Antecedentes Homosexuales
Enviado por kenichi.cortes • 10 de Mayo de 2015 • 1.765 Palabras (8 Páginas) • 330 Visitas
Homosexualidad en la Historia
La homosexualidad ha estado presente en la vida cotidiana de los pueblos a lo largo de la historia de la Humanidad.
En Mesopotamia se describen relaciones sexuales entre hombre o bien con jóvenes durante el período sumerio (3000 a.C.), y la existencia de unos sacerdotes-cantores llamados assinu que significaba literalmente ‘hombre útero’, lo que se interpreta como homosexual. En Babilonia (2100-560 a.C.), la homosexualidad se consideraba algo corriente y no se condenaba, llegando a aparecer en obras como Gilgamesh, en donde el héroe mantiene una relación homoerótica con su compañero Enkidu. Había cierta conexión entre prácticas sexuales (también homosexuales) y religión. Hay constancia de que algunos sacerdotes de Ishtar eran homosexuales y que participaban bailando travestidos en determinados ritos. En algunos templos babilónicos existía prostitución masculina sagrada, similar a la ejercida en la India hasta la época moderna, aunque el resto de la prostitución masculina no estaba bien vista.
En cambio, los vecinos asirios eran totalmente intolerantes con la homosexualidad masculina. Durante el reinado de Tiglapileser I en el período medio del imperio (s. XII a.C.) se llegaba a condenar esta práctica con la castración, según lo encontrado en una tablilla con la siguiente ley: Si un hombre sodomiza a su compañero y los jueces lo encuentran culpable, lo sodomizarán a él y lo convertirán en eunuco. Sin embargo, el Código de Hammurabi (1770 a.C.) menciona a las salzikrum (‘hijas-varón’) que podían tomar una o varias esposas y tenían derechos de herencia y de propiedad semejantes a los hombres.
Los primeros documentos escritos que aparecieron detallando prácticas homosexuales en la antigüedad provienen de Grecia. En Grecia la pederastia homosexual masculina era una práctica muy arraigada. Tal práctica no sustituía al matrimonio heterosexual, sino que lo complementaba, tanto antes como durante éste. No era frecuente que los hombres adultos tuvieran relaciones entre sí, aunque había excepciones, como el caso de Alejandro Magno. Lo habitual era que un hombre erastés se uniera a un chico joven erómero. Generalmente la relación comenzaba cuando el amante adulto entraba en la veintena y el chico entraba en la pubertad, manteniéndose hasta que el erastés alcanzaba la treintena y se casaba, aunque podía mantenerse indefinidamente o acabar antes. Esta relación no sólo era sexual, sino que el erastés adquiría un estatus jurídico de tutor, y era responsable de la educación y el entrenamiento militar del muchacho. La pederastia era una práctica principalmente de la clase aristocrática mediante la cual las clases altas transmitían sus valores. Por ser una práctica tan común, la mayoría de personajes históricos griegos mantuvieron relaciones homosexuales a lo largo de sus vidas.
Aunque en menor cantidad, también hay registros de lesbianismo, sobre todo recogidos en los cantos de la poetisa Safo y en los ritos de las bacantes. La mujer que practicaba la homosexualidad femenina se la conocía como “tríbada” del griego “tribo”, frotar. También en Esparta existía una relación pederasta similar a la masculina para las mujeres. En el culto a la diosa Cibeles en Grecia y Frigia había hombres que se castraban y a partir de ese momento tomaban la vestimenta y el papel femenino.
El Batallón Sagrado de Tebas es normalmente considerada el primer ejemplo de cómo en la antigua Grecia se fomentaban las relaciones homosexuales entre soldados para impulsar su espíritu combativo. Los soldados luchaban en parejas y de esta forma lo hacían hasta la muerte por proteger a su amado o si éste moría, luchaban por vengarle, lo que hacía que estos ejércitos fuesen mucho más efectivos. En el Imperio Romano, la homosexualidad no estaba mal vista dentro de la aristocracia, siempre que el señor fuese la parte activa del encuentro, ya que de lo contrario se producía un grandísimo escándalo.
En la Edad Media, la sociedad occidental, refiriéndose a la cristiana, criticaba este tipo relaciones, siendo sus partidarios perseguidos masivamente y sometidos a indescriptibles castigos. En Al-Andalus que eran territorios hispanos andaluces bajo la cultura árabe, actualmente Andalucía, los placer homosexuales eran permitidos y vistos con indulgencia entre los intelectuales y la elite política y social, aunque el Corán y los primeros escritos religiosos del Islam sostenían actitudes moderadamente negativas respecto de la homosexualidad. Evidencia de ello son los harenes masculinos que mantenían abiertamente Abd ar-Rahman III, al-Hakem II, Hisham II, y al-Mutamid.
También hay referencias a prostitutos homosexuales, que cobraban más altos honorarios que algunas prostitutas femeninas y tenían miembros de las clases altas como clientes. Había, a su vez, criticas repetidas de los cristianos, y era abundante la poesía dedicada a este tema. El poeta hebreo del siglo XI Yishaq Ben Mar-Saul, nacido en Lucena (Córdoba), es el primero del que se conocen poemas homosexuales. Juan II y su amante Álvaro de Luna fueron la pareja homosexual más famosa de la España cristiana del medioevo. La ejecución de Álvaro de Luna fue organizada por la esposa de Juan II, madre de Isabel la católica.
En Centroamérica, las islas del Caribe y Norteamérica, los homosexuales eran considerados frecuentemente como seres especiales, mágicos, dotados de poderes sobrenaturales cuya cercanía era augurio de buena suerte. Según las leyes y creencias de los aborígenes ecuatorianos, para ser Chaman de una tribu era necesario ser homosexual, lo cual implicaba sabiduría, la representación de lo masculino y femenino en un solo ser. En el imperio Azteca algunas tribus permitían que ciertos hombres asumieran el papel de mujer sin necesidad
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