ABORDAR LA DELINCUENCIA

Abordaje de la delincuencia

Desde tiempos remotos, siempre ha habido delincuencia en todas las naciones del mundo. Sin embargo, lo más preocupante es que siempre la habrá, en todas las épocas y en todo momento, mientras los que conformamos esta sociedad no hagamos algo serio y concreto para combatirla.

El problema delictivo nos afecta a todos, por consiguiente, debemos confrontarlo con medidas efectivas bien aplicadas, y no con palabras sueltas y afirmaciones baratas que suelen hacer políticos de todas las tendencias ideológicas.

Están lejos de la verdad los que piensan controlar o disminuir los altos índices delictivos, mediante la creación de más cárceles, la aprobación de leyes que establezcan castigos corporales más severos, o simplemente, despenalizando algunos delitos menores.

Qué futuro cierto puede tener un menor en total estado de abandono por sus padres, o una sociedad donde el 20% de los delitos es ejecutado por miembros de la fuerza pública, o donde quienes cuidan los sitios de reclusión sean los que provean de drogas y armas a los procesados y penados?

Lamentable un país donde los padres no cumplan sus obligaciones de crianza, donde las policías estén penetradas por la delincuencia organizada, y donde las cárceles funcionen como centros de perversión y corrupción, y no como establecimientos de rehabilitación y reeducación.

La delincuencia merece ser tratada, no solo en mesas de discusiones, sino en paneles donde se analicen y aporten soluciones. En este sentido, habría que empezar por darle transparencia y claridad al concepto de familia, por cuanto son muchos los padres que por ignorancia, irresponsabilidad, o mera comodidad, no asumen su rol protagónico en la orientación y educación de sus hijos.

Los jefes de familia son los encargados de promover en los menores los principios y valores esenciales de la vida. La obediencia, el respeto, la probidad, la rectitud, la equidad y el amor por el crecimiento espiritual, constituyen virtudes que deben ser cultivadas desde temprana edad.

El medio familiar tiene que ser el escenario más apropiado para la formación integral de la personalidad de los hijos.

El Estado y las organizaciones civiles tienen el deber de mejorar las condiciones ambientales y la calidad de vida de la gente, a fin de que la pobreza y el hambre, no estimulen la necesidad de tener que robar para subsistir. Cerca del 90% de los detenidos son de los sectores más deprimidos.

Para abordar el problema de la delincuencia y disminuir el delito, es indispensable rescatar los valores familiares, adecentar los cuerpos policiales, aumentar el número de jueces y fiscales, un patrullaje permanente en barrios y urbanizaciones, y revertir la manera actual de administrar los establecimientos penales, mediante políticas penitenciarias que garanticen un trato justo y adecuado al reo durante el cumplimiento de la pena que

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