AYOTZINAPA COMO FACTOR DE CAMBIO SOCIAL

Ayotzinapa como factor de cambio social

Por Mauricio Simón López

Movimiento estudiantil, es el nombre con el que se denomina al activismo político que se expresa a través de una amplia variedad de acciones y demandas, que son protagonizadas por los estudiantes. La importancia de estos movimientos radica en que conllevan una orientación política, en la medida en que cuestionan y demandan el uso de recursos manejados por el Estado en la organización social.

Los movimientos estudiantiles son importantes, porque señalan y ponen de manifiesto la inconformidad y el descontento con las formas tan turbias con las que el Estado se conduce, en lo que a organización social se refiere (educación, salud, impartición de justicia, etc.).

En las últimas semanas, la desaparición forzada de 43 normalistas ha sido el detonante para las constantes movilizaciones en diversos Estados de la República, así como en un gran número de países en todo el mundo. Dicha agitación social, desde mi perspectiva, también está generando una agitación de conciencias en el sector estudiantil, principalmente. Los pronunciamientos de los normalistas están permeando no solo en el sector estudiantil, sino también, en un gran porcentaje de la población civil; esta afirmación la hago en base a observar el descontento de la población en las redes sociales, en las miles de personas con las que he marchado en las últimas jornadas de lucha por Ayotzinapa, en la información que se vierte en el cada vez mayor número de medios de comunicación libres, y en base a los pronunciamientos de los intelectuales. Dicho lo anterior, me gustaría pensar que el aglutinamiento de los distintos sectores de la población, está generando ya un único movimiento nacional, que puede impulsar la lucha por un reparto equitativo de los bienes sociales, donde los derechos humanos puedan ser respetados, y las clases sociales más desfavorecidas puedan contar con oportunidades de desarrollo.

Por ser una expresión latente de inconformidad y síntoma de una Nación lacerada, el movimiento estudiantil alza la voz en contra del mal gobierno, para reivindicar los derechos del pueblo, y que ahora encuentra en la lucha con la sociedad civil una nueva tendencia para agrupar fuerzas e innovar las acciones colectivas para un verdadero cambio social.

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