Crítica al discurso I have a dream

I have a dream                                                            02/10/2017

(Martin Luther King)

Corría el año de 1963, Franco atormenta España con su dictadura, en México se lleva a cabo la primera emisión televisiva y en Estados Unidos un reverendo lucha por los derechos civiles de la gente de color en su país.

Con un discurso revolucionario pero de paz, Martin Luther King se dirige a toda una nación que aun carece de equidad social entre razas, una situación poco aceptable teniendo en cuenta que todavía a la fecha del día de hoy son la minoría más grande en la composición social de aquel país, con cerca del 13% de participación sobre la población total.

En su discurso, Martin, nos expresa continuamente su desaprobación de la situación actual (en aquel momento) de discriminación y marginación, valiéndose del discurso de libertad que se supone es equivalente a la filosofía de creación y vida en los Estados Unidos de América, fundamento principal del conocido como “Sueño americano”, la razón de que el flujo migratorio haya generado una población tan rica y diversa.

La revolución social que Luther King generó en su país a través de su palabra es un claro ejemplo de liderazgo, una representación majestuosa del valor de la palabra y de la consecución de objetivos a través del convencimiento.

Es claro que gran parte de su éxito tiene que ver con la situación social e histórica del país donde nació y vivió pero eso no minimiza el esfuerzo que tuvo que hacer para ser un agente de cambio y liderar un movimiento que iba en contra de las prácticas comunes de aquella época, lograr el punto de inflexión en la historia y la cultura, hacer que el grupo social predominante renunciara a un “derecho” autoproclamado y lograr la conversión de muchos de ellos para apoyar la idea de equidad.

Con una gran educación y capacidad de palabra, Martin fue capaz de incentivar a los propios y a los ajenos a llevar a la práctica sus ideas de convivencia, solidaridad, equidad y progreso, no solo por el convencimiento de que era lo mejor sino pregonando con el ejemplo, manteniendo el compromiso con su movimiento y una sobriedad emocional que como líder del mismo eran necesarios.

Él tenía un sueño, y lo materializó.

Rogelio Iván Gutiérrez Gómez, 10AF.

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