CAPTURA DE PLUSVALÍAS EN ESPAÑA: UN MODELO A IMITAR

CAPTURA DE PLUSVALÍAS: UN MODELO A IMITAR

Uno de los mayores retos en la esfera urbana regional es el rezago en la provisión efectiva de servicios básicos e infraestructura. Las crecientes demandas de mayores y mejores servicios e infraestructura han aumentado las necesidades de inversión, lo cual contribuye a la ampliación de la brecha de financiación. Sumado a ello encontramos que las fuentes tradicionales de recursos para financiar la infraestructura no están siendo utilizadas en todo su potencial. Esto hace que sea de vital importancia que los gobiernos municipales trabajen simultáneamente en dos frentes: El fortalecimiento de las fuentes de recursos tradicionales (ej. recursos propios, transferencias, entre otros) y la identificación e implementación de mecanismos de financiación poco tradicionales, que les permita contar con fuentes alternativas para atender de manera efectiva las demandas básicas de sus ciudadanos. Respecto a este último, los mecanismos de gestión del suelo presentan una oportunidad para aumentar los ingresos públicos, disminuir los costos de infraestructura y permitir una aproximación preventiva a la informalidad.

Esto es la incorporación de un concepto llamado: Captura de plusvalía. Según la Real Academia Española, la plusvalía se define como el incremento del valor de un bien por causas extrínsecas a él. Como cuando el valor de un edificio aumenta debido a la construcción de carreteras cerca, por ejemplo. Al hablar de “captura de plusvalías” se hace referencia a la recaudación de este valor agregado por parte del gobierno, con la finalidad de reinvertirlo en otros beneficios públicos.

Esto se lleva realizando desde hace varias décadas y por diferentes países del mundo. España es un buen ejemplo, ya que la creación y distribución de las capturas de plusvalías están dadas por su constitución de 1978. Y en todos los años que han pasado, se pueden aprender de los errores y aciertos que han tenido con la aplicación de este instrumento.

En ese sentido, Joaquím Clusa, autor de Captura de plusvalías en España: El problema del contenido económico de la propiedad del suelo; nos pone de manifiesto que el principal problema al que se enfrenta España actualmente es que la captura de plusvalía es económicamente insuficiente para financiar las crecientes necesidades de infraestructura de la sociedad. Para él, el problema radica en la práctica de gestión urbanística de los ayuntamientos españoles, que tienden a negociar las cargas de planeamiento de cada proyecto concreto sin tener en cuenta debidamente las previsiones iniciales del planeamiento aprobado y sus modificaciones. A pesar que la normativa española posibilita el establecimiento de importantes cargas de infraestructura y de cesiones de suelo para uso público de forma que se igualen los valores del suelo antes de urbanizar, independientemente del uso o infraestructura que vaya albergar.

De esta manera, las eventuales plusvalías inmobiliarias no se reciben directamente donde se necesitan o se producen, generándose déficits: principalmente de transporte público, vivienda asequible, red viaria básica y espacios abiertos metropolitanos. Pero, a pesar del déficit, las ciudades se plantean proyectos nuevos de mayores niveles de infraestructura pública, que exceden la capacidad de administración local y demandan recursos complementarios a los niveles superiores. Para solucionar lo anterior, el autor plantea “capturar” más plusvalías. Y el “cuánto” de las plusvalías a capturar se refiere a tres aspectos: al precio del producto inmobiliario final, a las necesidades de los proyectos de la ciudad y a la capacidad de inversión de las municipalidades.

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