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BANDAS CRIMINALES EN COLOMBIA: ¿CONTINUACIÓN DE LOS PARAMILITARES?


Enviado por   •  1 de Septiembre de 2019  •  Ensayo  •  3.113 Palabras (13 Páginas)  •  179 Visitas

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FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS

SEMINARIO DE ECONOMÍA, POLÍTICA Y CONFLICTO

BANDAS CRIMINALES EN COLOMBIA: ¿CONTINUACIÓN DE LOS PARAMILITARES?

El presente escrito, pretende rescatar rasgos generalizados tanto de los paramilitares, como de las bandas criminales presentes en el territorio nacional, con el fin de poder determinar si existe o no continuidad entre los primeros y las segundas, siendo estas últimas, en caso de que se presente tal relación (de continuidad) los mismos paramilitares, sólo que con un nuevo nombre (bandas criminales, BACRIM) asignado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, con la intención de generar en la población una falsa idea de exterminio total de los grupos paramilitares, como parte del resultado de su política de Seguridad Democrática.

Por tanto, para el fin mencionado anteriormente, se esbozará una idea de lo que fue el proceso de Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR) de los paramilitares, al tiempo que se indican las características comunes entre dichos grupos y las BACRIM.

Vale la pena señalar que han sido varios los intentos que se han realizado en el país, siempre, bajo el objetivo de conseguir la paz, mas sin embargo no han culminado de manera exitosa, bien sea porque no se desarrollan bajo condiciones que satisfagan a las partes, o porque después de concluidos, los procesos de reinserción a la vida civil de los actores armados dejan de recibir la atención pertinente, motivando a dichos individuos a vincularse de nuevo a prácticas violentas, e incluso al terrorismo como estilo de vida.

Ejemplo de negociación, es el que se realizó con grupos paramilitares, que inició en 2003 con la desmovilización del bloque Cacique Nutibara, y culminó en 2006 con la desmovilización del Bloque Élmer Cárdenas, siendo 31.671 miembros los desmovilizados totales, y 18.025 las armas entregadas. Lo anterior, según datos de la Agencia Colombiana para la Reintegración. El incremento anual del número de desmovilizados se ilustra en la Figura 1.

[pic 1]

Figura 1. Desmovilización colectiva

Fuente: Agencia Colombiana para la Reintegración (s.f.).  Proceso DDR en Colombia. Demovilización. Extraído el 17 de septiembre de 2012 desde http://www.reintegracion.gov.co/Es/proceso_ddr/Paginas/balance.aspx

Positivo es, que dicho desarme sea de forma voluntaria (programa de desarme cooperativo), dado que pudo haberse dado como programa de desarme dirigido (Restrepo J.A. & Aponte D., 2009), lo que  desembocaría en desarrollo de más violencia, al  verse estos grupos atacados, y en necesidad de defender lo que consideran que les pertenece.

En el proceso, iniciado a finales de 2002, se declara un cese de hostilidades unilateral de las autodefensas, que se hace efectivo poco a poco en cada uno de los bloques de este grupo a lo largo del mes de diciembre del año en mención. Dicho proceso se materializa en el “Acuerdo de Santa Fe Ralito para contribuir a la paz de Colombia”. (Agencia Colombiana para la Reintegración)

Es importante mencionar que no todos los grupos de autodefensas fueron partícipes del proceso anteriormente nombrado, siendo las Autodefensas Campesinas del Casanare y el Frente Cacique Pipintá, detractores del proceso de desmovilización, en la medida que no participaron del mismo, haciendo de lo logrado, un objetivo cumplido a medias.

Al inicio, fue posible notar una reducción de la violencia en las zonas donde los grupos desmovilizados operaban, pero progresivamente el panorama cambia su dinámica, dejando a un lado lo pacífico, para retornar al terror, inculcado ahora por antiguos agentes que hicieron parte de alguno de los bloques no desmovilizados o desmovilizados parciales (disidentes); rearmados, categorización correspondiente a los individuos desmovilizados reincidentes, e incluso emergentes: actores que “se caracterizan por ser grupos especialmente dedicados a la delincuencia organizada o al control local del narcotráfico, ubicados principalmente en centros urbanos.”(Restrepo J.A. & Aponte D., 2009). Y es el conglomerado de todos ellos lo que se designará bajo el nombre de bandas criminales (BACRIM).

 El espacio geográfico donde operan las BACRIM, coincide con las zonas donde solían hacerlo las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que lleva a que dichas bandas puedan ser pensadas como la continuación de los que alguna vez fueron los actores paramilitares. Además, en el estudio realizado por la CERAC (Neoparamilitarismo en Colombia), se afirma que:

Menos grupos tienen por objetivo la contrainsurgencia y la captura del Estado. En los disidentes y los rearmados es más notoria la búsqueda de objetivos, condición que los liga directamente con el fenómeno paramilitar que se buscaba terminar con la negociación. Por ende, la mayoría de los grupos emergentes (…), no tienen una clara continuidad con el fenómeno del paramilitarismo clásico.

A pesar de lo mencionado anteriormente, se debe ser consciente que la apreciación de la no muy clara continuidad de estos grupos en relación con el paramilitarismo se hace para una categorización específica, dado que, para aquella parte de los grupos de bandas criminales constituidos por disidentes y rearmados, al considerar el caso en el que la mayor parte de sus miembros corresponden a la categorización de emergentes que tienen por objetivo la criminalidad organizada, se les considera relacionados con el paramilitarismo en cuanto aprovechan aquella ausencia de poder en zonas donde solían establecer dominio los paramilitares.

Generalizando, dichos grupos se enfocan en la delincuencia organizada y el control poblacional, lo cual hace que aparezca una similitud con las AUC en sus inicios.

Si bien, las bandas criminales no replican todas, los rasgos característicos de los grupos paramilitares, sí lo hacen dependiendo de su modo de organización (jerárquica, híbrida o de red) y clasificación de los integrantes que la componen, de modo parcial. (Restrepo J.A. & Aponte D., 2009).

Adicional a esto, según el estudio ya mencionado realizado por la CERAC, en el cual crean tipos ideales de neoparamilitares, se rescata la continuidad que tienen dichos grupos en las zonas de influencia de paramilitares. (Ver anexo 1)

El Estado, dirigido para aquel entonces por Álvaro Uribe Vélez, en su política de Seguridad Democrática, consignaba la idea de lograr una nación libre del conflicto, que no fue más que una ilusión, ya que según la idea de progreso hacia esta meta con la desmovilización de las autodefensas tomó un rumbo distinto al planeado, gracias al ineficaz manejo posterior a dicho proceso, pues según se publica en la Revista Semana, dicho por el Programa de Reincorporación a la Vida Civil:

(…) no se encontraba preparado para atender a tal volumen de población, pues según informes del ejército se esperaba la desmovilización de máximo 15.000 hombres y mujeres pero terminaron doblando este número por los supuestos colaboradores de a pie; al estar en crisis el programa de reincorporación está por consiguiente en crisis todo el proceso de paz como ya lo ha dicho Mancuso.

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