Algunos retos de la reintegración civil de miembros de las FARC en la sociedad colombiana.

Juan Manuel Ramírez Cruz.

Código: 201424827.

Pregrado en Administración de Empresas:

Algunos retos de la reintegración civil en Colombia

Ya casi se cumplen cuatro años desde que se empezó en el proceso de paz que pondría fin a la “más larga guerra de Colombia” (COLPRENSA, 2015) entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Estado. El Presidente Santos afirmo cinco semanas antes a el 23 de Marzo de 2016 (fecha para la que se esperaba que se firmaran los acuerdos desarrollados en la Habana), que ya se ha “negociado suficiente (...) si no se llega a un acuerdo con voluntad, los colombianos entenderán que las FARC no estaban preparadas para la paz” (COLPRENSA, 2016). Pero, a tan solo dos semanas de la esperada fecha en la que las partes iban a firmar el acuerdo, nuevamente se pospuso la fecha y se escucharon declaraciones por parte de Santos como "Después de tanto esfuerzo, después de tanto tiempo, si no hemos llegado el 23 a un buen acuerdo, yo le digo a la contraparte 'pongamos otra fecha', porque yo no voy a cumplir una fecha con un mal acuerdo" (© 2016 EL TIEMPO Casa Editorial. , 2016). No obstante, pese a que aún no está definida una nueva fecha para la culminación de el conflicto armado con más trascendencia en Colombia, es hora de empezar a adelantar la discusión de cómo superar los retos que traerá la reintegración en el caso de que se firmen los acuerdos de la Habana.

        El reto más importante, y que si el podría realizarse una mala reintegración civil por parte de los combatientes de las FARC llevándolos a volver a las armas es “reducir la estigmatización por parte de la sociedad colombiana hacia la población desmovilizada” (Agencia Colombiana para la Reintegración, 2016). Durante la charla que se llevó acabo en la clase de gestión de lo público el día 25 de Abril de 2016 en la Universidad de los Andes, un excombatiente paramilitar afirmo que lo más molesto en el proceso de reintegración es tener que soportar malos comentarios y prejuicios por parte de la sociedad civil; tuvo esa mala experiencia en un almuerzo con unos compañeros de trabajo quienes no conocían su antigua ocupación. Hoy en día, varios autores han reconocido desde la psicología el rechazo y ofensas verbales como una forma de victimizar a las personas, si no se empieza a solucionar estas actitudes por parte de algunos miembros de la sociedad, puede que las personas que entren al proceso de reintegración civil se retiren del mismo dado que “quienes ingresan a grupos armados provienen de zonas, comunidades y familias altamente victimizadas” (Arjona & Kalyvas).

        Adicionalmente, existen dos tipos de retos relacionados con la organización y capacidad de las instituciones colombianas que podrían llevar a fallas en el proceso de reintegración. El primero es la estabilidad jurídica a favor y agilidad de los procesos legales  en contra de los desmovilizados (Agencia Colombiana para la Reintegración, 2016). Como este proceso de paz debe pasar por encima de varias normas legales, reducciones de penas, procedimientos penales especiales, entre otros, se debe examinar como facilitar los tramites de los mismos para que no tomen las décadas que llevaría en su tramitación y resolución por los métodos ordinarios. El segundo, es la falta de innovación y relaciones en las acciones que componen al proceso de reintegración (Agencia Colombiana para la Reintegración, 2016). Por un lado, el programa de reintegración cuenta con pocas opciones de capacitación en el momento “en la que no todos estaban interesados y, además, los prepararía para un mercado que no ofrecía tantos empleos” (Arjona & Kalyvas). Por el otro lado, hay falencias en el área de colaboración laboral, pues tan solo un tercio de los desmovilizados (aproximadamente) tienen un trabajo estable (Arjona & Kalyvas). Dado que un poco más de la mitad de los desmovilizados deben sostener económicamente por lo menos a una persona (esposa, padres, hermanos, hijos,…), tienen una necesidad muy grande por conseguir un empleo del cual puedan conseguir un salario suficiente para cubrir sus gastos (incluyendo los de sus dependientes) y estable. En el caso de que se empiecen a realizar los programas de reintegración, pero los miembros de las FARC no puedan encontrar empleos, puede que vuelvan a formar parte de comunidades delictivas por la necesidad de conseguir los ingresos para subsistir.

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