así, descalzo como estoy… Aquí estoy para admitir que me gustas e intentar quererte como quiero.

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