Bájale a la exclusión
Enviado por Marcovfr • 31 de Enero de 2018 • Tarea • 1.700 Palabras (7 Páginas) • 174 Visitas
Bájale a la exclusión
Mayra todas las mañanas despierta, se ducha, desayuna, se alista para ir a su colegio, se despide muy rápido de sus padres, esta mañana, ella sale de su casa con algo de prisa, pues va a perder el bus que la deja en el lugar que estudia, acelera el paso, en su camino ella piensa “en el examen que rendirá y en las tareas que tiene que entregar, sigue caminado, hasta que por fin llega a la parada de autobuses, espera unos cuantos minutos y el bus llega.
Ella lo aborda, pero nota que el bus está vacío, algo muy raro, se sienta como de costumbre, casi por la mitad del bus, siempre a la ventana, ya que puede ver el paisaje, las personas pasar, las diferentes situaciones que se presentan en una ciudad, el bus acelera y de repente se sube un sujeto muy rápido, él se sienta junto a Mayra, no entiende por qué se ha sentado junto a ella, si el bus está vacío, sin pensarlo comienza una situación muy grotesca, él se baja el pantalón y comienza a masturbarse a su lado.
Mayra sin saberlo se encuentra en caso de exhibicionismo o voyeurismo, al ver tan obsceno acto se paraliza, no pude hacer nada, además el bus está vacío, no hay una persona que acuda a su ayuda, desconcertada solo puede mira a la venta, esperando que todo termine.
Los minutos parecen eternos, el acto inmoral continua frente de una joven de 16 años, aún no se sube nadie, el bus sigue su marcha, pasa el tiempo y en la siguiente para, por fin, se suben más personas, al ver que ya no están solos, él se cubre con una carpeta, muy rápidamente se alza los pantalones y se baja en la siguiente esquina, Mayra estará traumada por algún tiempo, no quera estar sola, desde ahí desconfiara en los hombres mayores, no se quera sentar nunca más a lado de la venta.
Esto es lo que vivió, algunos años atrás Mayra Cristina Cachaguayo Bando, presidenta nacional de Mujeres por el Cambio, historias como estas se repiten a diario en el transporte público de Quito, como lo, explica, es un mito que el abuso sexual ocurre en familias de bajo recursos, ya que no distingue condición social o género. El mito se explicaría por la existencia de un sub registro estadístico de los casos que afectan a los niveles socioculturales más acomodados, ya que suelen denunciarse aún menos que el resto.
Para erradicar esta práctica el Municipio de Quito junto con el Patronato San José implementan el programa “bájale al acoso” en la Empresa Publica Metropolitana de Transporte de Pasajeros, se envía un mensaje al 6367 con la palabra acoso más el número de la unidad, de inmediato se activa la alarma y una brigada espera a la persona afectada en la siguiente parada, de esta manera brindan ayuda como: asesoramiento legal o ayuda psicológica si el caso lo requiere.
El programa “bájale al acoso” presenta ineficacia al promover la equidad de género, desde su inicio el 16 de marzo de 2015, por la falta de información y anuncios publicitarios que promueven estereotipos en los ciudadanos de Quito.
A pesar de ser una buena iniciativa que implemento el Municipio de Quito, presenta fallos, la equidad de género es uno de ellos, “es un programa que se enfoca solo en las mujeres”, esta es la percepción de una estudiante de 17 años que decidió mantenerse anónima, por otra parte, los anuncios publicitarios que dan a conocer este programa, refuerzan el estereotipo de “hombres malos y mujeres indefensas” Jorge Medranda representante del grupo LGBTI “Causana” señala que; “este tipo de publicidad normaliza el pensamiento, que solo las mujeres sufren acoso, dejando de lado a travestís, gais, lesbianas, transexuales, hombres, si una de estas personas fuera acosado sexualmente no sería tratado de la misma forma”.
Hay mucha discriminación al ser diferente, si eres indígena, si no vistes de manera tradicional si eres afro, estos anuncios solo exhiben a una mujer blanca y hermosa, que generalmente es la víctima, se debe ser más incluyente y mostrar a lesbianas, hombres, travestis siendo acosados.
El estudio que el INEC realizó en el año 2013 junto con la comisión de transición para la definición de la institucionalidad pública que garantice la igualdad entre hombres y mujeres (CDT) indica que el grupo LGBTI sufre más discriminación en espacios públicos con el 55.8% y en el campo de la justicia con el 23%, este estudio corrobora, que una de las falencias de “bájele al acoso” es la equidad de género.
La falta de información es otro punto en el cual se debe trabajar, al entrevistar a algunas personas, estas, no saben el procedimiento que se realiza, si hay ayuda legal o psicología, algunos solo tienen la noción básica de llamar al número que aparece en los anuncios publicitarios, los puntos de información que están en los terminales de Quito permanecen vacíos la mayor parte del tiempo, y si hay alguna persona encargada, no puede dar información porque indican que es confidencial, esto es una gran falla, que produce confusión.
Mayra Cristina Cachaguayo Bando aparte de contarnos su relato, nos proporcionó su opinión profesional como psicóloga, dijo, que las personas que acosan generalmente sufrieron algún tipo de violencia a temprana edad, pero no necesariamente es una regla general.
Esto también lo señala el manual difundido por la Unicef, en noviembre de 2016 “Abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes, Una guía para tomar acciones y proteger sus derechos, en su página 11 “Cualquier persona puede ser un abusador. Es necesario desterrar el mito, que quien comete un acto de abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes tiene una estructura de personalidad anormal o pervertida. La realidad es que los agresores pueden ser tanto hombres como mujeres, ya sean heterosexuales u homosexuales, neuróticos, psicóticos, perversos o seniles”
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