Aborto y adopción igualiaria

El tema del aborto se ha vuelto un tema de debate últimamente, ya que de ser una chispa paso a un incendio a causa de las distintas posiciones existentes.

Existen opiniones en abundancia respecto a eso, pero me voy a limitar a dividirla solo en tres: Quienes están completamente en contra del aborto justificándose por el respeto a la vida, quienes están a favor del aborto y los que se encuentran en un punto intermedio, que no están completamente en contra ni a favor del aborto.

Y yo, me voy a tomar la tarea de explicarles porque muchas mujeres están a favor del aborto y sus justificaciones.

Una de las razones de peso por la que la opción del aborto es viable y completamente cuerda, es porque las mujeres se encuentran respaldadas por nada mas y nada menos que por las leyes dictadas por la Corte Constitucional en donde reconoce que la interrupción voluntaria del embarazo es un derecho íntimamente ligado al derecho a la vida, a la salud, a la integridad, a la autodeterminación, intimidad y dignidad de las mujeres. Una prueba de esto es la aplicación de la Ley N.º 27.610 a partir del año 2022 (Sentencia C-055), que consagra el derecho de las mujeres y personas con otras identidades de género con capacidad de gestar a decidir y acceder a la interrupción de su embarazo hasta la semana catorce (14), inclusive, del proceso gestacional. Eso quiere decir que puedes ejercer tu derecho de acceso a servicios de aborto libre, legal y seguro sin que para ello se requiera el cumplimiento de ningún tipo de requisito o condición.

Una política de aborto legal más amplia puede contribuir a reducir a largo plazo la incidencia de abortos clandestinos y la disminución de la alta tasa de mortabilidad de mujeres en estado de embarazo. Está demostrado que el número de abortos ha disminuido en los países en los que se despenaliza, seguido de políticas educativas y preventivas.

El acceso al aborto legal, seguro y gratuito es un bien social necesario para el desarrollo y el desempeño de la mujer en la sociedad. El aborto es libertad reproductiva, responsabilidad, tolerancia y autonomía personal.

Es un derecho humano fundamental decidir sobre su propio cuerpo. Debemos reconocer que el aborto es un derecho, y la maternidad una elección. Una mujer debe tener el derecho de no tener un hijo o puede rehusarse a continuar un embarazo, ya que un feto no tiene el derecho de apoderarse del cuerpo de una mujer. No todas las mujeres quieren ser madres ni todos los momentos o circunstancias son los más adecuados para serlo. Entender esto es fundamental. La decisión del aborto es una decisión, la mayoría de las veces, que muestra un gran componente de responsabilidad.

Renombremos la maternidad como un deseo mas no como una imposición.

Las personas que están completamente en contra el aborto, incluyendo a funcionarios, invierten una enorme cantidad de poder y dinero en demonizar al aborto y a las mujeres que recurren a la interrupción del embarazo y prácticamente no hacen nada o muy poco para prevenir el embarazo no deseado.

Es decir, solo se dedican a criticar, pero no se dedican a hallar una solución que sea viable y accesible para todas las mujeres. es necesario sacarlos de la zona de confort políticamente correcta en la que pretenden posicionarse.

Si el objetivo de someter al aborto a la ilegalidad es defender la vida de los embriones, la penalización del aborto no cumple su objetivo la mayoría de las internaciones y muertes de mujeres se dan en los sectores más pobres de la sociedad, lo que no sólo implica que el objetivo de proteger la vida prenatal no se cumple, sino que la penalización del aborto acentúa la inequidad existente.

Suelen estar a favor de la anticoncepción pero sin comprender las dificultades para las mujeres de acceder a los métodos. La anticoncepción es un derecho, pero para que este derecho pueda ser ejercido se requiere de educación formal, de educación sexual y del aporte gratuito de los insumos por parte de Estado.

Lamentablemente, en nuestro país, la educación formal tanto primaria como secundaria, en la mayoría de los casos, muestra altos índices de descuido escolar, sobre todo en el ciclo secundario; la educación sexual, a pesar que cuenta con una ley de aplicación obligatoria es una gran ausente de nuestras aulas; a pesar de que  la provisión de métodos de planificación familiar ha sido cubierta con mayor desvelo en los últimos años  aún muestra complicaciones en la llegada a las usuarias debido a los obstáculos que imprimen la Iglesia católica o los propios efectores de salud, sea de la política o de la salud pública, amparándose en sus creencias personales respecto de la santidad de la vida o en las presiones que ejercen las direcciones médicas de los institutos de salud o los jefes de servicio. La posición, altamente influyente, que busca un punto de equilibrio entre los derechos de las mujeres y las creencias sobre la santidad de la vida, fracasa al desconocer las deficiencias de nuestras políticas públicas en materia de educación sexual y acceso a anticonceptivos

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